“¡Tenemos que tomarnos una
selfie!”, propone Neil deGrasse Tyson, astrofísico, cosmólogo y quizás el
único científico viviente con un estatus de culto. En enero, un martes por la
tarde, está de pie bajo la esfera gigante del Planetario de Hayden en
Manhattan, donde trabaja como director, instando a varios amigos a que se unan
a él. Detrás de él hay cámaras en plataformas móviles y el sencillo plató de
StarTalk, su nuevo programa nocturno de televisión para el canal de National
Geographic: tres sillas y tres micrófonos, uno para él y dos para sus
invitados: un científico y un comediante.
Tyson le hace señas con los brazos a Dennis
Overbye, escritor científico galardonado del New York Times, quien está entre
el público, y a Janna Levin, cosmóloga y catedrática de la Universidad Barnard,
que es su “científica” invitada para este episodio. Ella lleva un vestido
cubierto de estrellas. La corbata de Tyson está pintada con galaxias y
nebulosas. Tyson es, con mucho, el más alto de los tres, así que extiende su
iPhone para la selfie. Todos se apretujan por un momento, haciendo varias
tomas, mientras Tyson suelta una risita. También ríe entre dientes. A menudo.
Varias veces durante la tarde, se inclina hacia delante y ríe a todo pulmón en
respuesta a los ingeniosos comentarios de sus invitados.
Es inquietante y encantador observar al
astrofísico más famoso del mundo reír tan fuerte. ¿Cuándo fue la última vez que
usted vio un científico divirtiéndose?
Y eso es lo que él trata de demostrar. Con
su exitoso programa Cosmos, de la cadena Fox, desempolvó nuestro infrautilizado
sentido del asombro al revolotear alrededor de una nave espacial CGI y explicar
los orígenes del universo. Con StarTalk, quiere recordarnos que los científicos
son personas comunes y que el trabajo que hacen no es un ejercicio de erudición
arcano, sino también un negocio. Está sacando a la ciencia de la caja de la
“ciencia” y expandiéndola en todos los ámbitos.
StarTalk será el primer programa de
entrevistas de la TV estadounidense sobre la ciencia. La idea de que la ciencia
puede encajar en el formato de una animada conversación al aire es una
revolución nada despreciable para el género. Los programas de entrevistas se
relacionan con el placer de observar cómo varios famosos más grandes que la
vida misma bromean entre sí sin un guión de por medio, pero ¿realmente es
posible bromear sobre los agujeros negros? ¿Se puede discutir sobre el continuo
espacio-tiempo sin producirle jaqueca a 10 millones de personas? En algún
momento durante la grabación, Levin menciona la película Interstellar
(Interestelar), refiriéndose a ella como una “orgía de relatividad”, y pienso,
sí, es posible.
Tyson está bastante seguro de que hemos
estado listos para la ciencia en horario estelar desde hace mucho tiempo.
“Imagínese hace 10 años entrando en un estudio para tratar de vender un
programa donde hubiera cinco científicos hablando entre sí acerca de cosas relacionadas
con la ciencia y la tecnología. Pero ahora es el programa más popular en la
tele: The Big Bang Theory.”
Tyson quiere hacer que la ciencia sea tan
relevante para las masas que ven la televisión como los más recientes
movimientos de Kim Kardashian. El científico comienza cada episodio de su nuevo
programa mirando fijamente a la cámara, retorciendo el rostro en una expresión
cómicamente seria y recitando, en su tono barítono, “Star Talk. Donde la
ciencia y la cultura pop chocan entre sí.” Los episodios grabados aquella noche
incluyen profundos clavados en la ciencia detrás de Interstellar y una
exploración racial de la serie Star Trek, con una aparición como invitado de
George Takei, una de las estrellas de ese programa.
Este parece ser un buen momento para llevar
a cabo un asalto cultural con el objetivo de influir en los gustos actuales.
Todo el espectro de la cultura pop parece estar dándose un atracón con la
ciencia. La página de Facebook “I Fucking Love Science” (Me encanta la ciencia,
carajo), que condensa los más recientes descubrimientos científicos en breves
mensajes altamente compartibles, tiene casi 20 millones de “Me gusta”.
Astronautas como Reid Wiseman de la NASA y Alexander Gerst de Alemania mandan
actualizaciones desde el espacio a cientos de miles de seguidores de Twitter.
Tyson tiene 3 millones de seguidores de Twitter. Mientras tanto, en Tumblr
abundan las lindas fotografías de nebulosas púrpura y diagramas clásicos de
anatomía, y en una página de Tumblr llamada Startorialist, manejada por un par
de doctores en astronomía, los mensajes tienen enlaces a colecciones de
vestidos estampados con galaxias y chaquetas con temas de la NASA, en el
creciente género de la moda espacial. Vestirse como nerd ha pasado de ser
gracioso y afectado hasta convertirse en un tema de alta costura.
Tyson no es ningún purista. Si la foto de
una nebulosa o un vestido estampado con una galaxia hace que las personas se
sientan más cerca de ciencia, entonces tiene valor. Su oficina en el Museo de
Historia Natural de Estados Unidos está llena de objetos kitsh relacionados con
el cosmos. Un paquete de seis cervezas marca Mars (Marte), una botella de salsa
picante de Luisiana con un transbordador espacial en su etiqueta, y docenas de
corbatas con tema espacial se muestran junto a un sombrero de ala plana con la
palabra “Bronx” (el distrito donde nació) bordada y muñecas rusas con vehículos
espaciales en lugar de rostros. “Amar” la ciencia, sin importar cuán
superficial parezca ser ese amor, sigue siendo revolucionario. Él ve todo esto
como una señal de que las personas (todo tipo de personas) por fin se sienten
fascinadas con la forma en que funciona nuestro mundo.
“Las personas reconocen que la ciencia es
importante, y reconocen que puede ser divertida”, dice Tyson. “Reconocen que la
ciencia está por todas partes. No es simplemente algo que usted pueda evadir, o
decir, ‘Esto es para científicos, pero yo estoy en otras cosas’.
Independientemente de si usted está en una cosa o en otra, la ciencia está en
usted.”
Pero el público que está en el estudio esta
noche no ha venido sólo para oír las teorías sobre los agujeros de gusano y la
relatividad. Han venido a ver un programa, y el valor de espectáculo de Tyson
proviene, en parte, del hecho de que a duras penas puede contener su
entusiasmo. Sus cejas suben y bajan por su frente mientras habla, y su cara se
retuerce con expresiones que se alternan entre la sorpresa, la incredulidad y
el profundo interés. Una vez, durante la grabación de esta noche, se puso a
cantar. Incluso cuando las cámaras dejan de grabar entre segmentos, Tyson
charla animadamente con el público en el estudio. Cuando un asistente se
presenta y comienza a alisar la chaqueta de Tyson, éste ronronea con deleite.
“¡Oh! Es como un masajista”, dice, sonriendo primero al cepillo y luego al
asistente. “Usted debería cobrar por eso.”[1] [2]
Tyson trabaja duro para lograr que la
teatralidad gregaria parezca tan fácil. Estudia a los comediantes para aprender
su ritmo y la forma en que se mueven sobre el escenario. Cuando da charlas
públicas, se niega a usar nada más que un micrófono de mano. Le gusta la manera
en que puede calibrar el tono y el volumen de su voz alejándolo o acercándolo a
su boca. Ha tomado elementos de Richard Pryor, Eddie Murphy, Tim Allen, Jeff
Foxworthy; comediantes totalmente diferentes entre sí que arrancan
observaciones sobre la naturaleza humana de su vida cotidiana. A Tyson le gusta
esa forma de pensar. La llama “perspectiva cósmica”, es decir, mirar más allá
de uno mismo hacia una verdad más grande. “Soy básicamente un educador”, dice,
“y pienso que el universo es un lugar hilarante. Así que en la medida en que
pueda transmitir la información, el conocimiento y la sabiduría en una forma
que le haga sonreír, ese será el camino que siga, porque usted lo recordará
mejor.”
En el espacio, nadie puede escucharte cuando
te avergüenzas
En Twitter, las frases cómicas de Tyson son
concienzudamente premeditados. Publica fragmentos de sabiduría científica y
meditaciones sobre la humanidad para sus 3 millones de seguidores, adaptados a
las noticias del día, y aderezados con sentido del humor. “Si el emparrillado
fuera una línea temporal y el Big Bang estuviera en una de las líneas de gol,
entonces el momento desde la aparición de los cavernícolas hasta el presente
equivaldría a una sola hoja de pasto”, escribió durante el Super Bowl a
principios de este mes. Parece sencillo, un cerebro científico desbordándose
con toda tranquilidad. No totalmente. Hay cálculos en esta afirmación. Hace que
sea graciosa para que resulte memorable. Se limita a 125 caracteres, en vez de
usar los 140 reglamentarios, para “sujetarme a un estándar más alto” y para que
algún seguidor tenga espacio para reenviarlo a mano, con todo y el nombre de
Twitter y las siglas “RT” (reenviar) incluidas, sin cambiar su publicación. Y
nunca abrevia. “Es una muletilla. Mire, uno está de acuerdo con el hecho de
tener un número limitado de caracteres. Si tengo que empezar a usar letras para
abreviar palabras, entonces no he formulado apropiadamente la idea para que se
adapte al medio.”
Cuando Tyson publica datos sobre las fases
de la luna u otros elementos del cielo nocturno, lo hace únicamente en verso.
“No quiero que las personas me acusen de destruir el romanticismo de un momento
al incorporarle demasiada ciencia.”
Tyson supo que quería ser científico cuando
tenía 9 años, cuando sus padres lo llevaron al Planetario Hayden y vio por
primera vez un cielo estrellado, aunque simulado Pero en otra vida, dice,
estaría escribiendo libretos de obras musicales en Broadway. “Es esta parte de
mí la que funciona en mis publicaciones de Twitter cuando las compongo. Es,
¿qué palabra elijo? ¿Y qué palabra precede a cuál para que resulte más melifluo
a su oído? ¿Cuándo aliterar y cuándo no? ¿Termino con el sustantivo o con el
verbo? Son esta clase de cosas las que me importan.”
La Internet suele encender fuegos donde hay
material para ello, y ser un científico ilustre cerca de una festividad
religiosa es como ser un árbol muerto durante una sequía. En Navidad, Tyson
escribió, “En este día, hace mucho tiempo, nació un niño que, a los 30 años,
transformaría el mundo. ¡Feliz cumpleaños, Isaac Newton! N. 25 de dic., 1642.”
El mensaje fue reenviado 18 mil veces y provocó la ira de los conservadores de
la Internet. Fue acusado de “acosar a los cristianos”, y su cuenta estuvo
saturada con mensajes de ira durante días. “¿Haría el mismo tipo de comentario
estúpido durante la próxima festividad musulmana, cobarde?”, escribió uno. El
contragolpe aún lo desconcierta. Pocos minutos después, escribió sobre Santa y
la física de tener a un reino con la nariz roja, y nadie se enfureció.
“Simplemente transmito información verídica,
y me sorprende mucho ver que varias personas exigen que sea eliminada. ¿Qué
ocurre en la cabeza de una persona que quiere que esto sea eliminado? Digamos
que usted es ateo y desea acosar a los cristianos. ¿Qué escribiría? Escribiría
cosas como, ‘Existen investigaciones que muestran que Jesús podría no haber
existido’. No estaría festejando el cumpleaños de Isaac Newton.”
Pero por cada persona que se pone nerviosa
con las publicaciones de Tyson, hay una legión de mega-admiradores. Este
verano, en @dogboner, una cuenta de Twitter que publica principalmente humor
extraño de la Internet y administrada por Michael Hale, se publicó una foto de
Tyson en el subterráneo de Nueva York. “Un tipo usando su computadora portátil
en el tren como cualquier estúpido nerd. Qué risa.”, decía el mensaje.
Rápidamente, la fotografía se volvió viral. Hale sabía quién era Tyson,
escribió al día siguiente en un mensaje en Gawker. Se trataba de una broma.
Pero pocos se dieron cuenta, y en lugar de ello, miles admiradores se volcaron
en Twitter y Facebook implorando que Hale “Caiga en un océano de sida”, entre
otras cosas menos publicables.
Tyson se topó una vez con el actor Charlie
Sheen, quien vagaba por los salones del museo con su familia. Tyson y Sheen se
sentaron a charlar en la oficina de éste. Resultó Sheen, que en estos días
aparece en las noticias únicamente por su uso de drogas y por provocar escenas,
tiene un lado que el público nunca ha visto. “Me preguntaba cosas como, ‘Si
nace una estrella, y está hecha de gas, y yo veo estas nubes de gas en las
fotos del Hubble, ¿eso significa que…?’, y así. ¡Una conversación de 20 minutos
sobre esto! Y yo me dije, nadie sabe esto acerca de él. Y pensé que si pudiera
traerlo aquí de nuevo, podíamos hacer ‘Charlie Sheen le pregunta a un
astrofísico’. Él lograría difundir su amor por la “nerdosfera”.
“Si va a publicar esto, dígale a Charlie
Sheen que voy por él. Dígale que tengo gente en el universo que lo encontrará y
que lo traerá como invitado a Star Talk.”
Precaución: científico compone una rima
De vuelta en el plató, las cámaras se
encienden otra vez, y Tyson, Levin y el comediante Eugene Mirman, que
interpreta a “Gene” en Bob’s Burgers, se adentran en una conversación sobre
agujeros de gusano, agujeros negros y relatividad. Tyson decide recitar un
poema que escribió hace 20 años sobre lo que ocurriría si una persona cayera en
un agujero negro. “En realidad, es una rima”, dice. “Los poetas escriben
poemas. Las personas comunes sólo hacen rimas.” Le pide al público que guarde
silencio mientras empieza:
En un clavado de pie
En este abismo cósmico
Usted no sobrevivirá
Porque no errará
El impulso de la fuerza de gravedad
Provocará tal calamidad
Mientras usted se estira de la cabeza a los
pies
¿Seguro que quiere ir?
Los átomos de su cuerpo, usted los verá
Entrar uno por uno
La singularidad los engullirá
…y usted no se divertirá.
Aplaudimos a rabiar. Es pésimo, pero
divertido. Y ahora sabemos que una “singularidad” se refiere al centro de un
agujero negro. Toda la noche está salpicada del tipo de datos que provocan
asombro. Me entero de que una estrella de neutrones puede tener un campo
magnético un billón veces más fuerte que el campo magnético de la Tierra. Me
entero de que los satélites GPS están tan lejos de la Tierra que su experiencia
del tiempo es perceptiblemente más rápida que la nuestra, y que tienen que
corregir la diferencia de tiempo-velocidad antes de transmitir la información
hacia nuestros dispositivos. “Esa es la relatividad general manifiesta”,
explica Levin, el cosmólogo.
El hombre sentado a mi izquierda, Devon
James, de 24 años, es un estudiante postgraduado de química ambiental en la
Universidad de Queens. En su regazo, tiene una copia de The Tao of Physics: An
Exploration of the Parallels Between Modern Physics and Eastern Mysticism (El
Tao de la física: Una exploración de los paralelos entre la física moderna y el
misticismo oriental). Ha sido un admirador de Tyson durante años. “Me crié en
un barrio céntrico pobre, y por eso, puedo entenderlo”, dice James. “Dijo que
no vio las estrellas por primera vez sino hasta que cumplió 9 años, debido a la
contaminación provocada por la iluminación artificial en Nueva York. Yo vi por
primera vez la Osa Mayor al norte de Nueva York, cuando iba a la Universidad en
Itaca. Además, es moreno y científico. Un científico moreno. Me gusta eso.”
Mucho antes de Cosmos, y antes de que Tyson
se volviera famoso en los círculos convencionales, trabajaba en investigación
astrofísica. Ha publicado 10 libros y varios artículos con títulos como
“Distribución de la velocidad radial y fortaleza lineal de 33 estrellas de
carbono en el bulbo galáctico” y “Sobre la posibilidad de galaxias enanas ricas
en gases en el bosque de Lyman-alfa”. Tyson dice que planea regresar pronto a
esa línea de trabajo. Bromea diciendo que no podrá “reclamar a la ciencia” como
su campo por mucho más tiempo, a menos que haga un poco de ciencia exacta.
“Tengo en mente volver a dar potencia a mi perfil de investigación durante el
próximo año o así. Varias personas están ansiosas de colaborar conmigo y tengo
otros proyectos que fueron puestos en espera, por lo que podría reincorporarme
prácticamente de un momento a otro.”
Sin embargo, por ahora, el programa de
trabajo consiste en saturar los medios. Durante la próxima pausa comercial,
Tyson piensa más allá de su programa de televisión. Si la cultura pop
finalmente está aceptando a la astrofísica, ¿por qué no puede dar un poco de
amor a la ciencia del sistema terrestre? “Me encantaría creer, sin importar lo
iluso que pueda parecer, que los productores y los guardianes de los medios de
comunicación dirán, ‘Hey, si eso funciona con la astronomía, tal vez funcione
también con la biología, la química, o la geología’. Se podría presentar la
extracción de gas de esquisto o las fuentes alternativas de energía. Mire el
número de personas que asisten a la Comic Con (la convención más importante de
cómics en Estados Unidos). ¡Más de 100 mil personas! Y son todo tipo de gente.
Hay hombres, mujeres, ancianos, jóvenes, niños. Personas comunes, personas
hermosas. Toda esa gente allí… En cierta medida, todos tenemos un nerd en
nuestro interior. Y cuando expresamos ese nerd interior, no se trata de hacer
un juicio, sino de celebrar la vida y celebrar nuestro conocimiento de los
métodos y de las herramientas, y nuestro conocimiento de la naturaleza.”
Pero todo esto no está a punto de liberar a
nuestro interior nerd. Tyson se muestra abiertamente decidido al desestimar la
pregunta sobre si haría un programa para niños. Dice que la humanidad no tiene
tiempo para eso, cuando hay millones de adultos sin conocimientos científicos
que andan por ahí tomando decisiones. “El adulto científicamente analfabeto es
el que destina recursos y aprovecha las oportunidades, y si carecen de esos
conocimientos, el país no tiene esperanza. No tengo la paciencia para educar a
niños de secundaria para que adquieran conocimientos científicos y esperar 40
años para que lleguen a la Presidencia”.