Con apenas tres días en el cargo, Damares Alves, la ministra de la Mujer, la Familia y los Derechos Humanos ya tuvo su primera polémica.
“Es una nueva era en Brasil: niño viste de azul y niña viste de rosa”, dijo la ministra, grabada en lo que parecía un festejo del inicio de una “nueva era” en Brasil.
Alves es abogada y pastora evangélica y tiene uno de los cargos más delicados en el gobierno de Bolsonaro. A lo largo de su carrera tuvo numerosos exabruptos racistas, misóginos y homófobos.
Su designación retribuye en cierta forma el apoyo que las iglesias neopentecostales dieron al excapitán del Ejército durante la campaña electoral.
Alves es abogada y se desempeñaba – antes de tomar el cargo – como asesora del senador Magno Malta, también pastor evangélico y un importante aliado en el triunfo de Bolsonaro.
Pese a sus posiciones ultraconservadoras, Alves sorprendió en sus primeras declaraciones, al expresar su deseo de trabajar en armonía con la comunidad LGBT.
“Las demandas LGBT son muy delicadas, pero mi relación con los movimientos LGBT es muy buena. Tengo entendido que es posible tener un gobierno de paz entre el movimiento conservador, el movimiento LGBT y los demás movimientos”, dijo Alves a la prensa.
Lee: Inicia la era Bolsonaro: propone usar los “valores conservadores” para sacar a Brasil de la crisis
Alves también está en contra del aborto. En sus primeras declaraciones dijo: “Vamos a difundir políticas públicas que aún no llegaron a las mujeres (…) hacer un gran pacto por la infancia, que va a ser prioridad de este gobierno. El más grande y primer derecho es el derecho a la vida”, aseguró. También se definió como una persona contraria al aborto.
“Queremos un Brasil sin aborto, que priorice políticas públicas y de planificación familiar, que el aborto no sea considerado como método anticonceptivo. El aborto, solo en casos necesarios y aquellos previstos por la ley. Creo que la legislación no debe alterarse”, agregó.
En Brasil, el aborto no es punible cuando el embarazo pone en peligro la vida de la madre, cuando hay malformación del feto o cuando es consecuencia de una violación.
Tendrá a cargo igualmente las cuestiones indígenas, después que Bolsonaro decidiera sacar a la Fundación Nacional del Indio (FUNAI), la entidad que se ocupa del tema, del ámbito del ministerio de Justicia para ponerlo en el de derechos humanos.
“La Funai no es un problema. El indio no es un problema, el indio es una persona y tiene que ser visto como un todo, no sólo como tierra” consideró Alves. “La demarcación (de tierras) es un tema polémico, no lo vamos a resolver ahora, el gobierno nuevo viene con nuevas propuestas” que serán discutidas con varios ministerios, como Salud, Educación o Ciudadanía.
Lee: “Somos amigos de EE.UU”: Bolsonaro le hace un ‘guiño’ a Trump en su segundo día de mandato
Alves es la segunda mujer en el gabinete de Bolsonaro, después de la ministra de Agricultura, Teresa Cristina. El equipo del presidente electo está integrado por militares, ministros económicamente liberales y moralmente conservadores.
Un equipo conservador
Bolsonaro se ha rodeado de ministros que comparten sus valores conservadores -contrarios al aborto y a la “ideología de género-, su fe cristiana, su visión proestadounidense, antiglobalizadora y antiizquierdista. Y hasta su escepticismo respecto al cambio climático.
El futuro canciller Ernesto Araújo prometió limpiar el ministerio de Exteriores de todo vestigio de “marxismo cultural”; y el filósofo colombiano Ricardo Vélez Rodríguez, que ocupará Educación, opina que “quien define el género es la naturaleza”.
Araújo anunció además este lunes que el gobierno de Bolsonaro se retirará del Pacto para la Migración de Naciones Unidas, al cual Estados Unidos no adhirió.
En Medio Ambiente, Bolsonaro nombró al abogado Ricardo Salles, identificado con el sector ruralista.
Con información de AFP.