EL PERRERO fue el apodo que tenía cuando era niño, pero en realidad es negativo. Por entonces en México los perros no tenían el mismo valor que tienen ahora. Yo era un niño que se juntaba con perros, lo cual no era admirable. Ahora lo es, pero en aquella época el apodo me hacía sentir muy mal.
Crecí en una granja con personas muy tranquilas, amorosas y divertidas, quienes tenían una conexión con la naturaleza. Éramos granjeros. No había acceso a la educación, pero yo tenía una gran conexión con la naturaleza y los animales por mi crianza. Me mudé a Estados Unidos en 1990 y amo eso, porque es una de mis capas. Soy un inmigrante, soy mexicano, soy un orgulloso padre de mascota de mi jauría y padre de mis hijos. Tengo muchas capas, y esas capas son las que dan sabiduría.
Cuando llegué por primera vez a Estados Unidos, trabajé como entrenador de perros en Los Ángeles y conocí a Jada Pinkett Smith. Trabajé con muchos rottweilers por entonces, y un día di una demostración para mostrar cómo entrenarlos a la que asistió Jada. Luego, cuando alguien le dio un rottweiler, me llamó y empecé a trabajar con ella. Nuestra amistad creció al grado de que sentí la libertad de decirle, en mi mal inglés, que me encantaría tener un programa de televisión o radio para que pudiera enseñarle a la gente lo que sabía sobre entrenar perros. Ella sintió mi sinceridad y mi pasión, y me explicó que necesitaba hablar bien el inglés para hacerlo. Luego ella me consiguió un tutor. Aprendí inglés por un año, y Jada y yo hemos sido amigos por décadas.
Me encanta la cita de J. F. Kennedy: “No se pregunten qué puede hacer su país por ustedes; pregúntense qué pueden hacer ustedes por su país”. Como inmigrante, tenía este conocimiento desde mi crianza sobre los perros que podía compartir. Estados Unidos ama los perros, yo vengo de la pobreza y los regalos que reciben los perros en Estados Unidos son increíbles. Un perro es un miembro de la familia. Eso es algo que como niño mexicano nunca vi, y los perros andaban sin correa allá. Apenas vi un perro con correa cuando vine a Estados Unidos.
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Entonces, algo que noté de inmediato fue que la vida de un perro en Estados Unidos era diferente. La casa es su perrera, están bajo techo la mayor parte del tiempo y llevan una vida de lujos. La mayoría de los perros que son mascotas salen por más o menos una hora al día a caminar. Sé de muchos perros superricos que viajan en aviones privados, pero aun así tienen un estilo de vida similar bajo techo.
Cuando un perro no está feliz, yo digo que puede “pelear, huir o evitar”. Pelear es una muestra de agresión; huir, de miedo, y evitar sería como “mi perro no me escucha”. Si un dueño puede entender dónde se halla el perro, entonces puede tomar la acción necesaria para eliminar el problema. Por ejemplo, esa agresión es energía. Si podemos ejercitar a un perro y encontrar lo que le gusta, podemos canalizar la agresión. Veo que la mayoría de la gente sabe cómo darle afecto a un perro, pero no todos saben cómo ejercitar a un perro y darle la estimulación apropiada. Así, yo creo que debemos enfocarnos primero en el humano; esa es mi técnica. Entreno humanos y rehabilito perros. El perro es el paso tres. Primero se trabaja con el hogar, la familia humana y luego con el perro.
Todos vamos a lugares donde el medioambiente nos afecta. Entonces, lo primero que necesitamos hacer es asegurarnos de que el ambiente de ese perro sea seguro, tranquilo y amoroso, y que los humanos estén tranquilos, confiados, amorosos y divertidos. Luego, podemos practicar el caminar con el perro, jugar con el perro y explorar con el perro. Pero primero tienes que arreglar el cimiento para el perro. A veces, el humano no tiene la energía o la fuerza de voluntad para cambiar lo que hace, y así, dice que mejor preferiría tener otro perro. Pero en esas situaciones podrías encontrarle al perro otro humano. En los últimos 30 años he entrenado a millones de humanos, directamente y gracias a la gente que ve mis programas en televisión y lee mis libros. Estoy más enfocado en entrenar a los humanos porque un humano puede tener diez perros.
He trabajado con Oprah Winfrey tres veces, lo cual ha sido una experiencia increíble. Estaba ayudando a un líder que tiene mucha influencia en el mundo humano, pero no en el mundo perruno. Eso es lo bello de mi profesión, puedo ayudar a personas increíbles que han logrado muchísimo. Los veo como modelos a seguir, lo cual te baja mucho los humos. Estas personas trabajan duro. También fue muy agradable trabajar con Jennifer López entrenando a sus perros. Soy un latino y, para mí, ella es una reina. Y por supuesto, trabajo con todo tipo de personas, por lo que tengo tres reglas sencillas que todos los dueños de perros pueden usar para ayudarles a entrenar a sus perros.
1. Conoce a tu perro. Date el tiempo de conocerlo. Lo primero que debes hacer antes de adoptar a un perro, antes de pasear a un perro, jugar con un perro, dormir con un perro o alimentar a un perro, es conocerlo. Así, cada vez que “conozcas” a tu perro cuando ya está en casa, tan pronto como te despiertas o regresas de trabajar, practica el no tocarlo, no hablarle y no tener contacto visual. Practica el silencio y estar tranquilo hasta que tu perro se calme. ¡Entonces puedes darle un “buen chico”!
2. Enséñale a tu perro a seguirte. La segunda cosa que debe aprender un perro es a seguirte. Asegúrate de aprender a caminar con un perro junto a ti, en vez de enfrente de ti. Eso le va a permitir verte como el líder, para retirarle su nariz del suelo y mantener sus ojos enfocados en lo que tú quieras. Tú manejas el impulso y el perro es el pasajero. El perro practica la actividad de “seguir al líder”.
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3. Reclamar el espacio. La tercera habilidad que se debe practicar es reclamar un espacio y asegurarse de que el perro se aleje de ti y cree una distancia social. Ellos respetan ese espacio. Queremos que las personas y nuestros perros respeten nuestro espacio íntimo y personal. Con el fin de hacer esto, practica el “invitar vs. invadir”. Así, invita a tu perro a tu espacio en vez de permitirle que invada tu espacio. Así es como reclamas tu hogar.
Tienes que hablarle a tu perro como si estuvieras en control de tu energía para que también puedas estar en control de la relación. No estás siendo malo con el perro. Le estás permitiendo al perro mantener sus instintos y saber quién va a reclamar la energía más fuerte. Esta es mi idea de “energía tranquila y confiada”. Es muy sencilla. Si vas a seguir a alguien, ¿preferirías seguir a alguien que esté tranquilo y confiado o a alguien que esté tenso e inseguro? Los animales siguen a líderes estables. He dicho muchas veces que somos la única especie que sigue a líderes inestables.
Amo la simpleza de los perros. Me recuerdan los elementos naturales, sencillos y profundos de la vida. No entienden nada sobre el dinero, la fama o el poder. Tenerlos cerca en momentos desafiantes, como la pandemia, te ayuda a mantenerte conectado. Nunca hay un día en el que un perro no ame vivir. Los humanos te pueden vaciar, pero cuando estás cerca de esa energía de los perros, te afecta de una manera hermosa.
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Me encanta que me conozcan en todo el mundo como un entrenador de perros, pero el logro del que estoy más orgulloso es ser un gran papá para mis dos hijos y un gran hijo para mi madre y padre. Para mí, de lo que se trata es de mejorar las vidas de las personas, animales y plantas. Dejar este mundo mejor de como lo hallaste.
Entonces, mi meta es enseñarle a la gente a conectarse con la naturaleza. Con un perro es más fácil conectarte con la naturaleza porque tu perro ya está conectado de esa manera, pero quiero ayudar a todos en el mundo a llevar una vida natural, sencilla y profunda. N
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César Millán es un conductista canino mexicanoestadounidense que reside en Los Ángeles. Su nuevo programa, Cesar Millán: de tal perro, tal humano, se transmite en National Geographic y Disney+. Todas las opiniones expresadas en este artículo son responsabilidad del autor. Publicado en cooperación con Newsweek. Published in cooperation with Newsweek.