Expropiar el Club Campestre de Tijuana es una acción frívola con la que Jaime Bonilla, gobernador de Baja California, pretende polarizar la atención de temas prioritarios no atendidos durante su administración, como la falta de seguridad y obra pública, opinó el aspirante a la alcaldía de Tijuana, Jorge Ramos Hernández.
“La ocurrencia de expropiar el Club Campestre de Tijuana demuestra, una vez más, la frivolidad con la que el gobernador atiende los asuntos de Tijuana, habiendo tantos temas urgentes en los cuales podría dedicar su tiempo. Basta de improvisaciones”, expresó en un comunicado.
Agregó que Bonilla ha utilizado su posición de poder para acosar a los empresarios y a todo aquel que vaya en contra de sus ideales, dejando abandonadas las acciones para atender debidamente las principales carencias que aquejan a la sociedad.
Como ejemplo, Ramos habló sobre los altos índices de violencia en la ciudad, predominando delitos graves, y apuntó que las calles y zonas públicas se observan en completo deterioro por falta de mantenimiento.
“A ello hay que añadir la incertidumbre que viven mujeres y familias día con día dentro en una pandemia en las que solo han recibido despensas por parte de la administración de Bonilla”, dijo Ramos, quien se postula por tercera ocasión para alcalde de Tijuana.
Ramos lamentó que Bonilla no ha logrado usar su poder a favor del bienestar de los bajacalifornianos y cuestionó dónde está la obra pública de la actual administración.
“¿Dónde están reflejados los impuestos que pagamos los tijuanenses? ¡No lo estamos mirando! ¿Qué estamos haciendo para enfrentar el crimen y recuperar las calles de nuestra ciudad?”, concluyó el abanderado de la Coalición “Va por Tijuana”, integrada por el Partido Acción Nacional (PAN), Partido Revolucionario Institucional (PRI), Partido de la Revolución Democrática (PRD).