UNO de los conceptos más utilizados en las semanas recientes es blockchain; sin embargo, más allá de los escenarios generados por las criptomonedas de las que todo el mundo habla, es una tecnología presente en muchos aspectos de nuestra vida diaria y, en particular, de uno que hará la diferencia para el futuro de la humanidad y de la economía global: la vacunación contra el COVID-19.
Durante décadas y hasta ahora prácticamente, conocimos las cartillas de vacunación en papel; sin embargo, llegó el momento de la innovación digital y esos documentos largamente poseídos por las personas se podrán transformar en cadenas tecnológicas de información, resguardada bajo muy altos estándares de seguridad, que permitan conocer a detalle lo que hay detrás de cada vacuna producida e inyectada.
Hoy, ante los millones de ciudadanos del mundo que deben ser vacunados a gran velocidad, existe una imperiosa necesidad de llevar un registro transparente e inalterable, al que solo se pueda acceder con biométricos autorizados o con una “llave” privada, de modo de que no se le dé mal uso a esta información.
Asimismo, esto permitirá a los diferentes actores como gobierno y sector salud tener certeza de que las personas ya cuentan con la inmunidad que se requiere para recuperar parte de las actividades de una era prepandemia.
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En papel sería imposible tener los datos de quienes van recibiendo dosis y controlar la seguridad de la información, pero la tecnología es nuestra llave para lograrlo en plena pandemia, evitando fraudes de los lotes de vacunas, así como contar con trazabilidad que permita seguir el camino de la vacuna paso a paso, desde su producción hasta que llega a los pacientes.
Por ejemplo, en algunos países ya es posible tener el registro de la temperatura de las vacunas, especialmente de aquellas que deben permanecer en una cadena de frío extremadamente estricta. Los congeladores y refrigeradores envían información encriptada a la nube, que luego se integra al blockchain, para que los hospitales o responsables de la aplicación puedan detectar cualquier irregularidad de este tipo durante el proceso de resguardo antes de administrar la vacuna.
Para darnos una idea de la importancia de esto, basta decir que la Organización Mundial de la Salud estima que, cada año, 50 por ciento de las vacunas a escala global son desperdiciadas dada la falta de control de temperatura en la cadena de suministro; si eso es en condiciones normales, imaginemos el alcance y riesgo de merma en el manejo de miles de millones de dosis, que es el escenario al que nos acercamos. Ante ello, el uso de la tecnología de nuevo se vuelve crítico y fundamental para el éxito de la vacunación masiva en nuestro planeta.
Por otro lado, la humanidad se enfila a la apertura de fronteras, con la necesidad de aprender a convivir con el COVID-19, el virus que —afirman los expertos en la materia— se quedará ya como parte de nuestro día a día. Ante ello, el blockchain surge de nuevo como la respuesta, ya que es la base tecnológica del pasaporte inmunitario que se ha comenzado a desarrollar en diferentes países.
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A través de tecnología administrada por una entidad neutral y cuya seguridad es prácticamente invulnerable, las personas podrían tener su registro digital, con el cual accederían a aviones, centros de entretenimiento y muchos sitios más, al mostrar su estatus de inmunidad o de vacunación. Si bien en la conversación pública existe preocupación con el uso de la información de este instrumento —el cual debe apegarse a las regulaciones de cuidado y manejo de datos—, el hecho es que estos avances se constituyen como una de las principales llaves para la reactivación económica de la sociedad a escala mundial.
Sin duda, la transformación digital ha cambiado nuestras vidas en muchos ámbitos desde hace décadas, pero su valor se reafirmó con la crisis de salud global. Es de reconocerse que innovaciones como el blockchain nos brinden la oportunidad de agilizar procesos clave como la vacunación en todo el planeta, garantizando que contemos con las vacunas necesarias, en las condiciones adecuadas, con la logística ideal, para que lleguen a quienes realmente lo necesitan, en los lugares precisos y con los registros idóneos. Todo en uno; y aún queda mucho por ver en cuanto a tecnología mejorando nuestra existencia. N
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Enrique Upton es director de operaciones de SAP México. Los puntos de vista expresados en este artículo son responsabilidad del autor.