Una guitarra a la mano, charlas entre amigos y la pasión compartida por los instrumentos clásicos fue suficiente para que naciera Vintage Gear.
“Kike vino a mi casa en 2020 a vender guitarras. Empezamos a platicar y nos dimos cuenta de que ambos sabíamos mucho del tema. Esa misma noche terminamos siendo socios”, recuerda Rodrigo Campos, uno de los fundadores de este espacio en el Estado de México. Así, casi sin planearlo, también eligieron el lugar que hoy alberga este particular santuario musical. “No sabíamos si iba a ser una tienda, una casa de empeño o solo una página web… y acabó siendo todo eso a la vez”, asegura entre risas Kike de la Parra.
Vintage Gear se levanta en un local multifacético donde conviven guitarras, joyería de estilo rockero, lentes y piezas únicas. “Es una oda a la guitarra”, explican. “No es el artista el que genera el rock and roll, el jazz o el blues, sino el instrumento que toca. Y eso es lo que celebramos aquí”, apunta De la Parra.

Aunque el concepto partió de una colección de guitarras, pronto se expandió. En 2022 un visitante les propuso incluir joyería, y así nació una fusión inesperada, pero poderosa: anillos y collares de estética rock, junto a guitarras Gibson, Fender o Rickenbacker originales. Más tarde se sumó un tercer socio, experto en finanzas, y el proyecto se internacionalizó.
“Ya hemos vendido guitarras a Suiza, Japón, China, Australia y Estados Unidos. Son piezas que no solo conservan su valor, sino que lo aumentan con el tiempo. Como las obras de arte, incluso se usan como refugio financiero porque están dolarizadas”, apunta Rodrigo refiriéndose al alcance que han logrado y el perfil de los compradores.
“Hay personas que por su propio gusto quieren poner en su sala una guitarra icónica, porque tal vez son fanáticos de Jimi Hendrix. Hace poco vendimos una Jimi Hendrix Edition”, recuerda Kike.
UN NEGOCIO ENFOCADO EN LO ÚNICO
Vintage Gear no se enfoca en lo nuevo, sino en lo único. “Buscamos guitarras usadas de colección que no encuentras fácilmente. Todo lo que tenemos está aquí en México. Nos dedicamos a cazar tesoros, como en una venta de garaje, pero especializada”, comenta De la Parra. El trabajo curatorial de encontrar piezas que puedan ser coleccionadas y que cuenten con un valor real basado en su modelo y serie es parte del reto del negocio.
Una de sus piezas más recordadas fue una Gibson de 1953 que rescataron de una mala modificación hecha en los años 1980. “La desarmamos, la reconstruimos como debía ser, la subimos a la plataforma de venta y en menos de 20 días ya estaba en Alemania”, recuerda Rodrigo.
Vintage Gear tiene un taller de laudería en el que han rescatado instrumentos de alta gama y en donde se les da una nueva vida. Fue el mismo Carlos Carbajal, destacado laudero mexicano, quien preparó a Rodrigo Campos años atrás enseñándole detalles fundamentales de este noble oficio que da vida a la música de cuerdas.

El espacio no es solo una tienda de instrumentos únicos. “Aquí tenemos un bajo que es ya leyenda del rock mexicano de Micky, músico de Molotov, con el que se grabó su álbum ‘¿Dónde jugarán las niñas?’ y con el que hizo sus primeras giras”, comenta entusiasmado Campos.
El espacio funge también como una íntima sala de conciertos. En su inauguración tocaron bandas de rock, jazz y funk. Entre sus clientes destacan figuras como Beto Cuevas, Leonardo de Lozanne, Jay de la Cueva, Jonás, de Plastilina Mosh, la banda Máximo Grado, o Meme del Real, de Café Tacvba.
“Aquí pueden probar un instrumento con calma, sin la presión de la foto o el autógrafo. Creamos un lugar en donde pueden estar tranquilos”, añade Kike, haciendo referencia a los músicos nacionales y estrellas internacionales que han pasado por su sala preparándose para su siguiente concierto.
Vintage Gear es, en esencia, un templo moderno donde las guitarras no solo suenan: cuentan historias. Y algunas viajan miles de kilómetros para seguir haciendo historia en otras latitudes. N