La Iglesia Católica vuelve a sacudirse con la revelación de que, a lo largo de las últimas décadas, 3,677 niños, en su mayoría varones, fueron víctimas de los abusos sexuales de más de mil religiosos alemanes.
La nueva cifra, divulgada esta semana, proviene de un informe oficial ordenado en 2014 por la Conferencia Episcopal alemana. Antes de la fecha de publicación oficial, el documento –que relata casos de abuso sexual cometidos entre 1946 y 2014, y vinculados con la iglesia del país- había enardecido a la opinión pública, ya que algunas estadísticas fueron filtradas al semanario alemán Der Spiegel. Sin embargo, la publicación oficial ha desatado la ira por la magnitud de las revelaciones, así como la inquietud de que podría desconocerse la dimensión real del abuso debido a los incidentes que no han sido notificados.
Los hallazgos, que apuntan a la complicidad de alrededor de 1,670 religiosos (en su mayoría, sacerdotes) fueron “escandalosos y, probablemente, apenas la punta del iceberg”, dijo Katarina Barley, ministra federal de Justicia de Alemania, en una declaración para la emisora pública Deutsche Welle. La ministra exigió que la iglesia “se haga responsable de décadas de ocultamiento, encubrimientos y negaciones” ayudando a la fiscalía del Estado a llevar ante la justicia a todos los presuntos perpetradores.
Los hallazgos incluyeron algunas estadísticas asombrosas, como el hecho de que, desde fines de la Segunda Guerra Mundial, al menos 4.4 por ciento de todos los religiosos activos en la Iglesia alemana se han visto implicados en alegatos de abuso sexual; y que uno de cada seis incidentes ha sido una acusación de violación. Más de la mitad de las víctimas identificadas tenía menos de 13 años; la mayoría era varones; y 969 servían a la Iglesia como monaguillos.
El informe también descubrió que 60 por ciento de los presuntos agresores escapó a la justicia. En muchos de esos casos, el sacerdote acusado fue enviado a otra parroquia sin informar a la comunidad sobre su presunto crimen.
“Muchas personas han dejado de creer en nosotros”, lamentó Reinhard Marx, director de la Iglesia germana, añadiendo que el informe era “un punto de inflexión decisivo e importante para la Iglesia Católica en Alemania; y también en otros países”.
“Hace demasiado tiempo que la Iglesia ha apartado la mirada, negando, encubriendo y resistiéndose a aceptar la verdad”, prosiguió Marx, según la declaración de Reuters. “Debido a todos esos fracasos, al dolor y al sufrimiento, debo disculparme como presidente de la Conferencia Episcopal, así como a tenor personal”.
—
Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek