TRES MUJERES DIERON un vuelco a la representación de las enfermedades mentales en la televisión actual: una “exnovia loca”, una mujer que muere muchas veces el día de su cumpleaños y otra que sufre por la muerte de su mejor amiga.
Muchos personajes en películas y series han estigmatizado la salud mental durante años: o son seres aislados o asesinos seriales. ¿Por qué?
En Russian Doll, Fleabag y Crazy ex-girlfriend no hay “locura genérica”, sino trastornos particulares. Y no, ninguno de sus personajes es asesino serial. Todos son seres complejos que conviven con sus enfermedades en mundos donde hay canciones y risa, mucha risa.
¿PODEMOS REÍRNOS DE LA SALUD MENTAL?
El psicólogo Peter McGraw dice, en su libro The Humor Code: A Global Search for What Makes Things Funny, que la comedia es luz y oscuridad en partes iguales. Los mejores chistes, reflexiona, toman algo horrible y lo vuelven tonto.
“Nuestros antepasados cavernícolas vivían en un mundo lleno de amenazas físicas. Hubo alivio al descubrir que un murmullo en la oscuridad era un ratón en lugar de un tigre dientes de sable”, explica Mc Graw en su libro. “Antes de que la gente pudiera hablar, la risa servía como señalización”.
En ese sentido, el humor se quedó con nosotros como una forma de advertencia, pero también como un medio para lidiar con las amenazas del mundo actual.
En una cita recuperada por The Atlantic, la psicóloga Daniela S. Hugelshofer dice que el humor actúa como un amortiguador contra el estrés, la depresión y la desesperanza.
La psicología positiva considera que el humor ayuda a establecer conexiones con el mundo y a dar sentido a la vida.
Aunque parezca que Russian Doll, Fleabag y Crazy ex-girlfriend —series de las que hablaremos— se toman la salud a broma, no es así. Abordan la ansiedad, la depresión, el trastorno de personalidad límite y las expectativas sobre las mujeres de forma seria y documentada.
Y, sobre todo, hacen énfasis en la importancia de ir a terapia y medicarse en casos necesarios.
HABLEMOS DE CRAZY EX-GIRLFRIEND
Creada y protagonizada por la comediante Rachel Bloom, esta serie cuenta la historia de Rebecca, una abogada talentosa que vive en Nueva York, pero que súbitamente decide mudarse a un pueblo llamado West Covina, donde vive su exnovio.
Rebecca le hace creer a todo el mundo que se va por una oportunidad laboral, pero —spoiler— no es así: en realidad va a perseguir a su ex para que regrese con ella.
En West Covina, Rebecca se encontrará, efectivamente, con el ex, pero también con un diagnóstico acertado para su enfermedad: trastorno de personalidad límite; con conductas autodestructivas y amigos que no la dejarán sola mientras ella es diagnosticada y lucha contra sí misma para llegar a la autoaceptación. Todo ambientado con canciones originales cargadas de humor negro.
Lo importante de Crazy ex-girlfriend es que aprovecha la historia de Rebecca para tocar temas como el aborto y la salud mental, con conocimiento y sin juzgar a sus personajes.
¿QUÉ HAY DE RUSSIAN DOLL?
Russian Doll cuenta la historia de Nadia, una programadora que está atrapada en un bucle temporal en el que muere una y otra vez el día de su cumpleaños.
La única forma en que Nadia puede saber por qué está atrapada en el tiempo es ir a sus pensamientos para encontrar la falla que la está llevando a morir.
El mensaje sobre la salud mental es claro: la respuesta al agobio de Nadia está dentro de ella, en su mente y emociones.
En esta serie hay un énfasis particular en la importancia de ir a terapia. Nadia acude con su tía psicóloga en busca de ayuda profesional.
Incluso hay un episodio en el que la protagonista convence a su amigo Alan de ir a terapia y este diálogo es casi un ensayo sobre la importancia de acudir con un especialista para cuidar la salud mental.
Lo más relevante es que el bucle temporal en el que están atrapados Nadia y Alan los lleva a reflexionar sobre cómo dejaron de ponerle atención a su salud mental durante años y cómo empezar a ponerle amor y cuidado a su mente podrá ayudarlos a sobrevivir al día que están condenados a repetir.
¿Y FLEABAG?
Esta serie está escrita y protagonizada por la guionista de la película Bond 25, Phoebe Waller-Bridge.
Fleabag es amada por sus fanáticos, la crítica y fue nominada para cuatro premios Emmy 2019.
Esta serie trata acerca de Fleabag, una chica que experimenta la muerte de su mejor amiga y además se siente culpable por ello, lo que la lleva a conductas de autodestrucción y a convertirse en una adicta al sexo.
Fleabag, como serie, tiene dos virtudes: desmitifica la bondad que durante años se quiso achacar a las mujeres —la protagonista está muy lejos (en serio muy) de ser perfecta y de verse siempre “bien”— y hace reír mucho, menos cuando no hace reír.
En esos pocos momentos de seriedad, la protagonista habla de lo que la atormenta. Es entonces cuando los espectadores se sienten golpeados, identificados e incómodos.
Aquí es cuando Fleabag lleva al espectador a reflexionar, con la seriedad necesaria, sobre la importancia de su condición mental.
Luego, Fleabag rompe la cuarta pared para volver al espectador cómplice de sus claroscuros. Es ahí cuando nos damos cuenta de que todos somos un poco ella, aunque no queramos y no lo aceptemos.
NO OLVIDAR
Pese a la inteligencia con la que están realizadas estas series, no debemos olvidar que son ficción y no son perfectas.
Así que toda banalización o romantización de las enfermedades mentales que encontremos en sus episodios debe ser desechada cuando hablamos de la vida real.
La salud mental es un asunto importante que requiere ser tratado por especialistas.