Luego de la prohibición que impusieran las autoridades municipales de la capital oaxaqueña a negocios de alimentos y bebidas, de envasar sus productos en recipientes de unicel, en la última semana se registró una transición del poliestireno extendido al plástico y/o cartón.
Las rosticerías de pollo se muestran “comprometidas” con la medida, por lo que dejaron atrás el unicel y comenzaron a ocupar cajas plásticas, mientras que las tiendas de conveniencia que venden bebidas calientes, utilizan vasos de cartón encerado.
Al respecto, el catedrático del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) del Centro de Interdisciplinario en Investigación para el Desarrollo Integral Unidad Regional (CIIDIR) Oaxaca, Miguel Chávez Gutiérrez, sostuvo que ambientalmente, transitar del unicel al plástico no representa una alternativa.
Y explica que ambos productos derivados del petróleo no sólo tardan más de 100 años en degradarse, sino que además, el proceso que ello conlleva provoca contaminación en la tierra y en el agua, afectaciones en los animales y la salud de los propios seres humanos.
El doctor en Ciencias considera que se requiere una “discusión más amplia sobre el tratamiento de los desechos sólidos, que integre también la concientización en la población sobre el daño al medio ambiente”.
Además, afirma, son indispensables las soluciones a largo plazo, tales como el desarrollo e innovación de tecnologías de biopolímeros que al ser biodegradables, se integran en el ciclo de producción y son útiles para los cultivos.
“Todos los materiales se van a degradar, pero más allá del tiempo que tarden en hacerlo, el proceso de descomposición de moléculas causan daños al medio ambiente en el caso de poliestireno extendido y plásticos”, apunta.
En tiempo, compara, si el unicel tarda 200 años en degradarse, el polietileno (como los envases por lo que fueron sustituidos las envolturas de pollo en la ciudad de Oaxaca, tras la prohibición) es de 125 años. No obstante, reitera, el proceso de degradación y daño al medio ambiente, es similar.
“Los polímeros para que tenga cierta suavidad y flexibilidad requieren de un aditivo, ya que un tubo de cañería y patito de hule son polímeros, lo que los hace diferentes es el aditivo altamente tóxico, que afecta la tierra y contamina el ambiente”, resalta.
Agrega que las opciones “inmediatas” para cumplir la normatividad, podría ser el uso de cartón, como platos y vasos, pero se debe transitar hacia materiales biodegradables, para sustituir los polímeros nocivos, por aquellos que se incorporan al medio ambiente.
A lo que agregó, la conciencia de los seres humanos, quienes pueden reducir su consumo de plástico llevando sus propios recipientes de almacenaje.