LA EXPLOSIÓN DE UNA planta de tratamiento de residuos en Leverkusen, al oeste de Alemania, dejó este martes dos muertos, 31 heridos y cinco desaparecidos. Al cierre de esta nota, se reportaba una enorme columna de humo visible horas después del incidente.
“La búsqueda de desaparecidos sigue intensamente. Desgraciadamente, la esperanza de hallarlas vivas disminuye” declaró Lars Friedrich, director del sitio Chempark, donde está situada la fábrica de reciclaje Usenta.
Aún se desconoce el origen del incendio que siguió a la explosión y prendió un tanque de disolventes que fue sofocado tras varias horas de intervención de los bomberos.
La antigua filial del gigante químico Bayer indicó que las autoridades instaron a los habitantes de Leverkusen a permanecer “en habitaciones cerradas, a apagar el aire acondicionado y, por precaución, a cerrar puertas y ventanas”.
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La Oficina Federal alemana de Protección Civil y Asistencia en Desastres clasificó la explosión como “una amenaza extrema” y pidió a la población que se mantuviera en interior, apagara los sistemas de ventilación y cerrase puertas y ventanas, según han informado medios locales.
El incidente está también fue clasificado como “peligro extremo”, según la aplicación nacional de alerta de catástrofes Nina. De hecho, la planta química donde se produjo la explosión se encuentra muy cerca de la orilla del río Rin.
La planta se encuentra en el límite del parque industrial Chempark que reagrupa empresas del sector químico, uno de los más grandes de este tipo en Europa, a las afueras de Leverkusen. Esta ciudad, que cuenta con unos 160,000 habitantes, se encuentra a una veintena de kilómetros de Colonia.
Las mediciones de la calidad del aire muestran que la población de Colonia “no corre peligro”, tuiteó el cuerpo de bomberos de esta ciudad de más de un millón de habitantes. Sin embargo, la mayoría de los habitantes de la zona se resguardaron en sus domicilios. N