Ensenada, B.C.- Trump amenaza con aumentar aranceles: el impacto en Baja California si México no detiene migrantes y drogas.
En una declaración reciente, el expresidente Donald Trump lanzó una amenaza directa hacia Claudia Sheinbaum y el gobierno de México, advirtiendo que, de no detener el flujo de migrantes y el tráfico de drogas hacia Estados Unidos, su administración impondría un incremento del 25% en los aranceles a las importaciones mexicanas. Esta postura, que recuerda las políticas de presión económica que Trump utilizó durante su mandato, pone en el centro de la discusión la relación comercial entre ambos países y plantea importantes preocupaciones para la economía de Baja California, un estado con una economía profundamente dependiente de sus vínculos comerciales con Estados Unidos.
El anuncio ha causado alarma en los sectores empresariales y gubernamentales de la región, pues un aumento en los aranceles tendría efectos inmediatos y devastadores en la industria local. Baja California, y especialmente ciudades como Tijuana, Mexicali y Ensenada, son claves en el comercio transfronterizo, con una economía basada en la exportación de productos manufacturados y agrícolas hacia el mercado estadounidense. El diario The New York Times documentó en 2019, cuando Trump amenazó con medidas similares, que estas tácticas provocan incertidumbre en los mercados y pueden ahuyentar la inversión extranjera. Baja California, que depende en gran medida de la confianza de los inversionistas y del flujo continuo de exportaciones, vería afectada su estabilidad económica.
Desde el sector agrícola hasta la manufactura, el impacto de un arancel del 25% sería desastroso. Baja California exporta productos como tomate, fresas, pepinos y aguacates hacia Estados Unidos, y un incremento arancelario encarecería estos productos en el mercado estadounidense. Esto reduciría la competitividad de los productos bajacalifornianos frente a otros países y afectaría directamente a los agricultores locales, muchos de los cuales ya operan con márgenes estrechos. Según un informe del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos, los aranceles adicionales elevan los precios de los productos mexicanos en hasta un 40% en los supermercados estadounidenses, lo cual reduciría la demanda de estos productos en el país vecino y disminuiría las ganancias de los productores en Baja California.
La industria maquiladora también enfrentaría serias dificultades. La región alberga una gran cantidad de plantas de manufactura que producen bienes electrónicos, autopartes y dispositivos médicos para el mercado estadounidense. Con un arancel adicional, el costo de producción de estos bienes se elevaría significativamente, afectando la competitividad de las maquilas de Baja California en relación con otros países con menores costos de exportación, como Vietnam y China. Como señaló el economista y premio Nobel Paul Krugman, “los aranceles actúan como un impuesto al consumo y reducen la eficiencia del mercado”, lo cual, en el caso de Baja California, afectaría a las maquiladoras, que representan una fuente importante de empleo para la población local.
Además, esta medida tendría un impacto social profundo en una región que ya enfrenta retos en términos de migración y seguridad. Al presionar a México para detener el flujo migratorio y el tráfico de drogas, Trump y sus partidarios están dirigiendo sus políticas hacia el endurecimiento de la frontera, lo cual repercute directamente en ciudades fronterizas como Tijuana. Según un reporte de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), las políticas restrictivas en la frontera generan situaciones de vulnerabilidad para los migrantes, quienes se ven forzados a permanecer en condiciones precarias en el lado mexicano. La amenaza de Trump, al exigir que México intensifique sus esfuerzos para detener la migración y el tráfico, podría resultar en un incremento de las medidas de control en la frontera norte, empeorando la situación humanitaria y de seguridad en Baja California.
La presión económica mediante aranceles no solo afecta el comercio, sino también las relaciones políticas y sociales entre los dos países. Baja California, como punto de conexión entre ambos lados de la frontera, se encuentra en una posición especialmente sensible a estas amenazas.N