Este gobierno de la llamada Cuarta Transformación tiene en sus manos la última oportunidad y el camino para generar esperanza en la institucionalidad resolviendo el caso de los 43 estudiantes desaparecidos de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa, Guerrero.
Lo anterior fue expresado por el rector de la Universidad Iberoamericana Puebla, Mario Ernesto Patrón Sánchez, al encabezar la “Jornada Ayotzinapa: Entre el dolor y la esperanza” en la que participaron estudiantes, académicos, directivos y padres de familia.
En una ceremonia emotiva, en la que se dio el pase de lista de cada uno de los 43 desaparecidos desde hace cinco años y al unísono se gritaba “lo queremos vivo”, el académico sentenció que el caso de Ayotzinapa “representa un México podrido”, pues aseveró que las estructuras del poder forman parte del crimen organizado.
Conmocionado, el titular de la universidad jesuita, sostuvo que la tragedia estudiantil ocurrida en el sexenio del priista Enrique Peña Nieto, “es la combinación perfecta entre la mafia institucional y un cartel tan poderoso como Guerreros Unidos” (sic).
También recalcó que Ayotzinapa fue posible gracias a la impunidad, el gran cáncer del país. En este sentido, recriminó que lo que debió haber sido una investigación sin precedentes por parte del Estado culminó con la detención de 120 personas, de las cuales, ya se liberaron a 70 involucrados. “Esto nos demuestra que en nuestro país es muy probable que existe mayor preponderancia de víctimas entre personas pobres”, lamentó.
Ante padres de uno de los desaparecidos, Patrón Sánchez, enfatizó que a pesar de las mentiras y amenazas, los familiares siguen en pie de lucha.
“Acompañar a los padres, es acompañarnos a nosotros por la no violencia, por la búsqueda de paz. Ayotzinapa marca dos momentos, un antes que nos muestra la mentira histórica donde se fabricaron culpables y pruebas, y un después que implica la etapa de supervisión internacional la cual desenmascaró al Estado y la red de mentiras que creó el Gobierno de Enrique Peña Nieto”, abundó.
Prometí llorar de felicidad y solo lo hago de tristeza, dice uno de los padres
En su oportunidad, Doña Hilda, madre de uno de los 43, recordó entre llanto que el 26 de septiembre de 2014 le cambió la vida para siempre a ella y a su esposo. “Nosotros no comprendíamos como habían desaparecido, pensamos que estaban detenidos, pero no fue así”, expresó con voz entrecortada.
En tanto, don Mario, relató que ha incumplido una promesa que le hizo a su hijo, pues no ha podido llorar de felicidad sino de tristeza. “Han sido cinco años de dolor, pero de esperanza, de conocer gente valiosa como Mario Patrón quien sin conocer a nuestros hijos se conmueve y lucha con nosotros”, expresó.
También conmovido por la ceremonia y por un lustro de dolor don Mario mencionó que el valor de su hijo por ir a Guerrero a estudiar y luchar por sus sueños, le enseñó la fuerza y pasión por la vida, aunque desgraciadamente también le mostró lo podrido que está el Sistema Judicial en este país.
“Mi hijo no es de diez, es solo un chamaco que quiere salir adelante, y a pesar de que no lo encuentro, lo felicito, estoy orgulloso de él porque estudió lo que quiso estudiar y luchó por lo que quería, por sus ideales. No se lo deseo a nadie, pero nosotros hacemos lo que haría cualquier padre de familia. Nos unió un dolor desesperante, no sé si existe dios, pero hoy creo nos merecemos la esperanza de encontrarlos vivos”, exclamó.
Cabe mencionar que al final del evento, Patrón Sánchez entregó un reconocimiento simbólico a los 43 estudiantes y uno más a las 43 familias, por lo que dicho acto fue secundado con un grito de estudiantes “porque vivos se los llevaron y vivos los queremos”.
Con información de Diario Puntual