Un enorme depósito hecho al Banco Mundial de Semillas de Svalbard ha elevado a más de un millón el número de muestras de semillas almacenadas en esa instalación.
La denominada “bóveda del fin del mundo”, ubicada en un remoto archipiélago noruego en el Océano Ártico, a unos 997 km del Polo Norte, es la mayor reserva de semillas de la Tierra y constituye la póliza de seguros definitiva para el suministro de alimentos de la humanidad.
Este martes, representantes de 35 bancos de semillas internacionales y regionales, así como de otras instituciones, depositaron más de 60,000 muestras de semillas, en lo que constituye la mayor adición desde la creación de la bóveda en 2008 en cuanto a la cantidad de donadores. Cada muestra alojada en la bóveda contiene alrededor de 500 semillas. Y la instalación tiene espacio para cerca de 4.5 millones de muestras en total.
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La más reciente adición significa que el número de muestras de semillas que se alojan en la instalación, que es propiedad del gobierno noruego, ha aumentado a alrededor de 1.05 millones, en comparación con la cifra anterior de cerca de 990,000.
Cierra Martin, vocera del Fondo Mundial para la Diversidad de Cultivos, que contribuye al funcionamiento de la instalación, declaró a Newsweek: “el Banco Mundial de Semillas de Svalbard es una instalación segura de reserva para los bancos de semillas del mundo. Muchos bancos de semillas, aunque participan en el importantísimo trabajo de la conservación y uso de las semillas, sufren de una financiación inadecuada, inestabilidad política, o el riesgo de enfrentar desastres naturales catastróficos. El Banco proporciona un almacenamiento seguro para sus semillas. Los depositantes del Banco De semillas siguen siendo propietarios de las muestras que depositan, y solo ellos pueden retirar el material en caso de ser necesario”.
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El más reciente depósito en el Banco de Semillas de Svalbard es el primero desde que se llevó a cabo una importante actualización técnica realizada en 2019, que fue puesta en marcha en respuesta a una inundación provocada por el derretimiento del permafrost en 2017. Durante la inundación, el agua llegó hasta el túnel de acceso, aunque se congeló nuevamente antes de entrar en la bóveda.
En respuesta, el gobierno noruego ha gastado alrededor de 21 millones de dólares para actualizar la instalación, equipándola con un nuevo túnel de acceso a prueba de agua, un mejor sistema de enfriamiento y otras medidas de seguridad para prepararse para un futuro en el que se espera que el cambio climático continúe derritiendo las regiones de permafrost del mundo.
La bóveda
La bóveda está construida dentro de la roca de una de las islas de Svalbard y está enfriada artificialmente a una temperatura de -18 grados Celsius. Si la alimentación de electricidad falla, la instalación está recubierta de permafrost, lo que significa que las semillas seguirían siendo preservadas.
“Conforme aumenta el ritmo del cambio climático y de la pérdida de biodiversidad, hay una nueva urgencia alrededor de los esfuerzos para salvar los cultivos del mundo que están en riesgo de extinción”, dijo en una declaración Stefan Schmitz, director ejecutivo del Fondo Mundial para la Diversidad de Cultivos, el organismo que contribuye a dirigir la instalación.
“El gran alcance del depósito de semillas realizado hoy refleja la preocupación del mundo sobre el impacto del cambio climático y la pérdida de biodiversidad en la producción de alimentos, pero lo más importante es que demuestra un creciente compromiso mundial por parte de las instituciones y países que han hecho los depósitos de hoy y, de hecho, de todo el mundo, con la conservación y el uso de la diversidad de cultivos que es crucial para los agricultores en sus esfuerzos para adaptarse a las cambiantes condiciones de crecimiento”, dijo.
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En el más reciente depósito de semillas, se almacenaron en la bóveda varios cientos de variedades distintas de plantas, entre ellas, cosechas, vegetales y hierbas comunes. Entre las adiciones más notables se encuentra el trigo emmer silvestre, depositado por la Universidad de Haifa, Israel, así como distintas variedades de patatas donadas por el Centro Internacional de la Papa de Perú, y 27 especies de plantas de las tierras de Highgrove en Inglaterra, que son propiedad del Príncipe Carlos, miembro de la familia real británica.
Además, la Nación Cherokee donó nueve variedades de semillas culturalmente importantes, como el maíz águila blanca y la calabaza candy roaster, que ya existían antes de la llegada de los europeos al continente americano. Esta es la primera vez en que una tribu nativa norteamericana de Estados Unidos realiza un depósito en la bóveda.
“Dentro de muchas generaciones, esta semillas seguirán conservando nuestra historia y siempre serán una parte de la Nación Cherokee en el mundo”, dijo en una declaración Chuck Hoskin Jr., Jefe Principal de la Nación Cherokee.
Antes del depósito más reciente, el Banco había recibido más de un millón de muestras durante toda su historia. Sin embargo, el Centro Internacional para la Investigación Agrícola en las Áreas Secas (ICARDA, por sus siglas en inglés) realizó tres retiros en 2015, 2017 y 2019, recuperando más de 100,000 muestras que fueron depositados originalmente por el banco de semillas del ICARDA en Aleppo, Siria.
Cuando se desató la guerra civil en Siria en 2015, el ICARDA se vio obligado a hacer el retiro inicial, que fue el primero que se realizó en el Banco, para reemplazar los ejemplares que se encontraban en el banco de semillas de Aleppo, que no podía funcionar en ese momento. Las semillas fueron enviadas a nuevas sedes del ICARDA en Marruecos y Líbano.
Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek