HOMOFÓBICOS, los medios mexicanos son homofóbicos. Sí, es muy fácil confundirse después de una o dos conquistas, pero la verdad es que lo medios de este país son homofóbicos.
¿En qué me baso para decir esto? En que en ninguno existe algo parecido a un proyecto de inclusión para los miembros de la comunidad LGBTTTIQA.
Si así fuera, tendríamos conductores de noticias abiertamente homosexuales a cuadro, reality shows de drag queens en horario familiar y una larga lista de propuestas dramatizadas con personajes transexuales.
La opinión pública enloquece de felicidad cuando dos personas del mismo sexo se dan un beso en programas de alto impacto como La rosa de Guadalupe o Como dice el dicho, pero la verdad es que llegamos muy tarde a esto.
Todo lo que estamos celebrando hoy, en pleno 2019, son triunfos que la televisión internacional hizo en los años 90 y no deja de ser vergonzoso que los mismos medios que generan las propuestas que supuestamente están cambiando la historia saquen otras, al mismo tiempo, que van en sentido contrario.
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Muchas personas festejan, por ejemplo, que Televisa haya conseguido el milagro de sensibilizar a las multitudes sobre el amor que puede existir entre dos hombres como Aris (Emilio Osorio) y Temo (Joaquín Bondoni) en Mi marido tiene más familia.
Pero la prensa y las redes se hacen de la vista gorda ante las ocurrencias homofóbicas de Guerra de chistes de esa misma empresa.
Mucha gente le hace fiestas a Netflix, por mencionar solo otro caso, por producir series que hablan de diversidad sexual como La casa de las flores.
Pero esa misma gente se queda callada cuando esta plataforma invierte una fortuna en apoyar los contenidos de comediantes famosos por su odio a los homosexuales como Franco Escamilla.
Si Televisa, Netflix y el resto de las compañías que integran la industria de la televisión tuvieran un proyecto en este sentido, sería imposible que viéramos estas contradicciones. ¡Pero no lo tienen!
Es gravísimo que tengamos estas inconsistencias y que nuestras pantallas sigan estigmatizando a los miembros de la comunidad LGBTTTIQA.
¿Por qué cuando se habla de diversidad sexual casi siempre se hace a través de figuras negativas o grotescas?
¿O qué, acaso usted no se ha dado cuenta de que atrás de la proliferación de programas de radio, televisión e internet dizque para hablar de temas de diversidad sexual hay más morbo que sustento editorial?
Lo digo con conocimiento de causa: los medios mexicanos han hecho de la homofobia uno de sus mejores negocios.
Por eso tergiversan las declaraciones de figuras como Mauricio Clark o hacen que las fanáticas de las lesbianas de Amar a muerte parezcan las enemigas de los personajes homosexuales de otras telenovelas.
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Todo se vale con tal de vender, y si hoy la diversidad sexual está de moda en los medios no es porque exista una agenda real, consistente y congruente. Es porque está dejando dinero. En el momento en que esto deje de ocurrir, volveremos al pasado.
Por tanto, es imposible que veamos una verdadera inclusión de los temas LGBTTTIQA en las industrias del entretenimiento y de la información de este país. ¿Así o más triste?
Ojalá que pronto se llegue a algo en este sentido, que nuestros medios entiendan la importancia de hacer bien las cosas y de crear proyectos que nos integren a todos, permanentemente, con lo que hacen, con lo que dicen.
Mientras tanto, a pesar de lo que se ha logrado, lo único que podemos decir es: homofóbicos, los medios mexicanos son homofóbicos. ¿A poco no?