Los desechos que genera la industria mezcalera en Oaxaca dejarán de ser basura para convertirse en biogás y fuente de energía calorífica que permita incorporarse en el proceso de transformación de maguey a mezcal.
La investigadora mexicana Violeta Bravo Sepúlveda y la Asociación oaxaqueña “Procesos Proambientales Xaquixe” de manera conjunta con productores de la bebida realizan un desarrollo tecnológico que permita el aprovechamiento de lo que hasta ahora es considerada “basura”.
En entrevista la doctora en Gestión de Recursos Renovables por la Universidad Técnica de Brandemburgo, detalla que además de diseñar y poner en marcha un reactor que transforme la vinaza del maguey en gas metano, se busca capacitar a los mezcaleros para que puedan instrumentar esta tecnología de manera conjunta en sus comunidades.
En una primera etapa, indica, se busca instalar un laboratorio, así como efectuar las adaptaciones al prototipo de reactor tipo ASR que fue donado por parte de la Universidad alemana y el Centro de Investigación y Desarrollo Tecnológico en Electroquímica (CIDETEQ), a la asociación “Procesos Proambientales”.
Y es que la investigadora desarrolló un reactor para generar biogás a partir de estiércol de animales, mezclado con aceite de cocina y otros desechos orgánicos.
A partir de esa innovación que ya se encuentra en operación en Querétaro y que permite aprovechar los desechos de animales para convertirlos en gas metano, así como utilizarlo en la cocción de alimentos embutidos, se busca llevar a cabo la adaptación para la vinaza de maguey.
La ingeniera Química por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) confía que a la brevedad se pueda contar con el prototipo del reactor.
En Oaxaca se producen anualmente alrededor de 122 mil 696 toneladas de este residuo de la producción mezcalera, el cual es vertido de manera irregular en los cauces de ríos, e inclusive incinerado, lo que genera contaminación y daño al medio ambiente.
Por su parte, el presidente y fundador de la Asociación Civil “Procesos Proambientales Xaquixe”, Christian Thornton, indica que si bien la vinaza es orgánica, contiene una alta cantidad en nitrato y acidez, lo que provoca contaminación en el agua y la tierra.
Por lo que, resalta, es prioritario encontrar una alternativa para reutilizarla en generación de gas metano, el cual posteriormente podría ser utilizado en la cocción de pencas o bien en la destilación del mezcal.
De esta manera, indica, se podría dejar de usar una gran cantidad de leña –evitando la deforestación y contribuyendo a la disminución de emisiones de gases invernadero– que interviene en la producción de la bebida espirituosa, una de las más importantes en la economía y generación de empleos de la entidad.
El artista plástico también cuenta con un desarrollo de “Horno altamente sustentable para destilación de mezcal en alambique de cobre”, el cual funciona con biogás e “imita” el fuego lento de la leña, a través de una combustión por convección.
Refiere que a diferencia de los hornos tradicionales, el mezcal no pierde sus propiedades, ni tampoco se requiere de una gran cantidad de gas para su funcionamiento, lo que permite generar ahorros para los productores.
Además, está en proceso de construcción de un horno para pencas también con biogás, el cual alcanza altas temperaturas de manera continua y cuenta con un apartado para introducir leña, que ofrezca el sabor tradicional del mezcal artesanal.
En los nueve estados con denominación de origen de mezcal (Oaxaca, Guerrero, Durango, San Luis Potosí, Zacatecas, Guanajuato, Tamaulipas, Michoacán y Puebla) se producen anualmente alrededor de cuatro millones de litros de mezcal y Oaxaca concentra el 87 por ciento del total de producción, de acuerdo al informe del Consejo Mexicano Regulador del Mezcal.