Hace tres semanas se publicó en este espacio un artículo titulado “La guerra científica contra el coronavirus“. En este el autor describió la forma en que el virus había crecido y daba un atisbo sobre lo que podía ser la producción de la vacuna por medios moleculares.
Se adelantaba también que debería de implementarse un protocolo de contención. Hoy quiero ocuparme de lo que, desde mi perspectiva, está sucediendo en nuestro país alrededor de las medidas preventivas.
Debo primero establecer qué podemos esperar en cuanto a la enfermedad. De acuerdo con los datos que se tienen, el 80 por ciento de los pacientes contaminados no presentan un cuadro severo. Esto quiere decir que ocho de cada diez presentarán los síntomas de una gripe fuerte. El 20 por ciento (dos de cada diez) presentará un cuadro severo, algo parecido a una pulmonía, y requerirá de hospitalización, y un 2 por ciento puede llegar a la muerte.
Los casos fatales son en su mayoría de pacientes mayores de 60 años o complicados con otras enfermedades, aunque se han dado muertes en pacientes jóvenes. Los niños, de acuerdo con los datos recabados, son los que salen mejor librados.
El sistema mexicano de salud no está en su mejor momento; sin embargo, se han destinado cinco hospitales para atender este tipo de casos: Hospital General, Hospital La Raza, Hospital 20 de Noviembre, Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias y el Instituto Nacional de Enfermedades, Ciencias Médicas y Nutrición.
¿De qué forma se puede determinar el contagio por virus COVID19?
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El examen para definirlo es una prueba molecular denominada PCR en tiempo real. En ella se extrae el ácido ribonucleico del virus y, mediante cadenas de moléculas específicas, se inicia el proceso de replicación que requiere aproximadamente tres horas y permite definir la presencia del virus.
La muestra debe de tomarse con el kit medio de transporte universal viral con hisopo de rayón. Los laboratorios privados no tienen el ensayo, y los pocos que lo tienen lo ofrecen a precios prohibitivos y en tiempos poco razonables.
Las medidas de prevención para el contagio más efectivas son: si no tiene que salir, no salga; evite las aglomeraciones; lávese y desinfecte con gel de alcohol las manos continuamente; cúbrase la boca al estornudar o toser; procure no tocarse la cara; no salude de mano y, si lo saludan de mano, haga como que la Virgen le habla.
El uso de máscaras quirúrgicas no evita el contagio, pero sí evita la diseminación del virus; las máscaras denominadas N95 pueden mitigar la posibilidad de contagio; pero solo lo mitigan; no lo impiden al 100 por ciento y tampoco hay en el mercado, pues nadie hizo una compra preventiva para México.
El transporte público es un lugar ideal para adquirir el virus.
El hecho de que una gran cantidad de pacientes presente síntomas moderados favorece el contagio, pues la persona junto a usted puede ser portador del virus y no expresar ningún síntoma.
Un virus es un organismo formado por cadenas de ácido ribonucleico y requiere invadir una célula para reproducirse. El virus que nos ocupa invade las células del sistema respiratorio y trastorna sus funciones.
¿Y LOS LABORATORIOS PARA LAS PRUEBAS?
Para hacer la prueba se requieren laboratorios de biología molecular, pero en México no hay muchos laboratorios de este tipo.
En este momento, el Instituto Nacional de Referencia Epidemiológica está concentrando las muestras. En el Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias se tiene aislado un caso confirmado de coronavirus. Esto confirma que la epidemia se ha instalado en México.
Por la velocidad de replicación del contagio en otros países, podemos esperar que en 60 días se tenga en México un contagio masivo.
El criterio para seleccionar a los pacientes que se analizan está relacionado principalmente con viajeros a quienes primero se les descarta para influenza estacional y luego se hace el ensayo de coronavirus.
La forma de seleccionar al paciente se denomina criterio operacional y, conforme se desarrolla, la epidemia va cambiando. En este momento, si alguien tiene síntomas y no ha viajado ni ha estado en contacto con turistas, se le supone afectado por influenza, y solo si los síntomas escalan dentro de la sintomatología de CoN19 se pasa a la prueba molecular.
Aquí debo mencionar un primer punto álgido en el manejo de la prevención, y este es que, en el Aeropuerto Internacional Benito Juárez, hasta el 22 de febrero solo el personal de seguridad que recibía a los turistas contaba con mascarillas de protección, y estas no eran de la especificación requerida. El personal de migración no traía ningún tipo de mascarillas ni guantes de protección. Esto revela una falla del protocolo de prevención en un área de alto riesgo.
El 27 de noviembre, el presidente de la república, en su conferencia mañanera dijo que no había que exagerar como se hizo con la epidemia de 2009, en la que por una cepa novedosa del H1N1 la economía se paralizó.
Al respecto, es importante aclarar el criterio médico de los infectólogos que manejaron el problema de 2009, pues afirman que sí fue acertado el manejo en la población por las siguientes razones: primero, la cepa viral se originó en México; segundo, la cantidad de infectados rebasó la capacidad de los laboratorios del sector salud.
En determinado momento todas las muestras resultaban positivas para la cepa viral, y gracias a que su índice de mortandad fue bajo no se llegó a un problema mayor. En el caso que nos ocupa aún se desconocen muchas cosas, de modo que llevar a cabo protocolos de prevención no es descabellado.
Podemos suponer que, si se orquestara una respuesta similar a la de 2009 en México, la velocidad de replicación se podría contener y la temporada de calor en puerta podría mitigar los efectos, pero esto solo es una suposición. Lo que es una certeza es que tomarlo a la ligera solo agravará el problema.
Pero la falta de coordinación es el común denominador desde la 4T, un ejemplo es el crucero Meraviglia, al que el alcalde de Cozumel le prohibió el desembarco hasta en tanto no se descartara la posibilidad de coronavirus en su tripulación, mientras el presidente Andrés Manuel López Obrador dijo que era inhumano prohibirles el desembarco.
En el otro extremo, el expresidente Felipe Calderón mandó un tuit en el que dice que el voronavirus es una enfermedad mortal que se transmite fácilmente y su tasa de mortandad ronda entre el 3 y el 6 por ciento. Aclaremos: todas las enfermedades pueden ser mortales, de algo se tiene que morir la gente, pero la tasa de mortandad establecida no supera el 3 por ciento. Es claro que el presidente y el expresidente están viendo la forma de sacar raja política, uno trata de proteger una economía mermada por sus dislates y el otro procura sacar raja política haciendo ver mal al primero.
¿Y QUÉ CON LOS PROTOCOLOS?
Cuando se tiene una población en riesgo, los protocolos indican aislar el contagio y ese es el criterio médico a seguir; sin embargo, si se siguen criterios políticos ante una situación de riesgo biológico se está encaminando a un desastre.
Considere que, si bien el coronavirus es de baja mortalidad, es una enfermedad dolorosa y molesta que pone al paciente en reposo absoluto trastornando con ello las cadenas productivas y deteniendo el paso de la economía.
Es importante también aclarar que se presume que el calor no favorece al virus, por lo que México, al estar entrando en la temporada de calor, tiene una alta probabilidad de tener mitigado el impacto de la viremia.
Sin embargo, es indispensable considerar que los enfermos con una infección con sintomatología similar a la pulmonía requieren atención en unidades hospitalarias de segundo y tercer nivel y que en nuestro país hay un aproximado de 1,200 unidades hospitalarias del nivel adecuado; de entre todas estas solo hay cinco hospitales que cuentan con todo lo necesario para atender este tipo de casos, de modo que, con el virus en nuestro territorio, si se replica en forma similar a China, en poco tiempo estarán superados los servicios de salud.
El sistema de salud federal tiene una falta de coordinación seria en la atención a pacientes.
De modo que es momento de comprar los artículos necesarios para prevenir el contagio. Las máscaras quirúrgicas no son suficientes para protegerse del contagio, pero sí son efectivas para que aquellos pacientes con influenza o alguna infección del sistema respiratorio no diseminen el contagio.
Las máscaras que dan mejor resultado para evitar el contagio son las denominadas N95, pero no son 100 por ciento seguras.
Es importante vacunarse contra la influenza estacional y contra la neumonía por dos razones. La primera es la de evitar el contagio de una influenza simple, la segunda que, si se llega a infectar el paciente con COVID19, se evite una complicación por influenza o neumococo que lo pondría en una situación grave.
Los fumadores y los individuos de la tercera edad pertenecen a los grupos vulnerables en enfermedades respiratorias y por ello deben ser muy cuidadosos.
Lavarse las manos continuamente y desinfectarlas con alcohol reduce el riesgo de contagio.
Si a usted le da catarro póngase un cubreboca para no desperdigar la infección y consulte a su médico.
Sea precavido en cuanto a su alimentación, de ser posible tome suplementos con vitamina C y evite enfriamientos.
Aún hay mucho que no se sabe sobre el virus, pero varios epidemiólogos suponen que nuestra latitud nos permitirá salir bien librados y evitar que el contagio escale a las proporciones que se dieron en China.
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La vida sigue, con o sin coronavirus, y tendremos que seguir bregando de una forma o de otra, de modo que solo me resta decir lo que los pilotos de la Fuerza Aérea Española dicen a sus compañeros cuando salen en vuelo de comisión: “Suerte, Vista y al Toro”.
VAGÓN DE CABÚS
La viremia de CoN19 va a trastocar la economía en México, como ya lo está haciendo en todo el mundo. Solo que para una economía tan débil como la nuestra esto puede ser muy grave. Si sucede, no hay que echarle la culpa al coronavirus, sino a una cadena de decisiones económicas equivocadas de la nueva administración. Supongo que la nueva administración dirá que el COVID19 es un virus neoliberal.
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El autor es historiador y físico. Su vida profesional abarca la docencia, los medios de comunicación y la televisión cultural. Es autor del libro HYPERLINK “https://newsweekespanol.com/2019/12/libro-ser-humano-incierto-salvador-casanova/” La maravillosa historia del tiempo y sus circunstancias.