Las reuniones sociales para disfrutar de una copa no son exclusivas de los seres humanos. Un equipo de investigadores descubrió que los chimpancés también se congregan para consumir frutas fermentadas, las cuales transforman los azúcares en alcohol, provocando un efecto de “embriaguez o intoxicación” en quienes las ingieren. Este comportamiento podría ofrecer pistas sobre el origen del gusto humano por las bebidas alcohólicas.
Según un artículo de acceso abierto publicado recientemente en Current Biology, “el hallazgo de una adaptación molecular en la enzima alcohol deshidrogenasa, que mejoró significativamente la capacidad de metabolizar etanol en el ancestro común de los grandes simios africanos, sugiere que la inclusión de frutas fermentadas en la dieta humana tiene orígenes antiguos”.
Para realizar la investigación, los científicos observaron a chimpancés salvajes en el Parque Nacional Cantanhez, en Guinea-Bissau, África occidental. Ahí, una fuente clave de alimento para los primates es el fruto del árbol Treculia africana, conocido también como “árbol del pan africano”.
Estos frutos, de gran tamaño, estructura densa y textura fibrosa, pueden llegar a pesar hasta 30 kilos. Una vez maduros, caen al suelo, donde su cáscara dura se reblandece, pasando de un verde intenso a un amarillo, mientras que su pulpa adquiere una consistencia esponjosa.
“Debido a su tamaño, los chimpancés comúnmente se alimentan de ellos durante varios días. Medimos el contenido de etanol de las frutas de T. africana usando un alcoholímetro portátil. [En total], 24 de las 28 frutas muestreadas (86 por ciento) contenían etanol con niveles que oscilaban entre 0.01 y 0.61 por ciento de alcohol por volumen (ABV)”, explican los investigadores.
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UNA DECENA DE REUNIONES PARA CONSUMIR LAS FRUTAS FERMENTADAS
Como los animales no están acostumbrados al contacto humano, el equipo desplegó cámaras trampa en tres lugares distintos para registrar los comportamientos de alimentación de los chimpancés.
“Se observó que compartían en 10 ocasiones los frutos entre 17 individuos de todas las clases de edad y sexo. En el momento de compartir, 90 por ciento de las frutas contenían etanol (…) En otros sitios, incluso se ha demostrado que los animales usan ‘cuchillas’ y ‘yunques de madera o piedra’ como herramientas para acceder a esta fruta”, refiere el texto del estudio.

A tenor de los autores, el alcohol puede reducir los niveles de estrés y activar el sistema de endorfinas, lo que puede promover aún más la habilidad de ser sociable.
“Nuestros datos proporcionan la primera evidencia de compartir y alimentarse con alimentos etanólicos por parte de grandes simios salvajes, y respaldan la idea de que el uso de alcohol por parte de los humanos no es reciente, sino que está arraigado en nuestra profunda historia evolutiva”, agregan.
De igual manera, en un video compartido en Current Biology se observa a una hembra adulta compartiendo una fruta madura con 0.14 por ciento de etanol con su cría. Primero coloca sus manos sobre la fruta y da un mordisco, luego la hembra intenta separar la fruta usando ambas manos y pies, pero no tiene éxito. Mientras esta todavía sostiene la fruta y mastica un trozo, su cría da una pequeña mordida. N