Al menos 350 mujeres dedicadas a la hechura de totopos (un tipo de tostadas), originarias de Juchitán de Zaragoza, Oaxaca, protestaron frente a las oficinas de la delegación en la entidad de la Comisión para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (Cdi) este lunes.
Lo anterior, para denuncia que a casi un año del sismo del pasado 7 de septiembre con magnitud de 8.2 grados, que dejó un saldo de al menos 60 mil viviendas destruidas y la suspensión de la actividad económica en la región, hasta el momento no han recibido apoyos para reconstruir los hornos en los que fabrican sus totopos.
Y es que el gobierno del estado y la Cdi comprometió la entrega de recursos para mujeres de la región dedicadas a esta actividad. El pasado 16 de agosto, el poder Ejecutivo, entregó 14.3 millones de pesos a cuatro mil 799 mujeres.
El mandatario estatal, Alejandro Murat destacó que las beneficiarías recibieron un monto de tres mil pesos, cada una, para coadyuvar con la reconstrucción de los espacios en los que cocinan las tostadas.
“Para que tengan sus hornos de totopos, puedan detonar la economía de sus familias. Hay que reconocer que esta reconstrucción la hemos hecho juntos, y así en equipo lograremos más y mejores cosas”, subrayó en aquel momento.
Sin embargo, este lunes, a cuatro días de que cumpla un año del terremoto, integrantes de la Central Campesina Cardenista, denunciaron que quedaron excluidas de la entrega de apoyos, pese a que fueron censadas y cumplieron con los requisitos.
El dirigente, Pavel López Gómez, sostuvo que en dos ocasiones se manifestaron en la región del Istmo, sin recibir ningún tipo de atención por parte de las autoridades federales, ni tampoco estatales.
“Nos dijeron que no nos atenderían porque éramos pocas personas. Sin embargo, es deber del gobierno federal concluir con su administración y resolver los problemas hasta el último día de su gestión”, señaló.
Agregó que en repetidas ocasiones han solicitado la lista de beneficiarias con apoyos para la construcción de hornos de totopo, sin embargo no les ha sido proporcionada y por el contrario, fueron excluidas.
Ante ello, dijo, se vieron en la necesidad de trasladarse a la capital oaxaqueña para exigir atención y solución a sus problemas, debido a que las mujeres y sus familias viven de la producción de esta tostada tradicional en la región.