Un concilio de eclesiásticos ortodoxos ucranianos, reunido este sábado en Kiev, creó una Iglesia independiente de la tutela religiosa de Moscú, una medida que apunta a garantizar la “seguridad” y la “independencia espiritual” del país, símbolo adicional del divorcio del país con Rusia.
El anuncio ante una multitud de simpatizantes en el centro de la capital lo hizo el propio presidente, Petro Poroshenko, quien hizo de la independencia religiosa de Ucrania un tema de “seguridad nacional” y uno de los elementos clave de su campaña electoral para la presidencial del 31 de marzo.
“Este día sagrado entrará en la Historia como el de la creación de una Iglesia autocéfala (independiente) unida en Ucrania. Día de nuestra independencia definitiva de Rusia”, dijo, según una retransmisión en directo de la televisión.
El concilio, reunido en la catedral Santa Sofía del centro de Kiev, con la ausencia notable de los principales representantes de la rama que permanece fiel a la Iglesia ortodoxa rusa, eligió como líder de la Iglesia al metropolita Epifani.
Este joven eclesiástico de 39 años, hasta ahora poco conocido por el público, es considerado como cercano al patriarca de Kiev, Filaret, excomulgado por Moscú. Fue rehabilitado por el Patriarcado de Constantinopla en octubre.
Este “concilio de reunificación” apuntaba a implementar la decisión histórica del Patriarcado de Constantinopla, figura de autoridad en el mundo ortodoxo, que en octubre autorizó a Ucrania a contar con su propia Iglesia, tras 332 años de tutela espiritual de su poderoso vecino.
Este concilio reunió esencialmente a dos formaciones ortodoxas disidentes: el Patriarcado de Kiev, autoproclamado en 1992 y que tiene la mayor cantidad de feligreses según los sondeos, así como la minúscula Iglesia llamada autocéfala.
El ala leal al Patriarcado de Moscú, que perdió una parte de sus feligreses desde el comienzo de la crisis con Rusia en 2014 pero que aún tiene la mayor cantidad de parroquias en Ucrania, rechazó el concilio como “ilegal” y prohibió a su clero participar.
– Tensiones –
Varios de sus miembros participaron no obstante del concilio, según el Patriarcado de Kiev. “Vi a dos de nuestros obispos en las fotos” del concilio, confirmó a AFP el arzobispo Kliment, portavoz del ala leal a Moscú.
Un portavoz de la Iglesia ortodoxa rusa, el metropolita Hilarion, declaró que su participación en el concilio “sólo puede entristecer” y la comparó a la traición de Judas en la Biblia.
La decisión de acordar la independencia religiosa a Ucrania suscitó la ira de la Iglesia rusa, que denunció un “cisma” y rompío sus relaciones con Constantinopla.
Este concilio se celebra cinco años después de comenzada una crisis sin precedentes entre Kiev y Moscú. Rusia anexionó la península ucraniana de Crimea tras la llegada al poder de autoridades prooccidentales en Kiev, al que siguió un conflicto en el este separatista prorruso del país, que dejó más de 10.000 muertos.
A finales de noviembre, la situación volvió a empeorar cuando Rusia incautó manu militari tres buques de guerra ucranianos frente a las costas de Crimea, acusándolos de haber ingresado ilegalmente en sus aguas territoriales.
En este contexto, las autoridades desplegaron más de 4.000 policías y miembros de la Guardia Nacional en Kiev, especialmente alrededor de la plaza de Santa Sofía.
“Es un acontecimiento muy importante para mí, nuestro pueblo lo esperaba desde hacía tiempo”, declaró a la AFP uno de los manifestantes, Myjaílo Jalepyk, que viajó a la capital desde la región de Jerson (sur).
Varios manifestantes indicaron a AFP que fueron trasladados a Kiev desde el interior del país de manera gratuita en autobús.
El patriarca ortodoxo ruso Kiril denunció por su parte “persecuciones” contra el clero y los ucranianos que siguieron bajo la tutela de Moscú, en una carta dirigida al papa y a la ONU, y también al presidente francés, Emmanuel Macron, y a la canciller alemana, Angela Merkel.
En la misiva, acusa a Kiev de presionar a su clero para que se incorpore a la nueva formación, mientras que la policía registró recientemente varias iglesias del Patriarcado de Moscú.
Las autoridades ucranianas quisieron calmar la situación, asegurando que las parroquias serán libres de decidir si se unen o no a la nueva Iglesia independiente, con el fin de evitar una “guerra religiosa” en el país.
(Con información de AFP).