¿Por qué Teherán repentinamente hace las paces con Hamas?
La agitación que se ha extendido por Oriente Medio está forjando algunas camaraderías extrañas. Después de sufrir un revés importante durante la guerra civil en Siria, el romance entre Irán y Hamas florece de nuevo, un mal augurio para cualquier esperanza de tener acuerdos pacíficos futuros en la región.
Teherán desde hace mucho ha sido el principal abastecedor de armas de los milicianos de Hamas en Gaza, el cual, como el gobierno iraní, es un grupo fundamentalista que cree en la difusión del islam y convertirlo en la ley dominante de Oriente Medio y más allá. Pero aun cuando Irán es la potencia chiita más dominante del islam, Hamas —una filial de los proscritos Hermanos Musulmanes egipcios— es parte de un mundo sunní que ve al chiismo como herejía.
La guerra civil en Siria puso a prueba la alianza de Hamas con Irán. Para 2011, la dirigencia política de Hamas fue expulsada de Damasco, donde había establecido su hogar después de ser expulsada de Jordania, que favorece a Occidente, en 1991.
Conforme continuó la guerra civil siria, el líder del departamento político de Hamas, Khaled Mashaal, trató de proteger su juego tanto como le fuera posible. Tuvo que tomar una decisión difícil: por una parte, el Presidente Bashar Assad masacraba a los rebeldes, que en su mayoría eran compañeros sunníes; por otra, el principal patrocinador de Assad, Irán, era el aliado más preciado de Hamas.
Mashaal finalmente acudió en apoyo de la rebelión sunní. Poco después, fue obligado a reubicarse de Damasco a su residencia actual, un hotel de lujo en Doha, Qatar. La acción fue seguida por un período de grandes fricciones con Irán. Hamas se vio todavía más aislado del resto del mundo árabe, sobre todo perdiendo a su principal patrocinador, Egipto, donde los Hermanos Musulmanes habían sido derrocados. Ese aislamiento fue un factor importante que llevó a la guerra en Gaza.
Conforme se ha intensificado la guerra con Israel —con los líderes mundiales exhortando el desarrollo económico en Gaza como un antídoto a la beligerancia, mientras EE UU e Israel buscan desmilitarizar la Franja de Gaza—, Irán se ha reconciliado con su viejo aliado, Hamas. Ha pedido a los musulmanes del mundo que envíen armas a Gaza, y también a la Ribera Occidental, donde a Irán le gustaría ver que el agresivamente belicoso Hamas releve del mando a la más moderada Autoridad Palestina, encabezada por el presidente Mahmoud Abbas, quien ha defendido un enfoque no violento para hallar un acuerdo de paz permanente con Israel.
Mientras terminaba julio, el líder supremo de irán, el Ayatolá Ali Khamenei, proclamó en forma desafiante que se opone a la “fatwa que desarmaría la resistencia, para que no puedan responder a los crímenes [de Israel]” del Presidente Barack Obama. Y dejó en claro que Irán apoyaría a Hamas. “Nosotros decimos que todo el mundo, y en especial el mundo del islam, está obligado a hacer todo lo que esté en sus capacidades para armar al pueblo de Palestina”, dijo Khamenei.
Un alto general iraní, el general de brigada Qassem Suleimani, comandante de la Fuerza Quds de elite, luego sumó su peso al argumento de que se debería seguir abasteciendo de armas a Hamas. “Enfrentar al enemigo sionista es una necesidad, y el movimiento de resistencia palestino convertirá la tierra y los cielos en un infierno para los sionistas”, dijo Suleimani, quien rara vez hace comentarios públicos, a la Agencia de Noticias República Islámica. Él añadió que el “desarme de la resistencia es una fantasía que solo se hará realidad en el cementerio” para Israel.
Una prohibición de Naciones Unidas a la exportación de armas desde Irán no ha impedido que Teherán arme a sus aliados a lo largo y ancho de la región. Apoya una insurrección chiita en la vecina Bahréin; arma a varios grupos que controlan territorios en un Yemen devastado por la guerra; es una influencia importante en la dirigencia iraquí, su ejército y algunas milicias iraquíes; arma al régimen islamista en Sudán, y el ejército representante de irán en Líbano, Hezbolá, es una fuerza dominante de apoyo a las acciones de Assad para mantener su control en Siria. Mientras tanto, Arabia Saudí, la principal competidora de Irán por la dirigencia árabe en la región, está batallando silenciosamente a grupos apoyados por iraníes en sus fronteras.
“Podemos ir país por país en la región y hablar de insurrecciones que son financiadas por Irán”, dice Ed Royce, representante republicano de California, quien preside el Comité de Relaciones Exteriores de la Cámara de Representantes de EE UU. Royce busca aumentar la presión sobre Teherán incluso cuando la administración de Obama trata de negociar un acuerdo destinado a mediar un relajamiento, y con el tiempo la remoción total, de las sanciones a Irán a cambio de que éste asegure que abandonará su programa avanzado de armas nucleares.
Según Royce, EE UU necesita considerar las ramificaciones del relajamiento a las sanciones mucho más allá de la cuestión de si los acuerdos por los problemas relacionados con las armas nucleares son buenos o malos. “Al liberalizar su moneda apurada a través de disminuir las sanciones, ellos serán capaces de dar más apoyo a Hamas, de dar más apoyo a Hezbolá”, dice él.
Como lo demostró un reporte en junio de un panel de la ONU que ejecuta las sanciones contra los iraníes, Teherán hace esfuerzos extraordinarios para evadir la prohibición de armas. El reporte explica con lujo de detalle lo que se encontró cuando un buque carguero, el Kols-C, fue interceptado por comandos israelíes en el mar Rojo en marzo. Describe un plan complejo diseñado para ocultar el origen iraní del cargamento del buque. El buque navegó en una ruta enrevesada, de Irán a Irak, de vuelta a Irán y luego al mar Rojo, donde estaba programado para atracar en el Puerto de Sudán. Después de ser puestos sobre aviso de la verdadera naturaleza del cargamento del barco por sus servicios de inteligencia, los israelíes descubrieron 40 misiles M-302, 181 morteros de 122 milímetros y 400 000 balas de calibre 7.62 —todo ello fabricado en Siria— ocultos bajo contenedores de cargamento legítimo.
El reporte de la ONU solo insinúa a dónde estaban destinadas las armas. Pero aun cuando la redacción del documento fue oscurecida deliberadamente por razones políticas, funcionarios israelíes dicen saber que se pretendía que las armas fuesen entregadas a milicianos islamistas en Gaza.
Si lo que dicen los israelíes es cierto, el cargamento letal quizá haya sido destinado para la Yihad Islámica Palestina, un grupo rival de Hamas que fuentes israelíes dicen que se ha convertido en el representante favorito de Irán en Gaza. Pero la guerra con Israel en Gaza parece haber provocado una reconciliación entre los mulás en Teherán y Hamas. El ministro del exterior de Irán, Javad Zarif, ha promocionado ampliamente una llamada telefónica que él hizo el 23 de julio a Mashaal. Las relaciones entre Irán y Hamas evidentemente están mejorando.
“La Guerra de Gaza ha sido un regalo para Khamenei”, dice Ali Alfoneh, un investigador de Irán y miembro importante de la Fundación para la Defensa de la Democracia. “Desde el estallido de la guerra civil en Siria, Teherán ha trabajado a las calladas para encontrar una fórmula mágica que asegure la supervivencia del régimen de Assad y que a la vez no lo enemiste con los milicianos sunníes palestinos”, dijo él. Ahora que Teherán tiene más confianza en la supervivencia futura de Assad, está buscando “reavivar las relaciones con Hamas”.
Hamas y los Hermanos Musulmanes desde hace mucho han visto a irán como un aliado, dice Jonathan Halevi, un alto investigador, radicado en Canadá, del islam radical en el Centro de Asuntos Públicos de Jerusalén. “Ello empezó con el Ayatolá Khamenei”, dijo Halevi. A pesar de la división entre sunníes y chiitas, “los Hermanos Musulmanes eran entusiastas de la revolución iraní” en 1980.
Al contrario de otras fuerzas sunníes en la región, los Hermanos y Hamas siguen promoviendo una alianza con Irán. “No es porque no tengan una disputa con el mundo chiita”, dice Halevi. “Es porque ven a Irán como una superpotencia en ascenso”. Añade él: por su parte, Irán ve a Hamas como “carne de cañón” en su guerra mayor contra los intereses estadounidenses en la región y contra Israel.
En el futuro, ambos bandos podrían considerarse mutuamente enemigos religiosos e ideológicos. Pero por ahora, su matrimonio por conveniencia está vivo y bien.