Después de Roma planea elegir un personaje pequeño para su siguiente actuación, algo que le permita aprender, y visibilizar problemas sociales de México.
YALITZA APARICIO dice que desde que se filmó Roma hasta ahora las cosas han vuelto a la calma. Le ha parecido que ser actriz no es tan lejano a ser maestra. Un buen maestro, dice, debe enseñar con el ejemplo. “Eso trataba de aplicar yo”.
La docente en educación preescolar explica que, si quería abordar la no discriminación, entonces tenía que mostrarlo en lo que hacía. Si quería demostrar respeto, ella tenía que respetarse a sí misma y a las demás personas. Ser actriz no es tan lejano a ser maestro, insiste. Solo que, con la actuación, se ha dado cuenta de que el impacto es mayor y llega a más personas.
Durante la promoción de la película sintió que, de alguna manera, podía ejercer su carrera al hablar en público y responder preguntas. Algunas personas le comentaban que nunca dejaría de ser maestra y ella piensa los mismo: “Si elijo la actuación también puedo transmitir los mensajes que deseo, transmitir conocimientos y seguir aprendiendo como hacen los maestros”.
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La actriz principal de la película Roma, la segunda actriz mexicana nominada en la historia de los premios Óscar, nunca pudo ejercer su carrera de educadora preescolar, pues recién había concluido sus estudios cuando se inició en los castings para el director Alfonso Cuarón.
Ahora tiene muchos guiones en las manos, de los cuales elegirá uno para su siguiente película. Los está leyendo todos porque le han dicho que se espera mucho de ella y lo quiere hacer bien.
“Me estoy tomando en serio analizar los temas que abordan, en qué consisten. Me han dicho que la siguiente película que haga, la gente va a estar muy atenta, así que no quiero cometer algún error. Me llama la atención compartir con el mundo temas sociales porque me he dado cuenta de que no solamente son de México, le corresponden a todo el mundo”.
La entrevista de Newsweek México con Yalitza Aparicio se realizó durante el Festival Internacional de Cine de Panamá (IFF Panamá). Ella viajó junto con Eugenio Caballero, director de arte de Roma, para asistir a la transmisión de la película y participar en una sesión de preguntas y respuestas con el público.
Siempre, adonde iba, se hacían tumultos. Personas queriendo tomarse la foto, hablar con ella, tocarla. Con los días, la situación se relajó y más o menos podía caminar por el hotel sede del IFF Panamá sin atropellos.
Yalitza se escabullía entre el elevador y su suite, la cual compartía con su amiga Alejandra, quien además es su representante. Cuando traía pantalones de mezclilla y tenis, podía esconderse mejor.
Para ella, estar en Panamá fue como estar de vacaciones, por tener el mar cerca y sentir el calor como el de su tierra. “Es de los pocos vuelos en que no me dormí, estuve tomando fotos. Sentí que ahora sí iba a tener vacaciones”.
A Yalitza le dieron las llaves de la ciudad. Al principio se preguntó por qué a ella, “quién soy yo para que me entreguen las llaves de una ciudad”. Pero se puso a investigar y se sintió muy honrada. “Es algo muy bello e increíble que me las quieran dar a mí”.
RESPONSABILIDAD Y CARGA
Sobre la responsabilidad social que le ha traído Roma, pues muchas mujeres la ven como un sueño hecho realidad, Yalitza dice que a ratos es como una carga. “Hasta cierto punto lo es, sobre todo por la responsabilidad que tengo ahora, que están viendo lo que hago y puedo ser lo que quisieran ser, tengo que tener cuidado con lo que digo, con lo que hago”.
Le han llegado a decir que es muy chiquita para tal responsabilidad, comenta. “Pero es bonito tener la oportunidad de ser esa mujer que motive a más mujeres y, no solo a mujeres”, añade y alza un poco los hombros.
Yalitza ha participado en foros de Naciones Unidas, en Ginebra, Suiza, para los festejos del Día de la Mujer. Ahí ha dicho que una mujer debe ser tenaz y obstinada para lograr lo que quiere y que, cuando por fin cumple con su meta, la satisfacción es mucho mayor.
Sus palabras son semejantes a las que repite en la entrevista, pues dice que su mamá le insistía en que siguiera estudiando. La llevaba adonde trabajaba para que viera lo duro que era ser trabajadora del hogar. Los recursos eran limitados, pero mi mamá decía que eso no era pretexto para dejar de estudiar.
“Mi mamá decía: vamos a juntar dinero, ven a conocer qué difícil es mi trabajo y ve a estudiar. Por eso digo —añade— que hay que empezar por nosotros, darnos cuenta de que debemos aspirar a más y apoyarse en la familia, en tu hogar te van a decir sigue luchando, alcanza lo que quieres”.
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Yalitza Aparicio asegura ser una mujer feminista que lucha por la igualdad. Hay quienes creen, dice, que lo que se busca con el empoderamiento de las mujeres es estar por encima de los hombres o ser mejores que ellos, pero no es así, recalca.
“Yo lo que busco —explica— es la igualdad de derechos y oportunidades. Eso es lo que me motiva y puedo demostrarles que para mí eso es ser feminista”.
POLÍTICA Y ESFUERZO INDIVIDUAL
Cuando a Yalitza le preguntan por las políticas públicas de su país y por la actuación del gobierno, responde que aún es temprano para juzgar el desempeño de Andrés Manuel López Obrador. También afirma que le da gusto que se visibilice a las trabajadoras del hogar y se regule su participación en el IMSS, por ejemplo.
Sin embargo, regresa al esfuerzo individual. Es muy insistente en ello. Está bien exigir que el gobierno mejore, declara, pero “hay que empezar por uno mismo. Es un trabajo de toda la sociedad y debemos empezar por nosotros mismos, si nos respetamos a nosotros mismos podremos respetar también lo que está a nuestro alrededor. Deberían incluir políticas públicas, claro, pero nosotros también debemos actuar. Exigir, pero también hacer algo al respecto”.
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Y habla de las caravanas de migrantes. Considera que para ellos es muy difícil tomar la decisión de abandonar su hogar y arriesgarse a tomar este camino. Sobre las críticas que ha escuchado de ellos, comenta que todos “hemos dejado nuestro lugar para ir a otro a buscar mejores oportunidades”.
Las personas que dejan sus países, asegura, se arriesgan con la idea de buscar mejores oportunidades para sus familias y, muchas veces, somos nosotros quienes les ponemos barreras en el camino: “Qué estamos haciendo —pregunta—, nosotros mismos estamos impidiendo que estas personas hagan su lucha y salgan adelante”.
ESPECTÁCULO Y FAMILA
Durante la promoción de Roma Yalitza conoció personalidades que le dieron la bienvenida, “me dieron consejos, me hicieron sentir bienvenida en este nuevo mundo”.
Y en la entrega de los premios Óscar posó en fotos con actores y actrices de todo el mundo, y con el apoyo de un traductor pudo acercarse y platicarles. Le gustó sentir que eran personas normales, con problemas como los de cualquiera. Le decían que no se desvelara, que cuidara su alimentación.
La amistad con Alfonso Cuarón también la ayudó a confiar en ella, en lo que podía alcanzar y de lo que podía ser capaz sin tener que encajar en un molde y cumplir expectativas.
“Quieren hacerte creer que debes encajar en eso, pero lo mejor es no dejarte llevar. Alfonso Cuarón confió en mí, en cada momento de esa trayectoria (de la filmación), ayudándome y confiando en mí como un hermano, además de un amigo, nunca te deja; no es que hicimos el trabajo y adiós, me apoya y mantenemos una comunicación bonita”.
Cuando la situación se ha puesto difícil, Yalitza recurre a su familia. Emocionalmente es la base con la que cuenta. En su trayectoria como actriz, desde el casting de Roma hasta el día de hoy, ha sentido que, si lo necesita, puede correr a Tlaxiaco a buscar refugio.
Desde el casting su familia estuvo al pendiente pues, cuenta, llegaron a pensar que podría ser un fraude. Y es que “en México pasan muchas cosas”, dice.
Su familia lo que hizo fue impulsar su carrera. Le decían que lo intentara, que se diera la oportunidad de conocer. “Me he agarrado de ellos en algunos momentos complicados. Regreso y estoy con ellos, me dicen tranquila, vas a ir aprendiendo, poco a poco te irás sintiendo mejor”.
En una de las conversaciones con actores extranjeros apreció mucho que le describieran cómo era su mundo. Es muy bonito, le aseguraron, pero “igual muy cruel porque te vas a topar con muchas cosas, donde vas a decir no me están apoyando, me están queriendo tapar el camino, te vas a enfrentar a eso y debes tener la mejor actitud y saber que está tu familia ahí para apoyarte”.
Una actriz le platicó que ella siempre se refugiaba en su familia y en ella misma. La actriz le dio una lección de vida. Mi familia es primero, antes que la opinión de la gente, es mi regla, le aseguró. “Luego me pregunto cómo estoy yo, cómo me siento, qué quiero, está mi familia, ver por ellos, estar siempre para ellos y para mí y al último lo que diga la gente”.
Tal parece que es una frase interiorizada por Yalitza. Ella viaja con su amiga de la infancia, quien es responsable de su agenda y las medidas de seguridad.
Ambas duermen en la misma habitación, se ríen juntas y, cuando responde a las preguntas, de cuándo en cuándo voltea a verla.