Stan Lee, la mente maestra de Marvel Comics, era tan imperfecto como sus superhéroes. E igual de inolvidable.
El cofundador de Marvel Comics murió a los 95 años el pasado 12 de noviembre. Junto con los artistas Jack Kirby, Steve Ditko y muchos otros, Stan Lee ayudó a crear algunos de los símbolos más perdurables de la cultura pop moderna. Lee deja una hija, y un legado tan complejo como sus personajes imperfectos, incluidos Spider-Man [el Hombre Araña] y los X-Men.
Stanley Martin Lieber nació el 28 de diciembre de 1922 en la Ciudad de Nueva York, y en 1941 consiguió empleo en la editorial Timely Comics, de Martin Goodman. Tras un breve periodo llenando tinteros, recogiendo almuerzos y corrigiendo trabajos de los artistas, fue ascendido al puesto de redactor. La primera vez que utilizó el seudónimo “Stan Lee” fue en 1941, cuando publicó su primera colaboración: el número 3 de la colección Captain America Comics, que llevó el título “Captain America Foils the Traitor’s Revenge” [Capitán América frustra la venganza del traidor].
Ese mismo año, tras la salida de Kirby y Joe Simon -los creadores de Capitán América-, el muchacho de 19 años fue nombrado editor interino de Timely Comics y, poco después, obtuvo el puesto de jefe de redacción. Dejó la publicación en 1942 para prestar servicio en el Ejército, donde escribió manuales y guiones bajo la categoría militar de “dramaturgo. Al concluir la guerra, se reintegró a Timely, compañía que en breve cambiaría su nombre por Atlas Comics y produciría historietas simplonas y de horror. Para entonces, la rival DC Comics tenía un éxito tremendo con el renacimiento del género de superhéroes (Superman, Batman y una versión renovada de Flash), por lo que Goodman, deseoso de desarrollar héroes para Atlas, recontrató a Kirby para que hiciera mancuerna con Lee.
Joan, la esposa de Lee (estuvieron casados durante 69 años; fallecida en 2017), sugirió enriquecer la mezcla de bienhechores con dramatismo y problemas de la vida real. En 1961, poco después que Atlas se convirtiera en Marvel Comics, Lee y Kirby lanzaron los Cuatro Fantásticos -el primer súper equipo moderno-, seguidos de Hulk; Black Panther (el primer superhéroe negro); y el adolescente nerd Peter Parker (mejor conocido como Spider-Man). A partir de allí, los comics cambiarían para siempre.
Una de las iniciativas de Lee fue agilizar el proceso creativo. Hasta entonces, un artista dibujaba el comic basándose en un guion completamente desarrollado. Sin embargo, el “método Marvel” requería que los artistas crearan las páginas a partir de resúmenes de la trama, y después intervenía el redactor que completaba el guion. La eficacia del modelo permitió que los dibujantes terminaran varios títulos cada mes, pero Lee tuvo que pagar un precio: Ditko, el historietista de Spider-Man, terminó por hartarse y renunciar.
Pese a que Lee tenía una personalidad imponente y era un jefe exigente, Marvel Comics experimentó un crecimiento exponencial en la década de 1970; y él también (su autoría figuraba en la mayor parte de los comics Marvel). Lee adquirió fama gracias a los artistas que dibujaban, bosquejaban y diseñaban los mundos de Marvel, incluidos Kirby, Bill Everett y John Romita Sr. No obstante, esos mismos artistas recibían contadas regalías por sus obras, así que se vieron en la necesidad de interponer demandas para obtener una indemnización adecuada.
En cualquier caso, Lee ya estaba pensando en trascender al comic. En 1981, emigró a Hollywood con la ilusión de construir un imperio mediático, mas sus primeras iniciativas fueron un fracaso (series televisivas como “Spider-Man”, y “Fred y Barney Meet the Thing”). En 1992, tuvo su primer éxito arrollador con la caricatura “X-Men” (para la cadena Fox), a raíz de que Marvel adquirió el estudio Toy Biz, donde trabajaba un inspirado ejecutivo llamado Avi Arad, quien después sería director creativo de Marvel Entertainment y CEO de Marvel Studios.
Lee no participó en la construcción del Universo Marvel (las películas recaudaron 4 mil millones de dólares en taquilla), y se separó de la empresa en 1998 para fundar Stan Lee Media, seguida de POW! Entertainment; aunque, como presidente emérito, mantuvo su importancia en la compañía y entre sus seguidores. En sus últimos años, asistió a diversas convenciones y (como Alfred Hitchcock, otro fanático de los comics) tuvo pequeñas intervenciones en las películas Marvel: fue una especie de doble de Hugh Hefner en “Iron Man”; cartero en “Los cuatro fantásticos”; y conductor de autobús en “Avengers: Infinity War”.
Lee fue un visionario, aunque se labró un nombre con el trabajo de otros. Sin embargo, es imposible exagerar su impacto. Como padre de la compañía que compró a Disney (en 2009, por 4 mil millones de dólares. ¡Una ganga!), pudo atribuirse el mérito de convertir a los superhéroes en un movimiento global. Y como creador de héroes profundamente humanos, enseñó a muchas generaciones la importancia de la bondad, la compasión, y el arrojo.
¡Excélsior!
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Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek