Un estudio con ratones ha revelado que una planta herbácea produce un efecto parecido al de tetrahidrocannabidiol (THC), el componente psicoactivo del cannabis.
Se ha descubierto que Radula perrottetii -una briofita del grupo de las hepáticas, miembro de la familia Radulaceae– puede actuar en el sistema endocannabinoide del organismo de una manera muy similar al mecanismo por el cual THC produce su efecto.
En Estados Unidos, el tetrahidrocannabinol se comercializa en forma de dronabiol, un fármaco sintético utilizado para tratar la náusea y el vómito en pacientes oncológicos sometidos a quimioterapia, y también para combatir la inapetencia y la pérdida peso en pacientes con SIDA. El Distrito de Columbia y más de la mitad de los estados de la Unión Americana han legalizado la marihuana medicinal. No obstante, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) se ha negado a respaldar su uso terapéutico, con el argumento de que no hay suficientes pruebas científicas que demuestren su eficacia.
Investigaciones previas habían sugerido que el cannabis era la única planta que contenía THC. Sin embargo, en 1994, el químico japonés Yoshinori Asakawa descubrió que la hepática Radula perrottetii producía un compuesto semejante a THC, y dio a la sustancia el nombre de perrottetineno.
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En años recientes, esas hepáticas se han comercializado en línea como equivalentes del cannabis; y si bien los usuarios suelen fumarlas, no hay investigaciones sobre sus efectos.
Por ello, un equipo de científicos suizos decidió estudiar el perrottetineno para determinar si su composición química era parecida a la de THC y tenía efectos farmacológicos similares.
Debido a que las hepáticas contienen niveles bajos de perrottetineno, el equipo sintetizó la molécula y la utilizó para llevar a cabo experimentos con modelos ratoniles y celulares.
De ese modo, los investigadores pudieron comparar las estructuras químicas de THC y perrottetineno, así como los cambios que la sustancia ocasionaba en los ratones. Sus hallazgos se encuentran publicados en la revista Science Advances.
El Dr. Jürg Gertsch, autor del estudio y profesor del Instituto de Bioquímica y Medicina Molecular en la Universidad de Berna, dijo a Newsweek que la investigación era importante porque no solo demuestra que existe una planta que produce una variante de THC, sino que perrottetineno también actúa en el cerebro.
Eso podría explicar por qué algunas personas fuman dicha sustancia para obtener el efecto del cannabis.
Así mismo, los científicos hallaron que perrottetineno se comporta como un cannabinoide endógeno (una variedad de cannabinoide que producen los organismos animales y el cuerpo humano) y que, además, influye en los factores inflamatorios cerebrales pues, a diferencia de THC, se une a los receptores de cannabinoides.
Aunque no intervino en la investigación, la Dra. Karen Wright -profesora de Ciencias Biomédicas en la Facultad de Salud y Medicina de la Universidad de Lancaster- dijo a Newsweek que le sorprendía enterarse de que los cannabinoides no son exclusivos de la planta de cannabis, y de que perrottetineno producía el mismo efecto que THC, aunque debían utilizarse dosis más altas.
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Al comentar sobre la revelación de que la molécula redujo la producción de un mediador inflamatorio cerebral, Wright señaló: “No quedan claras las implicaciones de todo esto. El hallazgo podría apuntar a un potencial antiinflamatorio, aunque también podría sugerir que disminuye una función homeostática clave en el cerebro (o en el cuerpo), con consecuencias desconocidas”.
Wright advirtió que cualquier compuesto que se ligue al receptor cerebral CB1 (como hace THC), “siempre conllevará algunos problemas relacionados con su impacto en la salud mental y en el desarrollo cerebral”, sobre todo en personas jóvenes.
“Aun cuando es poco probable que fumar este compuesto produzca la estimulación asociada con el cannabis, los métodos para su extracción y concentración podrían ofrecer los mismos problemas”.
Wright agregó que, por lo pronto, esta hepática no reemplazará a la marihuana medicinal. “Lo que procede es iniciar una fase de estudios preclínicos con modelos nosológicos”, precisó.
Esta investigación es el esfuerzo más reciente para identificar las aplicaciones médicas potenciales del cannabis. La semana pasada, un estudio publicado en la revista JAMA Network Open halló que podría utilizarse marihuana medicinal para tratar los síntomas de la esclerosis múltiple.
Los científicos llegaron a esa conclusión tras el metaanálisis de 17 ensayos clínicos existentes en los que participaron 3,161 pacientes con esta enfermedad degenerativa, quienes utilizaron productos que contenían una variedad de cannabinoide.
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Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek