Las alianzas concretadas por las empresas a favor de la sociedad civil se han convertido en esenciales en la búsqueda por mejorar la calidad de vida de las personas y transformar sus ecosistemas.
LAS ALIANZAS son amplificadores de las empresas para lograr beneficios sociales de largo plazo, y para muchas de ellas, la importancia de contar con aliados estratégicos para llevar a cabo sus propósitos de marca se aceleró el año pasado.
Fueron varios los factores que determinaron el que se diera este impulso. Por un lado, la pandemia cambió las dinámicas de muchas compañías, quienes decidieron apostar mucho más fuerte por incrementar compromisos con sus comunidades, mientras que, por el otro, la misma sociedad les pidió, de forma indirecta, ser más activos en el tema.
También es importante destacar el papel que tuvo la transformación digital que tomó nuevos tintes y abrió también a las empresas nuevas oportunidades que anteriormente no estaban presentes.
Pero la participación de las organizaciones dentro del marco del compromiso no se quedó en un único rubro, sino que involucró actividades de todo tipo, desde el marco de la salud hasta otras variantes que sirvieron para mejorar la calidad de vida de muchas personas.
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En este sentido, por ejemplo, las medidas para prevenir enfermedades que se inician con acciones como lavarse las manos de forma frecuente o tener un sanitario en óptimas condiciones también tomaron relevancia.
Se trata de una acción que, a simple vista, parece sencilla, pero que no está al alcance de todas las personas porque carecen de un baño digno. Lo anterior es un llamado para que compañías y marcas, en alianza, contribuyan a cerrar brechas y restaurar el tejido social.
A nivel mundial, tres de cada diez personas no tienen acceso a servicios de agua potable1. De acuerdo con datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), una de cada tres personas no tiene acceso a un baño. En México, hay más de 7 millones de familias que no cuentan con servicios sanitarios adecuados2.
Un baño digno es sinónimo de transformación profunda. Si bien minimiza las enfermedades e infecciones, su impacto va más allá y toca fibras de bienestar para comunidades enteras.
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Solo basta pensar cómo cambia la realidad de una persona con acceso a agua, acompañado de un baño en buen estado, que sea un espacio limpio, privado, debidamente equipado, ventilado y disponible.
En este sentido, aunque existen empresas que, de manera individual, han emprendido su propia cruzada contra este tipo de problemas sociales, las alianzas maximizarían los beneficios y permitirían alcanzar metas de largo plazo.
Se trata, sin duda, de un área de oportunidad en la que se deben de encontrar a los socios adecuados que compartan la misma visión y pasión para lograr objetivos en común y así escalar las acciones.
El complemento de las alianzas estratégicas es la educación continua, ya que prolongará el mensaje de por qué es importante lavarse las manos o cuidar la higiene personal. Al final, una persona o familia puede tener acceso a las mejores condiciones, pero si se desconoce el porqué de las acciones, estas se desencantarán en un corto plazo.
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En lo particular, por ejemplo, se ha trabajado para impulsar acciones de desinfección e higiene en sitios como la Central de Abastos de la Ciudad de México, implementando labores de desinfección e higiene con el objetivo de minimizar el riesgo de contagios de covid-19.
A través de esta acción se benefició a 1.9 millones de personas con acciones como pruebas de diagnóstico de virus SARS-CoV-2, entrega de cubrebocas y gel antibacterial, talleres y pláticas de prevención de covid-19, desinfección periódica de baños e instalación de lavamanos.
Este es únicamente un ejemplo de la capacidad de acción que tienen las alianzas, aunque aún hay mucho por hacer, trabajando para seguir contribuyendo al Objetivo de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas de agua limpia y saneamiento para todos.
En México, nuestro propósito es palpable: lograr más de 7 millones de baños dignos, esto no solo contribuirá a mejorar la salud de más familias, sino a un bienestar integral que repercutirá, sin temor a exagerar, en una realidad más próspera para todas las familias impactadas. N
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Charlotte Löfgren-Rowe es directora de mercadotecnia de Reckitt México e impulsora del programa Más Allá de la Limpieza, Baños Dignos. Los puntos de vista expresados en este artículo son responsabilidad de la autora.