ACTUALMENTE dos vacunas contra el COVID-19 han demostrado una eficacia notable de aproximadamente el 95 por ciento para prevenir la enfermedad en adultos, por ello la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) hace énfasis en la importancia de recibir las inoculaciones de acuerdo con la forma en que las ha autorizado y así recibir el nivel de protección de manera segura.
“Hemos estado siguiendo las discusiones y los informes de noticias sobre cómo reducir el número de dosis, extender el tiempo entre dosis, cambiar la dosis (media dosis) o mezclar y combinar vacunas para inmunizar a más personas contra COVID-19.
“Todas estas son preguntas razonables para considerar y evaluar en los ensayos clínicos. Sin embargo, en este momento, es prematuro sugerir cambios en las dosis o los programas autorizados por la FDA de estas vacunas. Sin datos apropiados que respalden tales cambios en la administración de vacunas, corremos un riesgo significativo de poner en riesgo la salud pública, lo que socava los esfuerzos históricos de vacunación para proteger a la población del COVID-19”, manifestó la FDA en un comunicado.
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Por ahora, los datos disponibles continúan respaldando el uso de dos dosis específicas de cada vacuna autorizada a intervalos específicos. Para la vacuna Pfizer-BioNTech COVID-19, el intervalo es de 21 días entre la primera y la segunda dosis. Y para la vacuna Moderna COVID-19, el intervalo es de 28 días entre la primera y la segunda dosis.
La FDA alertó sobre lo preocupante que es usar un régimen de dosis única o administrar menos de la dosis estudiada en los ensayos clínicos sin comprender la naturaleza de la profundidad y duración de la protección que proporciona.
“Si las personas no saben realmente qué tan protectora es una vacuna, existe el potencial de causar daños porque pueden asumir que están completamente protegidas cuando no lo están y, en consecuencia, alterar su comportamiento para asumir riesgos innecesarios.
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“Sabemos que algunas de estas discusiones sobre el cambio del horario de dosificación o la dosis se basan en la creencia de que cambiarlos puede ayudar a que el público reciba más vacunas más rápido. Sin embargo, hacer cambios que no estén respaldados por pruebas científicas adecuadas puede, en última instancia, ser contraproducente para la salud pública”, reitera el documento.
La FDA pide que hasta que los fabricantes de vacunas tengan datos y ciencia que respalden un cambio, se debe continuar con el programa de dosificación autorizado para cada vacuna COVID-19. N