Hace unos días se anunció de un retraso en cuanto a las dosis que debían de llegar a nuestro país de las vacunas de la compañía Pfizer. El motivo fue que la compañía tuvo que suspender su producción para ampliar su planta en Bélgica. De esta forma, se retrasarán unas semanas, aunque se anunció que cumplirían con los compromisos firmados. México no ha sido el único país afectado en cuanto al retraso de la entrega de vacunas, sin embargo, esto desató una serie de comentarios y especulaciones al respecto que vale la pena aclarar.
De momento, las vacunas aprobadas para su uso en México son la de Pfizer y la de AstraZeneca. La primera es la que ha sido utilizada para inocular al personal médico que atiende a los pacientes con COVID-19, la segunda todavía se encentra en proceso de producción y va a tardar unas semanas para que esté al alcance. Por ello, el gobierno decidió conseguir más de otras marcas, la vacuna rusa, Sputnik V y la de origen chino, CanSino Bio. A finales de febrero se tendrán disponibles más dosis de las previstas.
La vacunación no resolverá de forma inmediata el problema de la pandemia. Debemos estar conscientes de que llevará tiempo, por lo que se requiere de paciencia; lo podemos comprobar al analizar lo que sucede en otras naciones. Hasta el momento, Israel es el país que más porcentaje de población vacunada ha conseguido, con alrededor del 30%, sin embargo, los contagios no se han detenido y aún está lejos de que la vacunación produzca la inmunidad de rebaño.
La reducción en el suministro vacunas y la desesperación por tenerla a la brevedad para sentirse protegido, hace que la gente comience a tener comportamientos y actitudes egoístas, desde intentar conseguirla por sus propias vías, lo que puede llevar a ser víctima de uno de los sitios falsos en internet que dicen vender la vacuna, o en su defecto, a tratar de meterse en la fila en detrimento del personal de salud que son los que necesitan estar protegidos. En cualquier caso, es lamentable. Primero, porque son capaces de poner en riesgo su propia salud, lo cual puede tener peores consecuencias; y segundo, porque los que necesitan protección son los médicos que se la rifan todos los días atendiendo a los pacientes que tienen el virus.
Sin duda, uno de los principales problemas que hemos visto en esta pandemia es la falta de solidaridad. No sólo en México, sino en todo el mundo. Esa falta de solidaridad permite que haya influyentismo, como lo han reportado los medios, a propósito de algunos funcionarios públicos que no sólo han hecho gala de su irresponsabilidad al recibir antes la vacuna, sino que lo han presumido a través de sus redes sociales. Es reprobable que las personas así se vacunen antes que el personal médico que combate todos los días la enfermedad, especialmente porque son autoridades y tienen la obligación de dar el ejemplo.
Afortunadamente son pocos los que se comportan de esa manera, la mayoría de la gente entiende que hay que esperarnos hasta que nos toque. Por eso, nuestro principal reto en este inicio de la vacunación es ser solidarios, apoyarnos entre todos como comunidad en lo que llega nuestro momento de ser vacunados. Esta una oportunidad para demostrar que somos una mejor sociedad y salir más fortalecidos de esta terrible pandemia.
* Arturo Ávila Anaya, presidente IBN/B Analytics y experto en Seguridad Nacional por Harvard (NIS).
@ArturoAvila_mx