EL MUNDO ha empezado una segunda partida en la mesa de ajedrez, a partir de 2021, debido a que la anterior quedó tablas. El destino de los países en su crecimiento económico estará dictaminado por la economía regional y el intercambio entre continentes cercanos que admitirán alguno que otro que ayude en una relación de largo plazo.
El 15 de noviembre empezó la primera pieza a mover, por parte de la región de Asia y Oceanía, al firmar el acuerdo comercial de libre comercio entre 15 países de esta región (se espera que India se integre), y es el llamado RCEP, Asociación Económica Integral Regional, un proyecto promovido principalmente por Pekín que se negociaba desde 2012 y que no incluye a Estados Unidos.
Los países que la integran son: China, Japón, Corea del Sur, Australia y Nueva Zelanda, además de los diez países de la ASEAN: Indonesia, Tailandia, Singapur, Malasia, Filipinas, Vietnam, Myanmar, Camboya, Laos y Brunei. Si todo sale como el viceministro chino promete y la India se suma al pacto, la futura RCEP abarcará el 47 por ciento de la población mundial, o 3,400 millones de personas, y el 32.2 por ciento del PIB mundial. También acaparará el 32.5 por ciento de la inversión global y el 29 por ciento del comercio del planeta.
También lee: La nueva guerra mundial
Estados Unidos está ausente tanto del RCEP como del sucesor del Acuerdo Transpacífico (TPP), integrado por Australia, Brunei, Canadá, Chile, Japón, Malasia, México, Nueva Zelandia, Perú, Singapur y Vietnam, liderado por Obama en su momento y actualmente fuera, lo que deja a la economía más grande del mundo fuera de dos grupos comerciales que abarcan la región de más rápido crecimiento en el mundo.
Ante esta movida inicial, países de la comunidad europea están presionando al país de las barras y las estrellas. “Espero desde el fondo de mi corazón que la nueva administración estadounidense nos ayude a lograr un consenso en la relación comercial entre Estados Unidos y la Unión Europea”. Alemania espera que las barreras comerciales entre Estados Unidos y Europa se levanten una vez que la nueva administración del presidente electo, Joe Biden, asuma el cargo, dijo el este lunes 16 de noviembre el ministro de Economía alemán, Peter Altmaier.
Esto significa que tendremos una rectificación alineada entre los aliados de antagonismo histórico de forma natural a unirse. Solo falta esperar la posición de Rusia y el Oriente Medio en qué parte de la balanza estarán, serán o mantendrán neutros a la mejor posición que puedan tener.
El coronavirus alteró la economía global de más formas de las que podemos contar. Con varios países europeos volviendo a imponer bloqueos estrictos a la luz de una segunda ola prevista del virus, el comercio internacional está preparado para otro periodo inestable. Dicho esto, aquí están las principales exportaciones de todos los países del mundo a partir del 2018:
De acuerdo con el mapa podemos observar que:
—∞—El petróleo es la exportación principal más común en todo el mundo, que abarca América del Norte, África, Oriente Medio y Rusia.
—∞—La fabricación de productos terminados, como automóviles y aviones, es mucho más común en Europa que en cualquier otro lugar del mundo.
—∞—Muchas economías africanas siguen dependiendo en gran medida de la exportación de materias primas, especialmente petróleo, oro y cobre.
—∞—La industria electrónica como principal exportación prevalece en Asia, donde hay un grupo de países que se especializan en dispositivos electrónicos de alta gama.
De acuerdo con los datos de la Agencia Internacional de Energía, la demanda mundial de energía se recuperará a su nivel anterior a la crisis, a principios de 2023, si los países cumplen las políticas sobre el control requerido para el COVID-19, pero esto se retrasará hasta 2025 en caso de una pandemia prolongada y una depresión más profunda. La era de crecimiento de la demanda mundial de petróleo llega a su fin en diez años y después podría mantenerse estable para ir decreciendo en 2070.
No te pierdas: ¿Por qué son tan populares las criptomonedas en México?
El nuevo modelo de negocio será la reducción de emisiones de carbono a la atmosfera y el control climático, implementando en el mundo regulaciones, políticas públicas y la forma como las energías primarias deberán ser aprovechadas para el uso por el mundo.
La variable a esta nueva partida se llama “La visión de un mundo con cero emisiones netas en 2050” y depende de que los países y las empresas alcancen sus objetivos anunciados de emisiones netas cero a tiempo y en su totalidad. La agencia comenta que para llegar a ello “los gobiernos tienen el papel decisivo, lidereando el camino, proporcionando la visión estratégica, el estímulo a la innovación, los incentivos para los consumidores, las señales de política y las finanzas públicas que catalizan la acción de los actores privados, y el apoyo a las comunidades donde los medios de vida se ven afectados por cambios rápidos. Tienen la responsabilidad de evitar consecuencias no deseadas sobre la fiabilidad o asequibilidad del suministro. Nuestro futuro energético seguro y sostenible es una elección: para los consumidores, los inversores y las industrias, pero, sobre todo, para los gobiernos”.
Ante esto, México ha quedado fuera de nuevo y perderemos una oportunidad ante las alianzas, tratados, políticas, acceso a inversión, innovación y todo lo que se asemeje si no cambiamos nuestra visión sexenal a una misión acoplada en forma continua al mundo que adelantó lo que hará en una década a partir de 2021. N
—∞—
Ramsés Pech es analista y asesor de la industria energética y en economía. Los puntos de vista expresados en este artículo son responsabilidad del autor.