Autoridades de los países nórdicos han informado de un incremento pequeño, pero inexplicable, en los niveles de radiación registrados en una extensa área del norte de Europa.
A principios de este mes, los inspectores de la seguridad nuclear de Finlandia, Noruega y Suecia tomaron muestras de aire y detectaron que ciertas sustancias radiactivas (entre ellas cesio 134, cesio 137, cobalto 60 y rutenio 103) arrojaban niveles más elevados de lo normal, si bien tan reducidos que no representan una amenaza para la salud humana.
La semana pasada, la Autoridad Sueca de Protección Radiológica (SSI) reconoció que aún no había manera de precisar la fuente de ese incremento en los niveles de radiación, y que tampoco se había identificado el lugar donde se originó la nuble de isótopos radiactivos, mejor conocidos como radionúclidos.
Lee más: Incendio forestal cerca de Chernóbil provoca incremento de radioactividad
Los radionúclidos son las formas radiactivas de ciertos elementos. Algunas de esas sustancias están presentes en el medio ambiente de manera natural, en tanto que otras se producen de por medios artificiales, ya sea deliberadamente o como subproductos de reacciones nucleares.
Este viernes 26 de junio, el Instituto Nacional de Salud Pública y Medio Ambiente de los Países Bajos (RIVM, por sus siglas en holandés) hizo el análisis de los datos nórdicos y proporcionó un poco más de claridad al anunciar que las sustancias radiactivas eran artificiales, y que podrían ser resultado de daños en los elementos combustibles de una planta de energía nuclear.
Así mismo, RIVM señaló que era probable que dichas sustancias hubieran viajado a Escandinavia “desde algún sitio del oeste de Rusia”, pero dado que los datos disponibles eran muy limitados, no habían podido identificar la fuente específica.
Por otra parte, la agencia holandesa advirtió que, si bien las partículas radiactivas emanaron de aquella región, eso no apuntaba, necesariamente, a que se hubieran originado en las plantas de energía del occidente ruso.
Lassina Zerbo, secretario ejecutivo de la Organización del Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares, sugirió también que los radionúclidos podrían proceder de una “fuente civil”, y publicó en Twitter un mapa que muestra la región rusa donde podría haberse originado la anomalía.
22 /23 June 2020, RN #IMS station SEP63 #Sweden🇸🇪 detected 3isotopes; Cs-134, Cs-137 & Ru-103 associated w/Nuclear fission @ higher[ ] than usual levels (but not harmful for human health). The possible source region in the 72h preceding detection is shown in orange on the map. pic.twitter.com/ZeGsJa21TN
— Lassina Zerbo (@SinaZerbo) June 26, 2020
Dicha área, que abarca grandes extensiones del noreste de Rusia, se extiende hasta los territorios de Noruega, Finlandia, Suecia y Dinamarca.
Te puede interesar: ¿Encubrimiento de un desastre nuclear? Lo (poco) que se sabe de la explosión en Rusia
“Hemos podido delimitar la región de origen más probable. Sin embargo, dado que yace fuera del mandato de la CTBTO [siglas en inglés de la Organización del Tratado de Prohibición Completa de Pruebas Nucleares], no ha sido posible precisar la fuente exacta”, tuiteó Zerbo.
En una declaración para la agencia noticiosa rusa TASS, un portavoz de Rosenergoatom, operadora estatal de todas las plantas de energía nuclear de Rusia, aseguró que las dos instalaciones nucleares del noroeste del país (localizadas cerca de las ciudades de San Petersburgo y Múrmansk, respectivamente) estaban funcionando con normalidad y no habían notificado de problema alguno.
“No hemos recibido quejas sobre el funcionamiento de los equipos”, enfatizó el portavoz en su comentario para TASS. “Durante el periodo mencionado, las emisiones agregadas de todos los isótopos especificados no excedieron las cifras de referencia. Y tampoco han notificado de incidentes relacionados con la liberación de radionúclidos fuera de las estructuras de contención”.
—
Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek