Dos periodistas de Reuters condenados a siete años de prisión en Birmania tras haber investigado una masacre de musulmanes rohinyá fueron liberados este martes, tras una campaña mundial a favor de su excarcelación.
Wa Lone y Kyaw Soe Oo fueron asediados por los medios al salir de la cárcel de Rangún en la que pasaron más de 500 días detenidos.
“Soy periodista y voy a continuar” con mi labor, declaró Wa Lone, de 33 años. “Gracias a todos los que me ayudaron y me apoyaron, aquí y en el extranjero, durante estos días en los que estábamos en prisión”, añadió.
La ONU saludó en un comunicado su liberación, que se produjo en el marco de un indulto, considerándola “un paso hacia una mayor libertad de prensa y una muestra del compromiso del gobierno en favor de la transición democrática en Birmania”.
Amnistía Internacional considera la decisión “una importante victoria para la libertad de prensa”.
“La crisis no ha terminado”, insistió por su parte Human Rights Watch, mientras que la portavoz de la Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos denunció una “situación catastrófica” para la libertad de expresión.
Quote of the Day, by Wa Lone, imprisoned for more than 500 days in Myanmar, one of two Reuters journalists jailed for reporting a massacre. https://t.co/9z6q9vBZfX pic.twitter.com/5GKKkfpV8n
— Human Rights Watch (@hrw) 7 de mayo de 2019
El secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, celebró también la salida de la cárcel.
“Estados Unidos celebra la decisión de Birmania de liberar a los periodistas de Reuters Wa Lone & Kyaw Soe Oo, liberándolos para que vuelvan a estar con sus familias después de cerca de 500 días de detención”, dijo Pompeo en Twitter.
The United States welcomes the decision in Burma to release @Reuters journalists Wa Lone & Kyaw Soe Oo, freeing them to return to their families following over 500 days of imprisonment. We hope to see the release of other imprisoned journalists and greater freedom of expression.
— Secretary Pompeo (@SecPompeo) 7 de mayo de 2019
Fueron liberados en nombre “del interés nacional a largo plazo”, declaró por su parte el portavoz del gobierno, Zaw Htay, en su primer comentario a la AFP. “Nuestro país respeta verdaderamente los derechos humanos”, insistió Win Myat Aye, ministro del gobierno de Aung San Suu Kyi, quien declinó comentar el acontecimiento.
Durante el año y medio que estuvieron encarcelados, los dos reporteros se perdieron importantes acontecimientos familiares, como el nacimiento de la hija de Wa Lone.
La Unión Europea prometió que “continuará trabajando con las autoridades birmanas a favor del desarrollo de la democracia”, en un país en el que se convocaron elecciones legislativas para 2020, lo que pudo llevar al Ejecutivo a querer saldar este asunto embarazoso.
La Corte Suprema había rechazado hace pocas semanas el recurso de los dos periodistas de Reuters, cuya condena generó indignación internacional.
Su investigación fue reconocida con el premio Pulitzer, una de las mayores recompensas en periodismo. También fueron distinguidos por la UNESCO y designados, junto a varios compañeros de profesión, personalidades del año 2018 por la revista Time.
Wa Lone y Kyaw Soe Oo fueron condenados por haber infringido la ley sobre secretos de Estado, que data de la época colonial.
Su caso se convirtió en un ejemplo de la guerra contra la libertad de prensa y motivó una campaña internacional que atrajo la atención de la abogada de derechos humanos Amal Clooney, quien este martes dijo que fue “un honor representar” a sus clientes.
“Trampa”
Estaban acusados de haberse hecho con documentos clasificados relativos a las operaciones de las fuerzas birmanas de seguridad en el estado de Rakáin, en el noroeste de Birmania y escenario de los abusos contra la minoría musulmana rohinyá.
En el momento de su detención, en diciembre de 2017, investigaban una masacre de rohinyás en Inn Din, una localidad del norte del estado de Rakáin.
Después, el ejército reconoció que tres meses antes se produjeron atropellos y siete militares fueron condenados a 10 años de prisión.
Los dos periodistas defendieron siempre que fueron engañados.
Uno de los policías que declaró en este caso reconoció que el encuentro en el que se les entregaron los documentos clasificados fue una “trampa” para impedirles continuar con su trabajo.
Numerosos defensores de los derechos humanos instaron a la premio Nobel de la Paz Aung San Suu Kyi, líder de facto del gobierno birmano, a que empleara su influencia para que los dos periodistas recibieran un indulto presidencial.
Pero hasta ahora se negó a intervenir, invocando la independencia de la justicia.
Suu Kyi, muy criticada ya por su silencio sobre el drama de los rohinyás, llegó a justificar el encarcelamiento de los dos hombres, no “porque sean periodistas”, sino por “haber infringido” la ley.