APROXIMADAMENTE 38 millones de niños, de entre 13 y 15 años años, consumen actualmente tabaco, según la última encuesta sobre tabaquismo de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Aunque en la mayoría de los países es ilegal que los menores compren productos de tabaco, 13 millones de niñas y 25 millones de niños fuman.
El número de fumadores en todo el mundo se sigue reduciendo. En el mundo hay 1,300 millones de consumidores de tabaco, frente a los 1,320 millones de 2015. Se espera que esta cifra descienda a 1270 millones en 2025.
En porcentajes, en 2020 el 22,3 por ciento de la población mundial consumía tabaco, el 36,7 por ciento de todos los hombres y el 7,8 por ciento de las mujeres del mundo.
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Sesenta países están ahora en camino de alcanzar el objetivo de reducir el consumo de tabaco en un 30 por ciento entre 2010 y 2025.
De todas las regiones de la OMS, el mayor descenso en el número de fumadores se ha producido en las Américas. La tasa de consumo de tabaco ha pasado del 21 por ciento en 2010 al 16 por ciento en 2020.
“La epidemia de tabaquismo es una de las mayores amenazas para la salud pública que ha tenido que afrontar el mundo. Mata a más de 8 millones de personas al año, de las cuales más de 7 millones son consumidores directos y alrededor de 1,2 millones son no fumadores expuestos al humo ajeno.
“El tabaco es perjudicial en todas sus modalidades y no existe un nivel seguro de exposición al tabaco. Fumar cigarrillos es la forma de consumir tabaco más extendida en todo el mundo. Otros productos de tabaco son: el tabaco para pipa de agua o narguile, diferentes productos de tabaco sin humo, cigarros, puritos, tabaco de liar, tabaco picado, bidis y kreteks”, explica la OMS.
El organismo a su vez, advierte que consumir tabaco para pipa de agua o narguile es igual de perjudicial para la salud que consumirlo en forma de cigarrillos, si bien con frecuencia los consumidores de tabaco para narguile no conocen bien los peligros de esta modalidad.
“El tabaco sin humo es sumamente adictivo y perjudicial para la salud. Contiene muchas toxinas cancerígenas y su consumo incrementa el riesgo de cánceres de cabeza, cuello, garganta, esófago y cavidad bucal (como cáncer de boca, lengua, labios y encías), así como de varias enfermedades dentales”. N