Por época decembrina aumenta el tráfico ilegal de especies de animales cuya venta se encuentra prohibida, el daño es irreversible y somos los humanos los principales responsables; especialistas en la materia, señalan que el mercado negro va en franco aumento por el simple hecho de que se muestra una mayor afición por tener como mascotas ejemplares exóticos sin importar que estén catalogados como especies en peligro.
De acuerdo al INEGI, el tráfico ilegal de vida silvestre genera ganancias de hasta 100 mil millones de dólares anuales y México es uno de los 17 paises “megadiversos” del mundo. En cuanto al número de especies, el país ocupa el segundo lugar en reptiles, el tercero en maíferos, el quinto en plantas y anfibios y el octavo en aves. Muchas de estas especies habitan únicamente en territorio mexicano, según datos de CONABIO.
El tráfico ilegal de vida representa además un riesgo para la seguridad nacional debido a su cercana relación con otras actividades ilícitas.
Entre las especies más comercializadas ilegalmente se ubican el perico cabeza amarilla, la guacamaya roja, la guacamaya verde, el tucán pecho amarillo, el mono araña, el mono aullador, la tarántula rodillas rojas, la iguana negra, la iguana verde, las víboras de cascabel y el halcón de Harris, mismos que son ofertados incluso por redes sociales y sitios de comercio cibernético.
Detrás de este comercio ilegal se encuentra una red de tráfico organizada, “en donde existen diversos niveles de actuación y diferentes integrantes, cada uno de los cuales realiza actividades específicas que en conjunto forman toda una cadena”, destaca informe de SEMARNAT al respecto.
Todo comienza con la extracción de ejemplares de vida silvestre para seguir con el acopio, transporte y distribución de los mismos y finalmente, la venta.