El científico de bata verde que inspira a las generaciones.
Ver su espectáculo, apretujado entre cientos de personas, no es suficiente, ni hacer una fila por horas esperando unos minutos con él, es un ídolo de infancia y uno de los científicos más reconocidos de la televisión: Beakman.
Aunque hace 20 años el programa de televisión El mundo de Beakman fue cancelado tras seis años de éxito mundial y 91 capítulos, sus seguidores en América Latina siguen tan fieles y amantes de la ciencia como entonces.
Así lo demostraron cientos de personas el pasado 6 de septiembre en la Feria Internacional del Libro del Instituto Politécnico Nacional (IPN), donde la presentación del científico estrafalario de cabellos parados y bata verde abarrotó la explanada del Centro Cultural Jaime Torres Bodet.
En entrevista con Newsweek en Español, Beakman dijo que, aunque esta es la octava ocasión que visita México, no deja de sorprenderle la popularidad del personaje, pues chicos y grandes lo reconocen e, incluso, le cuentan que los inspiró para dedicarse de manera profesional a la ciencia.
Paul Zaloom, el actor que lo personifica, habló acerca de sus sueños de dedicarse a la ciencia de manera formal (inspirado por Joseph Lister); su compañero de laboratorio, Lester; su experimento favorito y su amor por la comida mexicana.
—¿Cuál fue tu experimento favorito en El mundo de Beakman?
—Uno de los que más disfruté en el show fue cuando me introduje en una nariz gigante porque no solo los niños aprendieron, incluso yo lo hice. Fue desagradable, pero todos lo adoraron. Yo me puse un traje que parecía de astronauta y estaba cubierto de moco.
—¿Ese fue el experimento más desagradable que realizaste?
—Hicimos otros experimentos desagradables. En la última temporada hicimos un show sobre flatulencias. Aunque eran asquerosas, a los niños les fascinaba porque les interesa conocer sobre las funciones del cuerpo humano.
—¿Qué te hubiera gustado inventar?
—Me hubiera gustado inventar una forma de retroceder el cambio climático. La ciencia ha descubierto algo para combatirlo, los árboles, así que me encantaría encontrar una forma para plantar muchos.
—¿Cómo surgió la frase “bada-bing”, típica de Beakman?
—Es algo neoyorquino, como el personaje de Beakman, aunque no por el acento fuerte de Nueva York, sino por los movimientos de las manos y los hombros. También está relacionado con la cultura europea. Si ves la serie Los Soprano te darás cuenta de que los personajes todo el tiempo dicen “bada-bing”. Está vinculado con la cultura italoamericana.
—¿Extrañas a Lester, tu compañero de laboratorio?
—Mucho. Mark Ritts era, como yo, un titiritero, y eso hacíamos para vivir antes del show de Beakman. Él fue un artista increíble, y de inicio fue contratado para manejar una marioneta en el programa, Lester iba a ser un títere, pero el director dijo que eso era una idea tonta, así que decidieron ponerle un traje de rata. Era un artista increíble y fue un excelente ser humano.
“Fuimos muy buenos amigos, pero él murió de cáncer. Lo extraño todo el tiempo”.
—Si pudieras viajar en el tiempo ¿a dónde irías?
—A Weimar, Berlín, aunque era un lugar muy peligroso también era divertido por la escena artística, la cultura, la música… Pero definitivamente estoy contento con el aquí y el ahora. El presente es lo mejor.
—¿Cuál es tu comida mexicana favorita?
—Amo los escamoles, son deliciosos preparados de distintas formas. Me encantan los tacos de pescado y de cualquier cosa. Amo la comida mexicana. Vivo en Los Ángeles y tenemos excelente comida mexicana. Es deliciosa.
—¿Qué consejo le darías a los niños mexicanos?
—Vean El mundo de Beakman, disfruten la vida, diviértanse y escuchen a sus padres la mayoría del tiempo, no siempre.