IMAGINA vivir con una sensación de comezón, irritación y piel roja permanentemente. La dermatitis atópica es una enfermedad crónica, es decir, no se cura y se manifiesta principalmente en la piel a través de brotes de diversas intensidades que afecta de manera importante la calidad de vida del paciente y su familia.
Esta enfermedad tiene su origen en el sistema inmune, se conoce como una inflamación tipo 2 y las personas que viven con esta enfermedad padecen en todo momento de una inflamación en la piel, caracterizada por comezón, piel seca, descamación, inflamación y marcas dermatológicas que limitan sus actividades diarias, sin importar lo sencillas que parezcan.
Sin embargo, en los adolescentes la dermatitis atópica propicia otro tipo de heridas emocionales como bullying y aislamiento social, que derivan en ansiedad, alteraciones en el sueño y depresión que puede acompañarlos durante toda su vida.
Said Arablin, gerente de enlace médico de inmunología para Sanofi Genzyme, explica que se estima que en México tres de cada diez adolescentes padecen dermatitis atópica y al menos uno de ellos podría sufrirla en etapa moderada a grave, por lo que ya se perfila como uno de los nuevos problemas de salud pública en nuestro país.
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A diferencia de otras enfermedades silenciosas, la dermatitis atópica puede ser diagnosticada fácilmente debido a que son muy evidentes los efectos que genera a los pacientes.
El problema hasta ahora radica en que, hasta hace unos meses, los tratamientos para la enfermedad estaban más limitados a cremas o ungüentos que no atendían las causas desde su origen inmunológico, es decir, no atacan a la inflamación tipo 2, que es el origen de la dermatitis atópica.
De acuerdo con Arablin, debieron pasar más de 15 años para que la ciencia identificara las causas que provocan la dermatitis atópica, lo que favoreció el desarrollo de terapias biotecnológicas que bloquean las proteínas que generan la inflamación. Este tratamiento favorece el control de la enfermedad desde su origen en el ADN, además de ser seguro y eficaz en el control de esta enfermedad por largos periodos.
Said Arablin advierte que, en caso de que la dermatitis atópica no se controle o no se trate, se podrían presentar otras enfermedades como asma, rinitis alérgica o poliposis nasal, que pertenecen a la misma familia de padecimientos relacionados con la inflamación tipo 2. N