Con actividades como el Lavatorio de pies, la Última Cena y la representación del Viacrucis viviente, las personas privadas de la libertad en Guanajuato vivieron una Semana Santa cargada de reflexión espiritual, empatía y esperanza.
Del 13 al 20 de abril, los once Centros Estatales de Prevención y Reinserción Social (Cepreresos) del estado se sumaron a la conmemoración religiosa bajo un enfoque de respeto a la libertad de culto y como parte de las acciones integrales de reinserción social impulsadas por el Gobierno estatal.
“Estas actividades se realizan con pleno respeto a la libertad religiosa, como parte de una política de reinserción que reconoce la dignidad y los derechos fundamentales de cada persona”, destacó la Secretaría de Seguridad y Paz del Estado en un comunicado.
Con el acompañamiento de grupos de Pastoral Penitenciaria, los actos litúrgicos ofrecieron un espacio para la introspección y la transformación personal. Para muchos internos, cada momento, especialmente el Viacrucis, representó una oportunidad de reconectarse con su historia y abrirse al perdón y la reconciliación.
“Cada estación del Viacrucis encontró un vínculo con su propia historia personal y abrió paso a una narrativa de fe, perdón y transformación”, compartieron.
El Lavatorio de pies, uno de los actos más simbólicos, fue vivido como un gesto de humildad y servicio mutuo. La Última Cena, por su parte, se convirtió en un momento de fraternidad y sentido de comunidad dentro de los centros.
Más allá del valor espiritual, estas actividades también tienen impacto en la convivencia pacífica, la salud emocional y la reconstrucción del tejido social dentro de los penales.
“La religión, en contextos de privación de la libertad, puede representar consuelo emocional y espiritual para quienes buscan un nuevo comienzo”, destacaron.
La dependencia subrayó que estas acciones reflejan el compromiso con un modelo de reinserción digno, humano y cercano.
“Porque la paz también se construye con segundas oportunidades”, concluyó.