La Universidad Panamericana campus Aguascalientes recibió la exposición itinerante “La Química de la Docencia”, una muestra biográfica dedicada a recordar la vida y legado del Ing. Arturo Álvarez Ramírez, profesor destacado de la Universidad de Guadalajara, quien actualmente está en proceso de beatificación.
Instalada en la Biblioteca del campus, la exposición ofreció a la comunidad universitaria la oportunidad de conocer la vida y el trabajo del “Inge Arturo”, quien fue un modelo de entrega y vocación docente. A través de una serie de objetos personales, fotografías, cartas, y recreaciones de laboratorios y aulas, la muestra transportó a los asistentes a la época en que Álvarez Ramírez formó a generaciones de estudiantes, destacándose por su profesionalismo, cariño por la enseñanza y su profunda fe.
La ceremonia de inauguración estuvo marcada por emotivos testimonios y reflexiones de quienes conocieron al profesor Arturo Álvarez. El Pbro. Luis Felipe Quesada Pérez, capellán mayor de la Universidad Panamericana campus Aguascalientes, abrió el evento recordando la figura ejemplar del ingeniero y su capacidad para integrar su fe en su vida profesional. En su discurso, destacó cómo el Inge Arturo vivió su vocación de educador como un medio para acercarse a Dios: “Él encontró a Dios a través de su trabajo profesional, y nos mostró que la verdadera educación va más allá de la cátedra, que es en el corazón de cada persona donde se forjan los grandes cambios”, dijo el P. Felipe. Además, relató una de las características más entrañables de Álvarez: su exigencia como docente. “Era un profesor muy estricto, pero cariñoso, porque su exigencia venía de un deseo genuino de que sus alumnos alcanzaran lo mejor de sí mismos. Muchos de sus estudiantes recuerdan que si lograban aprobar con él, sabían que el resto de su carrera sería mucho más fácil”, agregó.
El capellán también hizo hincapié en la relación del Inge Arturo con el Opus Dei, movimiento con el que se comprometió plenamente en 1974, integrando sus principios en su enseñanza diaria y convirtiéndose en un modelo de vida cristiana tanto dentro como fuera del aula. “Su vida profesional fue un testimonio de cómo el trabajo diario puede ser un camino de santificación. Los estudiantes lo veían no solo como un maestro, sino como un amigo y guía espiritual”, subrayó el capellán.
La Lic. Cristina Carlos Andrade, quien conoció personalmente al Ing. Álvarez, compartió anécdotas y detalles sobre su cercanía con la familia del docente. Con una sonrisa nostálgica, Cristina relató cómo era muy querido no solo por sus alumnos, sino también por las familias de estos. “Recuerdo que, además de ser un excelente profesor, el Inge Arturo visitaba a los alumnos cuando estaban enfermos, y si un estudiante tenía un familiar enfermo, él también acudía a darles apoyo. Su cariño por todos era incondicional”, comentó, añadiendo que Álvarez Ramírez, además de su rigor académico, tenía una personalidad alegre y cercana, lo que lo hacía aún más especial para sus alumnos, comentando que, durante su tiempo como docente, a pesar de los momentos difíciles en la universidad, “él nunca dejó de asistir a sus clases, incluso cuando la situación en el país y en la universidad era complicada. Su amor por la enseñanza y por sus alumnos nunca decayó”. Cristina también relató que la familia del Inge Arturo fue muy cercana a su trabajo, y que su legado ha quedado reflejado en los testimonios de miles de estudiantes que lo recuerdan con gratitud y admiración.
La exposición se organizó en cuatro módulos que cubren diferentes fases de la vida de Arturo Álvarez Ramírez:
- Infancia y juventud: señalando sus valores familiares y su primera aproximación a la educación.
- Vida universitaria: donde se destacan sus años de formación académica en la Universidad de Guadalajara.
- Trayectoria profesional: se enfoca en su paso como docente y su impacto en generaciones de ingenieros químicos.
- Muerte y legado: recoge su proceso de beatificación y el testimonio de quienes lo conocieron como una persona de fe ejemplar.
Durante el recorrido, la Lic. Patricia Huízar Huízar, coordinadora de Capellanía, invitó a los asistentes a reflexionar sobre el legado que deja Álvarez Ramírez no solo como un maestro, sino como un ser humano íntegro que combinó su vocación educativa con su vida espiritual. Una de las cartas de la exposición decía: “Un maestro es aquel que, además de impartir conocimientos, da de sí mismo a sus alumnos. El Ingeniero Arturo no solo nos enseñó ciencia, sino también un camino hacia la santidad”.
Este homenaje deja conocer el legado de una persona que sigue viva en la memoria de sus estudiantes y en el ejemplo de vida que dejó. Su proceso de beatificación avanza, y la comunidad universitaria sigue celebrando su ejemplo como un faro de luz en el ámbito académico y espiritual.