«Lo que realmente importa para el éxito, el carácter, la felicidad y logros vitales, es un conjunto definido de habilidades sociales, no solo habilidades cognitivas que son medidas por test convencionales de coeficiente intelectual»: Daniel Goleman
DESDE hace años se ha desatado una polémica sobre qué es más importante para sobresalir en el mercado laboral, ¿los conocimientos teóricos y técnicos o las habilidades blandas? Y aunque este debate continúa sin tener una respuesta absoluta, son cada vez más los estudios que apuntan a que son las habilidades blandas lo que marca la diferencia en el desarrollo de cualquier profesionista.
Pero, ¿qué entendemos por habilidades blandas? De acuerdo con la Organización Internacional del Trabajo, son el conjunto de características de la personalidad que se adquieren en la vida, la experiencia y que permiten a la gente conocer hasta dónde puede llegar un profesionista más allá de sus conocimientos.
Hoy estamos inmersos en un mundo cada vez más conectado y globalizado, lo que implica que no solo los bienes y servicios sean intercambiados de país en país, sino también las vacantes laborales, por lo que los egresados de nuestro país compiten a diario con profesionistas de todo el mundo por el mismo puesto.
También lee: Economía circular: un camino más sostenible para las organizaciones
Con base en este hecho, las empresas han elevado sus estándares de contratación y ahora ya no es suficiente cumplir con los requerimientos básicos de cualquier carrera, sino que se espera que los recién egresados puedan aportar un extra a las organizaciones.
Sin embargo, un estudio realizado en 2018 por Manpower reflejó que una de las principales dificultades para cerrar las contrataciones entre empleados y empleadores se debe a la escasez de habilidades blandas, porque solo uno de cada cinco candidatos logra demostrar que cuenta con habilidades como la comunicación efectiva, el orden, la resolución de problemas y la adaptabilidad al cambio.
Lo anterior se debe en parte a que los esquemas de educación superior no han integrado a sus planes de estudio las herramientas necesarias para que los estudiantes desarrollen este tipo de habilidades y al hecho mismo de que aún no se cuenta con una metodología probada que ayude a los jóvenes a fortalecer estas competencias.
No te pierdas: El ‘bulletproof coffee’ es rico, ¿pero es saludable?
En mi experiencia como empresario me he percatado de que cuando los jóvenes ingresan en el mundo laboral, llegan ávidos de aportar ideas y de poner en práctica sus conocimientos adquiridos. No obstante, al no contar con las habilidades de comunicación y proactividad correctamente desarrolladas, estas ideas se truncan y la misma inercia de las organizaciones termina por inhibir la mejora y el desarrollo de mejores profesionales.
Son muchas las habilidades blandas que ahora se consideran como las más importantes. Sin embargo, considero que en el mundo empresarial resulta difícil generalizar o ponderar cuáles son más importantes que otras. Por ello, con base en lo que viví en Japón en los diez años que trabajé ahí, así como en los casi 20 años que fungí como director general en México, diría que cada colaborador al menos debería de desarrollar las siguientes habilidades.
Praoctividad. Los colaboradores que se anticipan a las problemáticas, que levantan la mano para aportar mejoras y que están dispuestos a cuestionar los procesos establecidos con la intención de hacerlos más eficientes son las personas que harán crecer cualquier organización.
Te interesa: Un México de realidades y urgencias que requieren soluciones digitales
Orden y limpieza. Ser una persona ordenada se traduce directamente en ser alguien estructurado, puntual, eficiente y con una capacidad de organización por encima del promedio. Está demostrado científicamente que las personas que trabajan en espacios ordenados pueden llegar a ser más creativas además de más rápidas en el desarrollo de sus tareas.
Liderazgo ejemplar. Mucho se habla sobre el liderazgo, pero basándome en lo que he vivido dentro de las empresas no existe nada más arrasador que el ejemplo. Un líder que motiva e inspira desde su actuar diario es la forma más poderosa de convencer a la gente de que lo sigue de ir por un objetivo en común.
Es cada vez más importante que desde las aulas se ayude a los estudiantes a desarrollar las habilidades que les permitan generar una ventaja competitiva y canalizar su conocimiento y talento para el crecimiento de las empresas y, por ende, el propio. N
—∞—
Alejandro Kasuga es presidente de A. Kasuga Consultores, fundador de Organización Impulsora de Valores y Autor del libro Kizukai, Kaizen aplicado a la cultura organizacional. Actualmente encabeza el Proyecto JINE, dedicado a dar clases probono a los recién egresados para el desarrollo de habilidades blandas. Los puntos de vista expresados en este artículo son responsabilidad del autor.