En los estados de la República que integran la región centro-norte -de la que forma parte Aguascalientes- el 63% de las personas que nacen en comunidades y entornos de pobreza, permanecerán en esa misma situación por la falta de oportunidades de desarrollo, según señala el Informe de Movilidad Social 2019,del Centro de Estudios Espinosa Yglesias (CEEY), presentado en conjunto con el Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE) Región Centro.
No obstante, la desigualdad de oportunidades es muy acentuada según la región del país, por ejemplo, en el sur se estima un promedio de 82% de personas en condiciones de pobreza que permanecerán en ese nivel socioeconómico, mientras que en el norte se tiene un índice del 54%.
La media nacional se ubica en el 74%, es decir, tres cuartas partes de la población mexicana no tiene acceso a políticas públicas y programas económicos, educativos y sociales, que les permitan salir de la pobreza.
La consultora del informe, Mónica Orozco, señaló que el género es un aspecto que limita las oportunidades de desarrollo, ya que un hombre tiene mayores posibilidades de dejar la pobreza, que una mujer.
“A nivel nacional, 75 de cada 100 mujeres van a permanecer en condiciones de pobreza, en comparación con 71 de cada 100 hombres, en primer lugar a las etapas iniciales de los cursos de vida, las oportunidades las mujeres que tienen origen en los estratos más altos se reducen por ejemplo para llegar a la educación media o superior
Lo anterior se refleja en que sólo el 41% de las mujeres en edad productiva, tienen participación en el mercado laboral, mientras que los hombres registran un índice del 82%, es decir, el doble de oportunidades.
Además del género, siguen prevaleciendo actos discriminatorios étnicos y raciales, hacia las personas originarias de comunidades indígenas y según la tonalidad de piel de las personas, quiénes tienen hasta 10% menos oportunidades de movilidad social ascendente, es decir, oportunidades para ocupar altos cargos directivos o sociales, afirmó Mónica Orozco.
“El color de piel es una razón importante, que va más allá de la condición de pobreza de las personas y, sobre todo, el tipo de discriminación que se refiere es a las oportunidades educativas y laborales; las personas con tonalidad de piel más oscuras tienen menor movilidad ocupacional, mayores dificultades de inserción en los mercados laborales y menores posibilidades de capitalizar sus capacidades intelectuales para proveerse mayor bienestar”, puntualizó.
En las regiones agrícolas, el 70% de los predios y propiedades están a cargo de varones, mientras que el 30% restante, por mujeres, lo que ha provocado una movilidad de este sector de la población a las actividades del hogar, la limpieza o ayudantía en empresas manufactureras, principalmente.
La encuesta fue levantada en el último trimestre de 2017. Anteriormente, había sido aplicada en los años 2006 y 2011.
Propuestas para reducir la desigualdad económica y social
El Centro de Estudios Espinosa Yglesias (CEEY) propone algunas acciones que sirvan de base para políticas públicas de los tres niveles de gobierno (federal, estatal y municipal).
La primera de ellas es garantizar un sistema nacional de salud, universal, unificado, que sea financiado a partir de los impuestos de los mexicanos, señaló el director de Desarrollo Social del CEEY, Rodolfo de la Torre.
“(Mexicanos de primera y de segunda calidad)
En segundo término, se debería implementar un sistema educativo nacional, gratuito, de calidad e incluyente desde la educación inicial hasta la educación superior.
En este aspecto, señaló que antes de que se complete la universalidad de la educación superior, como lo prometió el gobierno federal, se deberían atender otras problemáticas en el ámbito educativo para garantizar una igualdad de condiciones entre los diversos estratos socioeconómicos del país.
“Si vemos la situación del país en su conjunto, apreciaremos que los mayores problemas educativos se tienen en el nivel medio superior y ahí es donde deberían concentrarse los esfuerzos, antes que la gratuidad en la educación universitaria, habría que evitar que el 35% de los estudiantes de educación media abandonen sus estudios”, afirmó.
El tercer punto es crear un mercado laboral flexible y seguro, que garantice la protección contra riesgos laborales y con mejores prestaciones económicas.
Por último, los investigadores del CEEY sugieren una reforma hacendaria integral para la creación de un sistema de seguridad social que favorezca la atención de los sectores con mayor marginación y vulnerabilidad.
A pesar de ello, Rodolfo de la Torre aseveró que cada estado de la República deberá tomar acciones diferenciadas para reducir la brecha de desigualdad social, coincidiendo en las acciones de desarrollo, infraestructura y programas sociales que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador ha prometido que se realizarán en el sur del país.
“A pesar de que sí hay acciones dirigidas al sur del país, me parece que hay algunas de ellas que son cuestionables, tanto por su rentabilidad, factibilidad o su impacto ambiental, entonces, por ejemplo la refinería de Dos Bocas si va a generar los efectos que se esperan (…), aunque deben existir acciones diferenciadas según las características de cada estado”, concluyó.