En el marco de la Semana Santa, el municipio de San Miguel de Allende se convierte nuevamente en escenario de expresiones religiosas y culturales que forman parte del patrimonio vivo de la ciudad.
Una de las tradiciones más significativas es la Visita de las Siete Casas, que se realiza la tarde del Jueves Santo. Los fieles recorren al menos siete templos donde se montan altares especiales en los que se resguarda el Santísimo Sacramento. La práctica se acompaña de símbolos como cruces de palma bendita, manzanilla, pan o pequeñas imágenes devocionales.
Durante estos días, los templos se llenan de aromas tradicionales como incienso, manzanilla e hinojo, mientras los altares destacan por su elaboración artística.
“Es un dechado de ingenio, arte y devoción”, describió Acacio Martínez Rodríguez, titular de la Dirección de Cultura y Tradiciones.
El momento culminante de la Semana Santa se vive el Viernes Santo, con las procesiones del Santo Entierro. Una de las más representativas es la del Oratorio, que conserva elementos del siglo XIX, tanto en las imágenes como en los pasos y la música sacra que la acompaña.
Entre las piezas interpretadas destaca Christus Factus Est, un canto en latín que ha sido parte central de la celebración por generaciones. La letra, que remite a la obediencia y sacrificio de Cristo, dice:
“Christus factus est pro nobis obediens
usque ad mortem, mortem autem crucis.
Propter quod et Deus exaltavit illum,
et dedit illi nomen, quod est super omne nomen.”
La interpretación de esta obra, a cargo de músicos locales, “representa no solo un acto de arte, sino también de amor a la tradición y fidelidad a los textos originales”, destacó el funcionario municipal.
La jornada concluye con la imagen de la Virgen de la Soledad, vestida de negro, que acompaña simbólicamente a su hijo al sepulcro. Su presencia es considerada un símbolo de duelo, pero también de esperanza y fe colectiva.
Las celebraciones de Semana Santa en San Miguel de Allende reúnen año con año a residentes y visitantes, quienes participan con respeto en una manifestación cultural que une arte, memoria y devoción.