LA CORTE Suprema de Estados Unidos acordó este viernes escuchar el 1 de noviembre las impugnaciones a la ley de aborto de Texas, y se negó a bloquear la norma mientras tanto.
El gobierno de Joe Biden y las clínicas de aborto habían pedido al alto tribunal que revocara la ley de marras, que prohíbe la interrupción del embarazo después de las seis semanas de gestación, antes de que la mayoría de las mujeres siquiera sepan que están embarazadas.
A través del Departamento de Justicia, el gobierno pidió al tribunal superior que levante la orden impuesta por un tribunal federal de apelaciones conservador que ha permitido a Texas continuar haciendo cumplir las restricciones más estrictas de la nación sobre el aborto a través de una nueva ley que fue escrita para dificultar la impugnación en el sistema judicial federal.
La ley de Texas desafía las principales decisiones de la Corte Suprema sobre el derecho al aborto “prohibiendo el aborto mucho antes de la viabilidad, de hecho, antes de que muchas mujeres se den cuenta de que están embarazadas”, escribió el Departamento de Justicia en su declaración ante el tribunal.
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La segunda semana de octubre, el portavoz Anthony Coley dijo: “El departamento de Justicia tiene la intención de pedir a la Suprema Corte” intervenir nuevamente en este ley que prohíbe abortar incluso en caso de incesto o violación”.
Leyes similares han sido anuladas en los tribunales porque violan los precedentes de la Corte Suprema, que garantiza el derecho de la mujer a abortar hasta que el feto sea viable, en torno a las 22 semanas de embarazo.
Pero la ley de Texas tiene una característica única: hace recaer “exclusivamente” en los ciudadanos la responsabilidad de hacer cumplir la medida, animándoles a presentar demandas contra las organizaciones o individuos que ayuden a las mujeres a practicar abortos ilegales, informó AFP. N