La exsecretaria de Desarrollo Urbano y de Sedesol en el gobierno de Enrique Peña Nieto, Rosario Robles, mantiene la postura de negociar su liberación con la Fiscalía por el desvío de cinco mil millones de pesos, por la llamada “Estafa Maestra” con dinero público.
La también exjefa de Gobierno de la Ciudad de México, lleva en prisión preventiva mientras se desarrolla su juicio un año y cinco meses.
Igual que Emilio Lozoya exdirector de PEMEX acusado de corrupción y otros políticos del sexenio pasado, negocia con la FGR el ya popular criterio de oportunidad, para dar información importante a las autoridades que lleve a capturar a otros , y obtener beneficios de no estar presa.
Además también quiere ser testigo colaborador, para que los delitos de la que la acusan puedan no ser de los clasificados como graves, y en su caso la sentencia sea menor.
El otro funcionario que estuvo bajo las órdenes de la extitular de Sedesol y Sedatu es Emilio Zebadúa, quien no ha ido a la cárcel porque se volvió testigo colaborador y ha dado nueva información para meter a prisión a otros participantes del fraude.
Algunos de los delitos que la FGR imputa a Rosario Robles, son operaciones con dinero de procedencia ilícita y ejercicio indebido del servicio público.
La audiencia en donde conocería de nuevos cargos se suspendió porque la acusada presentó una crisis de hipertensión arterial y dolor del nervio ciático y antes del 15 de febrero tiene que haberse reunido con la FGR para definir si la aceptan como colaboradora y testigo.
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