VERÓNICA García Fuentes, de 36 años, del estado de Táchira, en Venezuela, enfermó de fiebre a mediados de diciembre. Se hizo una prueba de PCR que dio positivo y se aisló en casa, pero le dijo a su esposo e hijos que solo tenía un caso grave de gripe.
Con las fiestas decembrinas, cuando su esposo José Antonio, de 33 años, acudía a un festejo familiar, ella se atrevió a confesar su diagnóstico para evitar que la enfermedad se propagara fuera de su domicilio.
En enero, la mujer presentó neumonía, pero su esposo y sus tres hijos, uno de 17 años y gemelos de cuatro, dieron negativo en una prueba rápida. Dos semanas después, la condición de ella se deterioró y fue ingresada en el hospital. El resto de su familia dio positivo por COVID-19, aunque todos parecían estar asintomáticos.
Posteriormente, su esposo también ingresó en el hospital con síntomas graves y, una semana después, ambos fallecieron. Los tres hijos de la pareja igualmente murieron a finales de enero.
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La historia fue reportada por el periódico venezolano La Nación, que también retoma las declaraciones de Amelia Fressen, una doctora local que insistió en reforzar las precauciones básicas como el uso de mascarillas, el lavado de manos y el distanciamiento social.
“Todo lo que parece COVID-19 es COVID-19, hasta que se demuestre lo contrario”, dijo Fressen. En Venezuela, el corte a febrero de 2021 registra 127,346 casos confirmados de COVID-19, con 1,196 muertes, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
A pesar de las recomendaciones del organismo internacional, recientemente el presidente venezolano, Nicolás Maduro, promovió el medicamento “milagroso” carvativir que, según dijo, neutraliza el COVID-19 sin efectos secundarios. Su recomendación causó polémica, pues los expertos médicos insisten en que no existe evidencia científica que respalde esas afirmaciones.
Maduro dijo que el carvativir es una solución oral derivada de la hierba tomillo, utilizada en la medicina tradicional herbolaria. Agregó que el supuesto tratamiento había estado bajo prueba durante nueve meses entre venezolanos enfermos de coronavirus.
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También calificó el líquido como “gotas milagrosas de José Gregorio Hernández”, un médico venezolano del siglo XIX que fue beatificado por la Iglesia católica el año pasado.
“Ha pasado por un periodo de nueve meses de estudio, experimentación, aplicación clínica. En los enfermos, en los muy enfermos, en las personas que han sido intubadas, y las recuperamos”, dijo el presidente durante una transmisión televisada.
Sin embargo, Maduro mantuvo en secreto el nombre de la “brillante mente venezolana” detrás del desarrollo de la droga, argumentando que necesitaba protegerlo. N
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Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek