UN RECIENTE estudio realizado por la EIA (The International Energy Agency) comenta que “la eficiencia energética genera más del 40 por ciento de la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero relacionadas con la energía durante los próximos 20 años en el Escenario de Desarrollo Sostenible de la AIE, que muestra cómo encaminar al mundo para lograr los objetivos internacionales de clima y energía en su totalidad”.
El reporte indica que las restricciones de viaje y los bloqueos están teniendo un gran impacto en el transporte urbano y de larga distancia. Se prevé que el consumo de energía del sector del transporte caiga un 10 por ciento en 2020 en comparación con 2019, incluida una caída del 11 por ciento en el consumo de petróleo de alrededor de 6 millones de barriles por día. Esto representa alrededor de dos tercios de la disminución total esperada de la demanda mundial de petróleo en 2020.
La OPEP+ indica que existe una alta incertidumbre sobre la recuperación de la demanda de los combustibles, pues los viajes, el turismo, el ocio y la hostelería siguen viéndose afectados. “Nuestras proyecciones muestran que habrá un repunte en la segunda mitad de 2021 con potencial alcista. Sin embargo, podrían pasar otro par de años antes de que estos sectores vuelvan a los niveles anteriores al COVID, con el correspondiente impacto rezagado en la demanda de petróleo”.
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En este momento hay que dejarlo claro, el mundo depende de los hidrocarburos hasta el día de hoy y en el futuro tanto económicamente como en su transformación para convertirse en portadores de energías. El crudo se utiliza en gran parte para su refinación y uso en el transporte. El gas natural, en generación de electricidad y petroquímica.
Somos una humanidad que desperdicia, toma y no regenera. Hoy en el mundo, para 2021, debemos de aprender a tener lo necesario y maximizar la utilización de la energía para lograr una menor cantidad de desperdicio o rechazo en forma de calor, contaminantes o tomar materias primas que no podrán ser restituidos como los minerales.
El mundo dice que vamos a energías renovables, hagámoslas, creemos, usemos, y tomemos de las energías primarias lo necesario al ser continuo como el aire, agua, vapor. Pero nos está sucediendo lo mismo que en el tiempo que surgió la Revolución Industrial, y ha ocasionado lo que actualmente tenemos como consecuencia de la mala planeación con decisiones económicas de mediano plazo, cuyo resultado ha sido en el siglo XXI el cambio climático, contaminación y la toma de una mayor cantidad de materias primas o recursos naturales.
APROVECHAR AL MÁXIMO
¡Hay que dejarlo claro! La energía existe en la naturaleza, la tomamos y la transformamos por medio de equipos que con el intelecto de la humanidad fueron creados, a los cuales llamamos avances tecnológicos, y que después utilizamos para la vida cotidiana de todas nuestras actividades económica, sociales o de desarrollo. Pero desde la evolución obtenida para mejorar la calidad de vida del ser humano, y a lo cual continuamos haciendo, nunca ha sido el aprovechar al máximo lo que tomamos de nuestro entorno.
Entonces, cómo evitar acabarnos cada recurso de la naturaleza. Simplemente, convertirnos en seres más eficientes y convertir al mundo en ¡minimalistas energéticos!
Es decir, de la energía primaria tomar lo esencial y no tener ningún elemento sobrante o accesorio dentro del proceso de la transformación y uso de la energía.
En México, ante esta situación debemos de evaluar en forma segura, como aportación, la evaluación correcta de los oxigenantes utilizados en la gasolina, cuyo objetivo es tener un mejor rendimiento para alcanzar una combustión completa y ligada al nuevo acuerdo de importación de combustibles que permita tenerlos de mejor calidad en las estaciones de servicio, al estar empresas con permisos de más de 20 años como Valero, Shell, Exxon Mobil, y que han apostado para México. Tenemos la oportunidad de tener acceso a combustibles, como el diésel de Valero llamado renovable y bajo en azufre.
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Favorecer la eficiencia energética debido a la naturaleza intensiva en mano de obra. Se estima que un millón de dólares estadounidenses gastados en eficiencia energética generará entre seis y quince puestos de trabajo en promedio. Dado que las inversiones en eficiencia energética también se pueden movilizar rápidamente, es una de las inversiones más atractivas en el sector energético para los gobiernos que buscan proteger los empleos existentes o generar nuevos empleos durante la recesión, y en el largo plazo.
En México estamos contemplando, dentro de la ley de transición energética, un paso, y es solo la forma de generar la electricidad. Debemos de empezar a tener en nuestro léxico: energía primaria y secundaria, economía circular, minimalismo energético, eficiencia energética. Todo lo anterior requiere dinero que no podrá ser cubierto solo por la parte pública, requiere de la privada ante la incertidumbre de una reactivación económica en el corto y mediano plazo.
Entonces, el mundo requiere para el 2021: eficiencia energética. N
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Ramsés Pech es analista y asesor de la industria energética y en economía. Los puntos de vista expresados en este artículo son responsabilidad del autor.