La escena del rock mexicano no es nueva, lleva varios años luchando por un espacio que por derecho propio se merece. Panteón Rococó tiene una de esas voces, la levantó hace 23 años, en medio de estudiantes universitarios que pagaban en especie un kilo de arroz para verlos entre varios exponentes más, en los primeros conciertos masivos que se organizaban en CU o en el gimnasio Juan de la Barrera de Ciudad de México.
“Estamos contentos y animosos de estrenar nuevo material, la nueva canción se llama ‘El último ska’, pero no es lo último de la banda. Fue muy bonito lo que generó, ver a nuestros seguidores pensando que era la despedida y cómo nos mostraron su amor y apoyo”, comenta Dr. Shenka, vocalista de la banda.
La banda mexicana de ska está promocionando su sencillo “El último ska”, lo que generó desconcierto en el medio y sus seguidores al pensar que era una despedida de la banda. A propósito de esa canción, que auguraba el adiós de una institución en el rock mexicano, conversamos con la banda para descubrir que aún “hay mucho Panteón para el futuro y el verdadero último ska aún queda muy lejos”.
—Dr. Shenka, a tantos años de trayectoria, ¿cómo sería Panteón Rococó si fuera una persona?
—Sería un chavorruco, un señor que ha crecido de alguna manera siendo testigo de todo lo que ha sufrido este país en estos 25 años. Pero también es un niño que tiene la esperanza de que esto se arregle y se componga. Es un estudiante de la Preparatoria 9 o es un estudiante de la Iberoamericana, es un trabajador o un indigente. En ese sentido, Panteón se ha construido con muchos personajes y audiencia muy diversa. Ese chavorruco creció, maduró y tuvo hijos, pero no ha dejado de preocuparse por la sociedad, sigue a la izquierda de la tierra.
—Hay bandas de ska que se quedaron en el camino y hay otras que apenas comienzan, ¿qué les pueden aconsejar a las nuevas generaciones?
—Que salgan a la calle —explica Dr. Shenka—, que vean lo que sucede alrededor. Duele la indolencia de la sociedad, las historias que cuentan las calles. Como “La carencia”, es una canción que 23 años después le acomoda bien al país, suena igual de actual. Vemos un compromiso social menor con las nuevas bandas de rock.
“Se nos acercan bandas nuevas con su música —interviene Gorri, guitarrista de la banda—, y nos dicen que Panteón es referente en sus letras para temas sociales. No he dimensionado cómo hemos ganado el respeto de otras bandas y apenas estamos”.
—Hace 23 años cantaban “la gente pobre no tiene lugar, los salarios siguen abajo”, ¿no desanima que no se han dado grandes cambios?
—Sí, quisiéramos no tener que cantar “La carencia” nunca más, es una oda a los hijos de la crisis, nosotros lo somos, pero ahora nuestros hijos son hijos de la madre de todas las crisis: desapariciones forzadas, asesinatos, violencia, desigualdad. La cúspide de “La carencia” sería el día que no tengamos que tocarla, que cuando la gente la escuche diga: “¿A poco hace 15 años vivían eso?” Sería maravilloso —responde Dr. Shenka.
—¿Qué sigue para Panteón?
—“El último ska” es el segundo sencillo que sacamos este año, será parte del nuevo disco con 12 temas, 11 de ellos inéditos. Estamos muy ansiosos, después de cuatro años sin música nueva queremos ya tocarles a todos nuestros seguidores este material —platica Missael, saxofonista.
—¿Si en verdad tocaran un último ska, con quién les gustaría colaborar?
—Manu Chau —responden al unísono.
—¿La última vez que bailaron slam?
—Con Madness en el pasado Vive Latino —dice Gorri.
—¿La última vez que extrañaron tocar en CU?
—¡Hoy, siempre!
—¿Cuándo fue la última vez que les dieron toloache?
—¡Ah caray! Todos los días, hoy en la mañana –concluye Dr. Shenka.