Si no se frena el cambio climático, la salud de los bebés que nacen ahora estará amenazada durante toda su vida por afecciones que abarcan desde el asma hasta la malnutrición, advirtió el jueves un estudio.
“Los cambios climáticos definirán la salud de toda una generación”, asegura el doctor Nick Watts, responsable de este informe divulgado en la revista médica The Lancet.
A pocas semanas de la Conferencia Internacional sobre el Clima (COP25) en Madrid, sus conclusiones encuentran eco en las advertencias de la adolescente sueca Greta Thunberg, convertida en emblema mundial contra el cambio climático.
“Si se mantiene el statu quo, con emisiones de carbono elevadas y el mismo ritmo de calentamiento, un niño nacido ahora vivirá a sus 71 años en un mundo 4 ºC más caliente de promedio. Esto amenazará su salud en todas las etapas de su vida”, escriben los autores.
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“Los niños son especialmente vulnerables a los riesgos sanitarios ligados a los cambios climáticos. Su cuerpo y su sistema inmunitario se desarrollan, lo que les convierte en más vulnerables a las enfermedades y los contaminantes”, asegura el doctor Watts, del Instituto para la Salud Mundial de la Universidad de Londres.
Pero las consecuencias sobre la salud “persisten en la edad adulta” y “duran toda la vida”, subraya, abogando por una “acción inmediata de todos los países para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero”.
El informe es la edición 2019 de un documento publicado anualmente por The Lancet titulado “Cuenta atrás sobre la salud y el cambio climático”. Mide 41 indicadores sobre ambos asuntos y está realizado en colaboración con 35 instituciones, incluidas la Organización Mundial de la Salud y el Banco Mundial.
Este año, los investigadores se centraron en la salud de los más pequeños, con la contaminación atmosférica como una de las mayores preocupaciones.
“A lo largo de toda su adolescencia y hasta la edad adulta, un bebé nacido ahora respirará un aire más tóxico, causado por los combustibles fósiles y agravado por el alza de las temperaturas”, prevé el estudio.
Los efectos potenciales son numerosos entre los niños, cuyos pulmones se están desarrollando: “Disminución de la función pulmonar, agravamiento del asma y mayor riesgo de crisis cardíaca y de accidente vascular cerebral”.
Bacterias y mosquitos
Según el informe, “las emisiones mundiales de CO2 que proceden de los combustibles fósiles continúan aumentando”, con un alza de 2,6% entre 2016 y 2018, y las “muertes prematuras relacionadas con las (partículas finas) PM 2,5 permanecen en unos 2,9 millones en el mundo”.
Otro efecto temido por el cambio climático es el aumento de epidemias de enfermedades infecciosas, a las que los niños son particularmente sensibles.
Al pasar a un clima más cálido y con más lluvia, se favorece el desarrollo de bacterias responsables de enfermedades diarreicas y del cólera, así como la propagación de mosquitos vectores de infecciones.
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Debido a los cambios climáticos, “el dengue es la enfermedad viral transmitida por los mosquitos que se propaga más rápidamente en el mundo”, según el informe.
“Nueve de los 10 años más propicios para la transmisión del dengue tuvieron lugar desde 2000, permitiendo a los mosquitos invadir nuevos territorios en Europa”, según los investigadores.
El informe subraya además que el alza de las temperaturas podría provocar fenómenos de malnutrición, debido a la disminución de las cosechas y a la consecuente alza de los precios de los alimentos.
Globalmente, los autores subrayan que la generación que nace ahora estará más expuesta a los fenómenos meteorológicos extremos, como canículas, sequías, inundaciones e incendios forestales.
Estos investigadores juzgan crucial “limitar el calentamiento a menos de 2 ºC”, como prevé el Acuerdo de París. Y reclaman que los impactos sobre la salud figuren “en primera línea de la agenda de la COP25”, que se abrirá el 2 de diciembre en Madrid.
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