La recuperación económica se está incrementando poco a poco en el mundo y la utilización de los vehículos será una gran incógnita por cómo serán usados ante una posible forma de cambio de hábitos de la gente al evitar confinamientos en transportes públicos o privado, así como por la disminución de contaminantes que alteren la calidad del aire.
El principio fundamental en un combustible es tener una combustión completa, este puede lograrse al mejorar la fórmula química de este o adicionando aditivos que lo ayuden. Además, con productos a la salida del escape que puedan ser transformados por la naturaleza para mejorar la calidad del aire y con una relación adecuada respecto a la capacidad en cada lugar. ¿Acaso en nuestro país alguien dejará de usar vehículos automotores?
La mejora de la fórmula de los combustibles está ligada directamente con la relación de los nuevos diseños de los motores. En las últimas décadas se ha invertido en dos conceptos fundamentales: aceptar combustibles de mejor combustión y menos contaminantes. El objetivo es realizar un mejor rendimiento por kilómetro recorrido y obtener mejor potencia. Estos dos factores combinados reducen los litros que son necesarios para que un motor funcione y reduce las emisiones contaminantes.
Una característica importante en los combustibles es el octanaje (gasolina) e índice de cetano (diésel): capacidad de efectuar una combustión uniforme y adecuada, lo que permite el óptimo desempeño, rendimiento y preservación de los automotores, y ello ligado a la compresión. En México, Pemex, Valero, Shell, BP, Chevron, entre otras, han mejorado la calidad de los combustibles en función de la adición de ciertos aditivos. Pero la mejora estará en el tipo de la fórmula base del combustible que puede tener oxigenantes o un octanaje/cetano por arriba del estándar. Un ejemplo es la gasolina de 93 octanos de la empresa Valero, cuya característica contiene menos azufre en su composición química y la combustión emite menos sustancias nocivas para el medioambiente.
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De acuerdo con el Reporte de Mercado Interno Automotor de la AMDA, al mes de agosto en México el promedio mensual de carros comprados hasta antes de la pandemia fluctuaba entre 100,000 y 105,000 vehículos ligeros, y de 7,000 a 8,000 pesados. Pero hoy en día, de enero a agosto se presentó una contracción del 31 por ciento en ligeros y 47 por ciento en pesados:
Estas cifras están ligadas a la disminución de la movilidad de la gente, la caída del poder adquisitivo, la pérdida de empleos y una incertidumbre económica mundial. En México ha empezado la reactivación de acuerdo con el indicador de la recuperación de empleos, pero ¿es el mismo salario?
En México es de vital importancia: el parque vehicular pudiera modernizarse por medio de la compra de vehículos a base de motores de combustión, eléctricos o híbridos (2019, alrededor de 18,000 vendidos, y en 2020, 11,000 a julio), y esto dependerá fundamentalmente de la capacidad adquisitiva de cada persona o empresa con el objetivo de disminuir la contaminación del aire. Usar vehículos eléctricos, sí, pero la pregunta a hacernos antes de comprarlo es ¿dónde lo cargaré? ¿Cómo fue generado el MW, con energía limpia o convencional? Adicionalmente, de acuerdo con la Asociación Mexicana de Distribuidores de Automotores (AMDA), el mercado requiere una aceleración para tener diésel de bajo azufre (UBA) y en función de la norma mexicana, que indica que a partir de 2021 debe haber motores del tipo Euro 6 y EPA10.
El Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) es un impuesto que pasó de ser un egreso en los ingresos de México a parte importante del presupuesto. Actualmente espera una recaudación de alrededor de 301,000 millones de pesos, el cual es parte del gasto corriente de la nación y no es deducible al consumidor. En 2021 tiene contemplado una recaudación por 351,000 millones.
Ante la incertidumbre, la gente optará por tener un vehículo para evitar el menor contacto con la gente en el transporte público y otras estarán pensando en cambiar su carro actual por un modelo reciente o más actualizado del que tienen (usado). La decisión de qué hacer dependerá de con cuánto dinero cuenten para comprar uno nuevo que puede ayudar a gastar menos combustible a uno usado no de agencia, sino de un tianguis. En la tabla, compradores de vehículos por región:
Esto ocasionará tener un parque vehicular obsoleto en un periodo no mayor de cinco años, y ante la contracción económica las agencias automotrices verán mermadas sus ventas y podrían llegar a estar por debajo de los 80,000 vehículos por mes. Esto llevaría al colapso a una actividad esencial en la economía del país como la manufacturera en el ensamblado de carros y nos daría una desventaja competitiva en el T-MEC.
La forma como pudiera reactivarse la economía y tener un parque vehicular con menos contaminación al aire sería que la administración pudiera utilizar el IEPS como punta garante del desarrollo económico por medio de un “Programa de enganches a la palabra”, que pudiera ser un apoyo directo o un préstamo con cero intereses. Coordinados con las agencias para la compra de nuevos vehículos para pymes de comercios, servicios y la población que pueda cumplir con el pago de letras y en un periodo ligado al tipo de empleo o negocio que tiene.
Este programa pudiera mantener la demanda y no crecer el mercado mexicano al consumo de combustibles fósiles e incrementar el uso de vehículos eléctricos. Ahora que hay programas sociales, por qué no hacer un programa ambiental ligado a los convenios firmados por México.
Entender sin un medio de transporte mis productos, servicios o mi persona no crecerá, y la economía no se moverá a donde queremos que esté como misión del país.
Todo el IEPS recaudado equivale a comprar 1 millón de carros nuevos en 2021.
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Ramsés Pech es analista y asesor de la industria energética y en economía. Los puntos de vista expresados en este artículo son responsabilidad del autor.