HOY MÁS que nunca me siento muy afortunado de trabajar en y para la industria de reuniones, un sector dinámico que no deja de demostrarnos que nada en esta vida es estático. Es una industria que nos recuerda lo maravilloso de conocer gente nueva. Hoy los que formamos parte de este sector, el único que sigue cerrado después de un año y medio sin poder organizar eventos presenciales, hemos puesto el ejemplo de la colaboración, donde las agencias y la cadena de valor se han unido para crear nuevos productos, nuevos servicios, bajar costos…
Todas las profesiones implican ciertos sacrificios; antes de la pandemia el mayor sacrificio para los organizadores de eventos eran las largas jornadas sin sueño, cambios radicales en los hábitos de alimentación, horas excesivas de vuelos y transportes. Hoy el reto ha sido transformar nuestro negocio por la imposibilidad de hacer eventos presenciales. Nuestra pasión es la clave para que no hagamos de esto una tragedia y no nos veamos al espejo como mártires, sino como los arquitectos de nuestro propio destino.
A finales del 2019 escribí un artículo para la revista Convenciones titulado “Industria de reuniones: qué esperar en 2020”. Nadie podría imaginar qué sucedería a partir de marzo en México; sin embargo, al releerlo me llamaron la atención algunos párrafos que quiero compartir.
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“Los motivos que generaron un año (2019) tan retador son diversos: sargazo, inseguridad, afectaciones derivadas de la decisión del gobierno de dejar de promover eventos, etcétera”. ¿Qué daría para que hoy estos sean nuevamente nuestros problemas? Aprendizaje: dejar de quejarnos y apreciar lo positivo de lo que hoy tenemos.
En el en el mismo artículo también resaltaba lo positivo: “La industria de reuniones en 2019 fue marcada por varios eventos extraordinarios… que mostraron la fortaleza y unión de la industria”. Hoy, a un año y medio de que se inició la pandemia, recordamos esos eventos con añoranza, observamos una industria debilitada por la imposibilidad de realizarlos presencialmente, con una gran capacidad de reinvención y un ánimo enorme por sobrevivir y regresar.
“El pronóstico para el año que está por comenzar es reservado. Se espera un 2020 cauteloso; probablemente no sea un buen año para hacer inversiones importantes, pero sí para prepararse y fortalecerse”. Curioso que a finales de 2019 hablara de un año reservado, claramente no tenía idea lo que se avecinaba, y evidentemente el año fue mucho peor que reservado, digamos que catastrófico. Lejos de invertir, justo tuvimos que hacer lo contrario, desinvertir, achicarnos, y utilizar los recursos disponibles de manera inteligente y cautelosa.
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Una de las características que tenemos los organizadores de eventos es que, si durante un evento se presenta un conflicto, no nos quedamos estancados en el problema, sino que actuamos de inmediato. El estrés es parte de nuestro día a día. Esta experiencia nos ha servido durante la pandemia para reinventarnos, pasamos rápidamente de la preocupación a ocuparnos, a crear, y resolver.
Lo nuestro es una vocación, una necesidad para dar mayor sentido a nuestra existencia y a la existencia de marcas, empresas, causas, lugares, proveedores y, sobre todo, aportar una chispa especial en la vida de muchísimas personas. Y ahora de múltiples formas: en línea, virtual, presencial e híbrida. Cada evento representa una gran oportunidad para dejar un legado. N
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Michel Wohlmuth es director ejecutivo y socio fundador de Creatividad.com