Reconocido internacionalmente, el bailarín mexicano Isaac Hernández impulsa iniciativas culturales como agentes de cambio social.
Desde 2015, el jalisciense Isaac Hernández vive en Londres como primer bailarín del English National Ballet. De niño llegó a escuchar los “típicos” comentarios estereotipados sobre el ballet y el arte: “Es para niñas” o “Tienes que dedicarte a algo serio”.
Por ello, considera: “A mí me frustra, más que molestarme, que este tipo de cosas pasen de generación en generación sin entenderse realmente lo que se está diciendo y viendo que las consecuencias de esos dichos populares son que cada vez hay menos gente en las artes”.
—¿Qué dice un bailarín de ballet frente a los estigmas de género a los que se atribuye la violencia que se exacerbó durante la pandemia?
—En mi experiencia, es la falta de conocimiento y del acercamiento a la cantidad de diversidades que existen en una sociedad. Creo que es muy importante que haya visibilidad de estas diferentes realidades. Es fundamental construir una sociedad con más armonía y más justicia social, pero (esto) debe nacer desde la participación de la sociedad. Es un país que tiene tantas realidades, tantas diferencias, que hay que sentarse a escuchar para poder construir un país que sea de todos.
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Isaac Hernández se refiere al acoso sexual que se ha denunciado en los entrenamientos deportivos y dancísticos de alto rendimiento tanto en México como en otros países. Lo considera como “un fallo social” que debe corregirse.
“Las instituciones no están por delante del bienestar de los estudiantes ni de los atletas. Es al revés. El hecho de que hoy se pueda hablar y se pueda hacer visible es el primer paso y la primera herramienta para tomar cartas en el asunto y poder garantizar que esos abusos no sucedan”, anota.
Junto con su familia, Isaac ha impulsado proyectos como escuelas de ballet gratuitas en Jalisco (con ya casi 600 alumnos) y otras iniciativas culturales como Despertares Impulsa, que ha traído clases magistrales, sin costo, con bailarines internacionales que solo es posible ver en Estados Unidos y Europa.
El bailarín mexicano también ha promovido que en Despertares Impulsa haya representantes de las escuelas internacionales de danza que ofrecen becas a jóvenes talentosos y, de esa manera, acercar “oportunidades de calidad” a quienes no pueden viajar a otros países para las audiciones. Esas oportunidades son las que realmente “cambian la vida de las personas”, resume.
A la pregunta de Newsweek México sobre qué se requiere para mantener iniciativas culturales gratuitas, Isaac enfatiza en que son herramientas de cambio que benefician “a todos” como país, donde el gobierno debe fungir como facilitador y la iniciativa privada, como socio.
“Llevo ya un par de años compartiendo esta idea de que las artes y la educación en las artes son responsabilidad de todos, pero en este momento todavía hay muchas limitaciones para poder incluir la participación ciudadana organizada en este ámbito”, responde.
Grandes figuras del ballet —colegas de Isaac en los grandes escenarios— han venido a México por invitación del tapatío y terminan sus visitas con presentaciones sin precedentes en nuestro país, pues logran reunir en una gala dancística a talentos que solo podrían verse cuando se tiene la posibilidad de viajar a varios países.
Como promotor cultural, Isaac ha sido incansable. También fundó la Federación de Industrias Creativas México, un proyecto que busca unificar a los sectores creativos para crear nuevas estructuras de financiamiento.
“En México, el sector cultural está muy fragmentado. Dividido por diferentes intereses. Necesitamos ver por dónde debemos empezar para que pueda haber esa defensa continua que nos permita hacer proyectos transexenales, que nos permita exigir la rendición de cuentas y tener garantías que nos permitan imaginar un futuro con más estabilidad y oportunidades al sector. La Federación la empecé con eso en mente”, dice.
En mayo de 2021, Isaac regresó al escenario con un espectáculo en vivo con público reducido en Londres. Sin embargo, enfatiza que el confinamiento social por el covid-19 también ha retado a las instituciones culturales —que normalmente no tienen presupuesto para generar contenido digital—, que se vieron obligadas a diseñar experiencias virtuales que ahora deberán completar a la oportunidad de ver una presentación en vivo.
“Una no reemplaza a la otra”, dice el bailarín, quien es el único mexicano varón galardonado con el Premio Benois de la Dance, considerado el Óscar de la danza.
“Ha habido un cambio irrevocable en la mayoría de las organizaciones que nos va a forzar a ver por alternativas e imaginar producciones que cada vez más consideren un mercado digital. Aún no hay un modelo de negocio que lo haga sustentable, pero sí nos ha hecho preguntarnos y cuestionarnos qué es lo que puede pasar para las artes”, reflexiona.
“Hay que ser una industria que esté dispuesta a seguir luchando por permanecer en el futuro”, lanza respecto al escenario pospandemia para la danza.
Durante el confinamiento social, en 2020, el primer bailarín del English National Ballet compartió una clase en redes sociales que conectó a 1 millón de personas en línea. “Cosas así son esperanzadoras porque hay gente interesada en las artes y en ser parte de ellas”, concluye. N