La crisis humanitaria y de salud que vive la India con un repunte insólito de COVID-19 en un país de 1,400 millones de habitantes, obligó a las autoridades a utilizar vagones de tren como espacios de aislamiento para enfermos luego de que se acabaron los espacios en los hospitales.
Hasta este martes se contabilizaban 17.6 millones de contagiados, con 197,894 fallecidos oficialmente, aunque se sospecha que la cifra de muertos es mucho más alta y no se ha informado.
El sistema de Salud hindú colapsó aunque técnicamente por el volumen tan alto de su población, es un porcentaje relativamente menor al de otros países que han sufrido esta crisis.
Solamente Estados Unidos supera a la India en contagiados, que en los últimos días han superado la barrera de 250,000 a 300,000 cada 24 horas.
En defunciones únicamente es rebasado también por Estados Unidos, Brasil y México que es uno de los países con la letalidad más alta del COVID-19.
Desde esta semana el país recibió 100 ventiladores y 95 concentradores de oxígeno, como ayuda urgente de Reino Unido, al que pertenecía bajo la mancomunidad de naciones hasta lograr su independencia el siglo pasado.
México cedió un lote de vacunas que debería recibir de laboratorios hindúes para que se apliquen a su población y mitigue la ola de contagios imparable.
Alemania, Israel, Francia, Estados Unidos y Pakistán que se independizó de la India también el siglo pasado, ya prometieron enviar ayuda, principalmente oxígeno y ventiladores.
La clase pudiente de ricos empresarios y el jet set de la India huyó despavorida hace varios días de su país, encareciendo los boletos de avión y saturando los vuelos y aeropuertos, para evitar ser contagiados.