En cuatro décadas, los desechos generados por los pobladores de 27 municipios ubicados sobre los márgenes del río Atoyac de Oaxaca llevaron al afluente a la agonía: contaminación, sobreexplotación de materiales pétreos y un basurero a cielo abierto, denuncia Nazario García, representante del Colectivo de Organizaciones Ambientales de Oaxaca (COAO).
En entrevista, lamenta que este río que nace de tres vertientes: Las Sedas y Plan Seco en Telixtlahuaca y Hondo en Huitzo, sea uno de los más contaminados del país, debido a que ninguna de las plantas tratadoras de las localidades asentadas en inmediaciones del afluente funcionan.
Y asegura que es responsabilidad de las instancias federales, estatales, municipales, así como la sociedad en su conjunto, contribuir con el saneamiento del río que apenas el siglo pasado regaba los plantíos del valle de Oaxaca.
Ante ello, anuncia la realización del primer Festival del Río Atoyac a efectuarse el próximo 5 de junio, en el marco de la celebración del Día Mundial del Medio Ambiente. Las actividades, sostiene, tienen como fin empujar la conciencia a través de conferencias, actividades artísticas, culturales y de limpieza.
Refirió que el director general del Organismo Cuenca Pacífico- Sur de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), Julio Alfonso López Hernández e integrantes de la organización realizaron un recorrido por el afluente.
Lo anterior, indicó, con la finalidad de verificar las principales problemáticas, así como de mostrar las acciones que han emprendido las autoridades de San Pablo Huitzo y San Francisco Telixtlahuaca con el COAO, consistente en la limpieza del afluente.
El ambientalista asegura que hay posibilidades de recuperar el afluente y si bien en México no existen experiencias satisfactorias, sí en otras partes del mundo, por lo que asegura “lo podemos hacer, podemos revertir el daño”.
Para ello, platea un decálogo de acciones que tendrían que emprender las autoridades federales, estatales y municipales:
“En primer lugar poner en funcionamiento las plantas tratadoras de aguas residuales y rehabilitar las que existen para evitar que continúen contaminando el río; en segunda delimitar la franja federal para evitar invasiones; el retiro inmediato de los saqueadores de material pétreo; reforestación; construcción de gaviones; edificación de bordos; retiro de los basureros a cielo abierto que se encuentran cerca del río y contaminan el subsuelo; la concientización a través de talleres permanentes a 27 comunidades asentadas en el margen; la creación de una escuela ambiental itinerante, así como de una comisión metropolitana”, apunta.
Así también considera fundamental que el río deje de ser rehén de sindicatos y organizaciones, por lo que plantea la recuperación del afluente que permitiría recuperar los mantos friáticos de la capital y municipios conurbados.