Una reciente investigación ha arrojado luz sobre una de las facetas menos documentadas de la era vikinga: el embarazo. A través del análisis de textos en nórdico antiguo y de piezas de arte conservadas, el estudio revela un panorama duro y complejo, en el que las mujeres embarazadas no eran simplemente figuras pasivas, sino que a veces eran representadas con símbolos de poder y combate.
Según el trabajo, publicado por la arqueóloga Marianne Hem Eriksen, de la Universidad de Leicester, en colaboración con Katherine Marie Olley, especialista en estudios vikingos en la Universidad de Nottingham, los relatos y artefactos muestran que la gestación no excluía a las mujeres del imaginario bélico de la época.
ARTEFACTOS SINGULARES Y GUERRERAS EMBARAZADAS
Una de las piezas más llamativas es una figura del siglo X hallada en una tumba femenina en Suecia. La estatuilla —la única representación conocida de embarazo en el periodo vikingo— muestra un cuerpo claramente gestante, adornado con un casco de guerra.
“Debemos ser cuidadosos al no simplificar esta imagen en una narrativa de ‘mujeres guerreras embarazadas’, pero sí es evidente que, al menos en el arte y las historias, circulaban ideas sobre cuerpos gestantes activos, armados, no pasivos”, explicó Olley.
RELATOS QUE ENTRELAZAN GESTACIÓN Y VIOLENCIA
Los textos en nórdico antiguo utilizados en la investigación —aunque escritos tiempo después de la era vikinga— conservan palabras, conceptos y relatos que podrían reflejar creencias más antiguas sobre el embarazo.
Términos como bellyfull (vientre lleno), unlight (sin luz) y frases como “que no camine sola una mujer” aparecen reiteradamente, ofreciendo una mirada sobre cómo se comprendía la gestación en ese contexto.
En una saga, un feto en el vientre de su madre ya tiene un destino: vengar a su padre, siendo parte desde antes de nacer de redes de parentesco, honor y violencia. Otro relato describe a Freydís, una mujer embarazada que, incapaz de huir tras un ataque, opta por enfrentar a sus agresores: toma una espada, se desnuda el pecho y golpea su arma contra el cuerpo, logrando ahuyentarlos.
EL LADO OCULTO DEL PARTO: MUERTE Y EXCLUSIÓN
Pese a los altos niveles de mortalidad obstétrica, hay muy pocas pruebas arqueológicas de entierros conjuntos de madres e hijos. El estudio destaca que los bebés aparecen escasamente en los registros funerarios vikingos. Aunque se han hallado restos infantiles en viviendas, sigue siendo incierto qué ocurría con ellos tras la muerte, o si recibían algún tipo de sepultura formal.
Esta invisibilidad también se refleja en normas legales de la época. El embarazo en una mujer esclavizada, por ejemplo, era considerado un “defecto” que debía descontarse en su valor de venta, mientras que los hijos nacidos de personas subordinadas eran considerados propiedad de sus dueños.
“Es un recordatorio claro de que el embarazo, lejos de ser una etapa protegida, podía volver a los cuerpos vulnerables al riesgo, la explotación y la violencia”, señaló Eriksen.
UNA VISIÓN DE LA MATERNIDAD EN LA ERA VIKINGA
Aunque fragmentaria, esta nueva mirada al embarazo en tiempos vikingos expone cómo las mujeres gestantes eran representadas en medio de tensiones culturales, sociales y políticas. Desde la simbología marcial hasta la exclusión funeraria, los hallazgos sugieren que la maternidad, lejos de idealizarse, estaba profundamente marcada por el peligro y la ambivalencia.
En palabras de Olley: “Es fascinante ver cómo los ecos de estas concepciones sobreviven en los textos y artefactos, y cómo nos obligan a repensar la maternidad en un periodo dominado por la guerra, el honor y la supervivencia”. N
Referencias
Eriksen, M. H., Olley, K. M., Marshall, B., & Tollefsen, E. (2025). Womb Politics: The Pregnant Body and Archaeologies of Absence. Cambridge Archaeological Journal, 1–14. https://doi.org/10.1017/S0959774325000125
(Publicado en cooperación con Newsweek. Published in cooperation with Newsweek)